Noa sonrió, sin decir nada. Sofía entendió que no quería compartir estos asuntos y no la presionó. En cambio, tiró de ella y le invitó:—Vamos, salgamos a comer y beber algo. ¿Qué te parece si te invito a una barbacoa?Noa no pudo resistirse y la siguió bajando las escaleras.—¿A comer barbacoa? ¿No tienes miedo de que tu agente te regañe?Al pensar en las comidas de barbacoa, Sofía no pudo evitar lamerse los labios:—Hace mucho tiempo que no como algo tan rico… Además, he perdido unos kilos estos días. No pasa nada por comer una barbacoa solo una vez.Cuando estaban a punto de entrar en el restaurante de barbacoa, se encontraron con una persona familiar, que resultó ser el asistente de Simón.—Señorita García —Al ver a Noa, el asistente la saludó con una brillante sonrisa—. ¿También vienen a comer barbacoa?—¿Gabriel?—Sí, soy yo —Gabriel asintió.Sofía sabía que Gabriel era el asistente de Simón y le preguntó:—¿Estás comiendo barbacoa a escondidas de Simón o estás aquí para comprarl
Gabriel se sorprendió. ¿Qué estaba haciendo su jefe?Simón sacó su móvil y encontró el número de teléfono de Noa. Estaba a punto de llamarla, pero de repente recordó que la relación entre ellos no era tan estrecha como para que pudiera llamarla directamente.Pensando eso, dejó el móvil y se quedó allí como si algo le hubiera quitado toda la fuerza.—¿Jefe? —Gabriel parpadeó y dijo tentadoramente—. Cuando salí, ellas acababan de entrar en el restaurante. Si vas ahora y finges encontrártelas por casualidad, podrías llegar a tiempo.En ese momento, Gabriel se dio cuenta de sus palabras y se cubrió de inmediato la boca con sus manos. ¡Qué tontería había dicho! ¿Estaba animando a Simón a encontrarse con Noa en el restaurante? ¡Su jefe era una superestrella! Si los paparazzi lograran una foto de Simón comiendo barbacoa con las actrices, ¡sería el titular de las noticias de mañana! No, ¡eso sucedería en cuestión de horas!Sin embargo, no tuvo tiempo de corregirse. Simón solo le dirigió una mi
Al principio, Noa quería saludar a Simón. Después de todo, era su colega y compartían agente. Sin embargo, se dio cuenta de la mirada de Simón, que pasó por ella un instante, y rápidamente la retiró. Luego fue a pedir comida como si no la hubiera visto. El deseo de saludarlo desapareció inmediatamente.No era extraña su indiferencia, él era Simón Ruiz, la superestrella entre los actores.Antes había hablado con ella porque estaban trabajando en el mismo equipo. Ahora que la filmación había terminado, no era extraño que él no le prestara demasiada atención. Después de todo, causar un malentendido podría ser problemático.Mientras pensaba en esto, Noa tomó un sorbo de agua. Cuando volvió a la realidad, Sofía seguía hablando sin parar.—¡Qué extraño! ¿Cómo logra mantener una buena figura si come cosas tan calóricas?Al oír sus palabras, Noa miró a Sofía y contestó:—Tal vez lo haga como tú.— ¿Qué? —Sofía no entendió.—Comer una vez y estar a dieta durante varios meses.—Tienes razón —Sof
En ese instante, la frialdad de Simón casi congeló a todos los que estaban en la mesa. Sofía, que siempre había sido descuidada y no pensaba demasiado las cosas, notó que algo andaba mal. Miró a Noa, quien se mantenía tranquila, y luego a Simón y se asustó un poco. Parecía que él sentía afecto por Noa. “¿O es solo una ilusión?”, se preguntó Sofía en silencio. Parpadeó un buen rato fingiendo ser una chiquita que no sabía nada.A Noa le pareció raro y preguntó a Simón, echándole una mirada:—¿Acaso también te interesa la joyería? —Simón no sabía qué responder—. ¿Qué tipo de piedra te gusta, Simón?Noa apoyó la barbilla en una mano, aparentemente deseosa de debatir más con él sobre este tema.Pero, en realidad, Simón nunca había estudiado la pedrería. Pasaba la mayor parte de su tiempo filmando y descansando. Y en el resto de tiempo hacía ejercicio y leía libros, lo que ya le demandaba mucha energía. Además, la razón principal por la que no sabía mucho de pedrería era que no le gustaban l
