Capítulo51
Era como si la persona que acababa de desinflarse cuando bajaba del autobús no fuera ella.

—...

Noa echó una sonrisa y tuvo la intención de volver al dormitorio para descansar.

Justo en este momento, la llamada de una persona sonó detrás de ella.

—Señorita…

El tono extraño de esta llamada hizo que los pasos de Noa se tambaleasen.

—Señorita…

El joven ayudante llamó a Noa desde la distancia con una voz baja y la saludó con las manos agitados cuando ella se daba la vuelta y lo miró.

Una figura alta y alargada le siguió por detrás.

El rostro del hombre era apuesto y delgado, sus ojos negros eran profundos y severos, y desde la distancia, su mirada se posó en Noa.

Noa no sabía qué hacer en ese momento.

Ella retiró la mirada inexpresivamente, fingiendo que era una transeúnte común y corriente, y aceleró los pasos hacia su alojamiento.

En ese momento, casi todo el mundo estaba en el plató excepto ella y Sofía.

Cuando Alex la vio darse la vuelta sin inmutarse y acelerar el paso, sus ojos oscur
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