Fue recien al día siguiente que James y Matt se vieron las caras, y bien, James había salido corriendo hacia su amigo y él le saltó en encima, literalmente hablando, y aquello solo causo que ambos terminaran sobre la helada nieve de la entrada. Por suerte Ryan había estado ahí, por supuesto, y ayudo a ambos a ponerse de pie, intentando no ser rudo con un James que no quería soltar a su mejor amigo, por suerte este desistió al sentirse demasiado frío por el clima y la nieve colada entre sus ropas.
—Debería de ser despedido— Volvió a repetir James en menos de siete minutos.
En negaciones, Matt volvió a dejarle en claro que eso no iba a suceder, —No es una mala persona, y vuelvo a repetir, no me hizo nada— Su mirada yendo y viniendo de Oliver y James. —Así que no quiero volver a escuchar eso, ¿entendido
Cuando James despertó, él estaba solo, Ryan no estaba acostado a su lado, pero supo inmediatamente donde podría estar por el ruido que venía del cuarto de baño, pronto también se escuchó las gotas de agua caer. James volvió a caer sobre la cama, ahora con su brazos abiertos mientras miraba el techo blanco, recordando sus sueños. Él había tenido una pesadilla, pero por alguna razón no se despertó. Una sonrisa. James sospechaba que Ryan lo había consolado en sueños, nada nuevo, ellos solían hacerlo algunas noches, cuando las noches se tornaban tormentosas.—Ah... lo amo— James cerró sus ojos por unos minutos, preguntándose si algun día lo que sentía por Ryan iba a dejar de ser así de intenso, porque James estaba seguro de que si su corazón seguía latiendo de esa manera, él no vivir&iacut
Ryan y James habían pasado unas horas más en casa de Oliver, al igual que Matt, porque este aun no vivía con el que aparecer ya era su amante. Por lo que Matt fue dejado de vuelta en casa de Chris, pero antes de despedirse de la pareja, Matt le había dicho a James en el oído que ello tenían que hablar.Entonces ahora James se encontraba pensando en ello, lo que su amigo quería hablar. Y... ¿Por qué no le había dicho nada cuando estuvieron el la mansión de Oliver? Uh, Matt era un tonto, era eso o no había querido decir nada estando la presencia de Ryan ahí.Suspirando y tomando un frasco de café del estante, James pensó en voz alta —Seguramente quiere preguntarme de nuevo como lo tomó por el culo— Y ugh, mierda, él ya tenía unas cuantas miradas encima suyo, pues se encontraban en la tienda de alimento
Emily observaba curiosa a James, no pudiendo despegar sus ojos de las marcas en el cuello de su amigo, es que... simplemente eran muy notorios, como si James hubiera recibido unos cuantos golpes ahí, o hubiera sido estrangulado. Pero Emily sabía, sabía que esas marcas en el cuello contrarios estaban lejos de ser maltrato, por dios, ella había visto esas marcar en James anterior mente, aunque ahora estaban más exageradas. Lo cual le llevo a preguntarse algo... ¿A su amigo le dolía? Porque la zona marcada lucía dolorosa.—¿Emily?— Llamó James al percatarse de que no estaba siendo escuchado en lo absoluto, hasta tuvo que chasquear sus dedos frente a la chica para que dejara de estar en trance.—¿Estas bien?— Terminó preguntando una vez que Emily pareció reaccionar.—Oh, uh, si, lo siento, solo...- Emily tomó la taza de ch
Era demasiado temprano, las seis y media de la mañana para ser exactos, y James ya estaba manoteando el ruidoso despertador con su mano derecha. Él se había girado y separado del cuerpo de Ryan para ello, y si, lo había odiado por completo, pero era algo necesario. Debía de despertar e irse a despertar a Emily, porque sabía que la chica aun seguía durmiendo.James se quedó un momento mirando al techo, la habitación aun estaba a oscuras, y lo más seguro era que afuera también siguiera bajo la oscuridad, después de todo era muy temprano y era invierno, el sol tardaba en asomarse y aclarar todo.Girando un poco su cabeza, James dio con Ryan, este aun dormía, pero sabía que no lo haría por mucho tiempo pues se encargaría de despertarlo para avisarle que saldría. Era algo necesario en estos momentos, ninguno de los dos salía