Noa miró el rostro de Simón y preguntó:—¿No te gusta la barbacoa?—¿No te gusta? —preguntó Sofía sin entender—. Entonces, ¿por qué viniste a este restaurante?Simón miró a Noa y pensó en algo. Se rio en voz baja y luego dijo: —Cierto que no me gusta mucho la barbacoa. Después de todo, tiene muchas calorías. ¿Puedes comértelas por mí?Dicho esto, empujó el plato hacia el centro. Noa y Sofía pusieron cara de estar sorprendidas al mismo tiempo. Noa miró el enorme plato y tomó un sorbo de aire. Pasara lo que pasara, ella no podría comerse el plato.A Sofía se le agrandaron los ojos. Tenía muchas ganas de comérselo y preguntó: —¿Realmente puedo comerme este plato? ¿Pero luego cómo se lo explicaré a mi gerente?—Si tu gerente te pregunta sobre esto, solo dile que fui yo quien te invitó a comer.—¿Se puede? ¿De verdad puedo decirle eso? Pero mi gerente creerá que estoy mintiendo. Después de todo, como es lógico, no tengo la oportunidad de conocerte, Simón.Simón miró el plato y pensó un ra
Después de la explicación de la autora, los fans de Simón en instagram dejaron de criticarlas. Después de todo, los tres se sentaron juntos porque no había suficientes mesas libres. No tenían ninguna razón para pensar que ellas estaban buscando solo publicidad.Sin embargo, algunas cuentas de Instagram que solo buscaban obtener más seguidores compartieron la publicación y difundieron rumores falsos sobre ellas. Esas cuentas usaron la foto sin pedir permiso e inventaron razones por la que estaban juntos en una mesa comiendo.Por ejemplo: «Simón Ruiz, el mejor actor, y Noa García, una novata en la farándula, comieron barbacoa juntos. ¡Es posible que se enamoraran en la filmación!»Otro ejemplo: «Simón Ruiz y Noa García comieron barbacoa juntos en una pequeña tienda por el amor sin importarles la fama.»Otro ejemplo: «Simón Ruiz y Noa García cenaron juntos. Los dos se enamoraron en la filmación y se veían muy felices.»Las cuentas publicaron noticias falsas para llamar la atención y conse
En aquel momento los que estaban a su lado y le habían escuchado se quedaron estupefactos. Se preguntaban por qué él no lo había sabido hasta ahora, si su compañero se casó hace un año. Mario solo agitó la mano y dijo: —Olvídenlo. Él siempre ha estado en su propio mundo.En los primeros años después de que Mario se convirtiera en su agente, creía que, como actor, no era bueno que no le gustara socializar, ya que probablemente caería mal a otros. Sin embargo, para su sorpresa, su habilidad de actuación y su apariencia eran tan buenas que se volvió muy famoso. Ahora era él quien infundía cierto temor a los demás.Simón siempre estaba en su mundo, pero en esta ocasión había podido notar que Noa había perdido peso. Y lo más importante era que él hablaba bien de ella.Mario lo miraba fijamente sin moverse, cuando recibió una almohada en la cara.Simón dijo de mala gana: —No me mires como si yo fuera un monstruo.Su voz hizo que Mario se volviera en sí. Apartó la almohada de golpe y luego
Mario se recuperó y se dio cuenta de que casi le había contado el secreto de Noa. Negó con la cabeza un poco avergonzado:—No, no, nada, he dicho tonterías.Al escuchar esto, Simón entrecerró los ojos peligrosamente y cuestionó:—Lo que dijiste no parece una tontería.Simón era muy inteligente y Mario sabía bien que no podría engañarlo. Pero solo negó con la mano y dijo:—Uff, no me preguntes más. No es bueno para ti que sepas demasiado. Mejor no te digo más.Sus palabras hicieron que Simón frunciera el ceño. ¿Qué había pasado? Simón ya sabía algo sobre Noa por las palabras de Mario. Noa tenía las espaldas guardadas y no necesitaba aprovecharse de él para conseguir promocionarse. Si ella lo quisiera, habría alguien más famoso que él para hacerlo. No lo había entendido mal, ¿verdad?Simón de repente recordó la última vez que cenó con Noa en el restaurante. Cuando ella dijo que no volvería a enamorarse de otro, puso cara de estar de un poco triste. ¿La persona a la que se refería Mario e