Cuando salieron del restaurante, la mente de Noa estaba en completo caos.

No había comido mucho en la cena. A pesar de que le sirvieron muchos platos, había perdido por completo el apetito.

Lo que Alex le dijo hizo que su mente se llenara de recuerdos de su infancia junto a él.

En su juventud, ella y él estaban realmente muy involucrados. En aquel entonces, ella iba a su escuela y le causó muchos problemas. Cuando era niña, no se preocupaba por su opinión y acababa provocándole algunos contratiempos. Aunque él no le dijo nada directamente, tal vez no le gustaba que ella actuara así, ¿verdad?

Cuando creció, tampoco le preguntó su opinión. Simplemente se casó con él, y en ese momento, él se convirtió en un vegetal, sin necesidad de tener ninguna opinión.

Antes no entendía nada, solo seguía sus propios deseos.

Le agradecía, le gustaba, quería ir a buscarlo, quería casarse con él, hasta que finalmente se divorciaron, y luego firmaron un acuerdo debido a la salud de su abuelo.

Desde el pri