Para cuando ambos, Emily y James, regresaron luego de una larga hora el la cafetería, estaban siendo esperados por Ryan. O bueno, Ryan había estando sacando la b****a y se había quedado unos momentos mirando a los alrededores, y fue en ese momento en que los vio salir de un taxi. No pudo evitar sonreír un poco también, después de todo no quería quedar como un amargado cuando esos dos estaban más que sonrientes. Lo primero que Ryan dijo, fue:—¿Me dirán ahora a dónde fueron?— —A una cafetería— El de la respuesta fue James, y por supuesto recibió una mirada de su novio.—Vamos, entremos, hace un frío de morirse— Dicho eso, él se aferró al brazo de Ryan y lo llevó hacia adentro, y claro, Emily también estaba aferrada, pero de James. Por lo que fueron un tanto torpes al entrar al edificio, ganándose un par de miradas de sus vecinos. Y así como estaban, también se adentraron en el elevador, siendo ahora Ryan el que presionará el
Observando tanto la alacena llena como la heladera, James sonrió contento para luego caminar hacía la habitación de Emily, y fue muy silencioso en abrir la puerta, dando con que aun Emily dormía muy plácidamente. Ahora James esperaba que su amiga no se molestara mucho con ello, aunque estaba seguro que no se molestaría en si, sino que tal vez se negara a recibir todo aquello.James volvió a cerrar la puerta con mucho cuidado, pero no la cerró en su totalidad, lo suficiente para que el pequeño minino pudiera pasar, y así paso. Ahora James ya estaba de cuclillas frente a Bigotes, este no hacia más que ronronear y acariciarse en sus piernas.—Hey, también compramos algo para ti— Dicho aquello para luego tomar al minino en sus brazos, siendo lo más suave posible, llevándoselo hacia la cocina y dejándolo sobre la peque&
Ryan, James y Emily no llegaron para la hora del la cena, sino que llegaron mucho antes, cuando la cena aun no estaba siendo preparada. Pero el clima había sido el único culpable, puesto que si no salían antes, ellos sin duda se hubieran visto bajo las gruesas gotas de lluvia de la espantosa tormenta, la cual no estaba dando nada de tregua.Pero dicha tormenta apenas se sentía, mientras no estuvieran cerca de alguna ventana o algo por el estilo, puesto que todo ellos estaban en la mansión de Oliver, una gran casa protegida, y muy reforzada en todos los sentidos.Y ahora todo mundo andaba metido en una de las habitación, lo cual era más un gran salón con sillones tanto individuales como no, también había algunos estantes llenos de libros, una alfombra roja grande y cuadrada, y lo principal, una chimenea encendida. Era simplemente un lugar muy cómodo, acogedor y
Las cosas en el comedor quedaron un poco más claras cuando Hiddleston se dignó presentar correctamente a esas dos personas, y ahora todos ahí sabían que esos dos viejos amigos de Oliver se llamaban Sara y William, y que los tres habían estado trabajando tanto para la CIA como para el FBI, y es más, estos seguían trabajando para dichas organizaciones, a excepción de Oliver, claro.La mujer, Sara White era del FBI, y el otro hombre, William Davis era de la CIA.Y como nadie ahí era estúpido, rápidamente supieron del porque se encontraban aquí. Y solo todos lo confirmaron cuando Oliver había dicho que estarían ayudándoles con respecto a Zev Dawson.El alivio que sintió James en ese momento fue la mejor sensación de todas, hasta había había soltado un gras suspiro que había llamado la atención