SOPHIENo puedo dejar las cosas como están. Si bien podría irme de aquí y hacer de cuentas que nada pasó, lamentablemente no soy esa clase de persona por lo que suelto un suspiro, me saco los tacones y me coloco mi mandil lista para comenzar el aseo.Mi hermosa casita no tiene la culpa de todo lo que pasa entre nosotros. Me llevó años encontrar un estilo que se adecuara a mis necesidades, además de que las paletas de colores para tantos espacios, lograr que combinen y también lograr que le den un sentimiento de hogar al espacio es algo que lleva demasiado tiempo. Y yo lo logré. No pienso dejar que se vaya todo por la borda.Adoro mi casa. Sé que algunas personas prefieren salir a despejarse, pero para mí siempre ha sido mi lugar seguro. Podría pasar días aquí encerrada, limpiando por puro placer y sería completamente feliz haciéndolo.Siempre encontré algo gratificante y relajante en hacer el aseo, sin embargo ahora que todo está vuelto un caos podría decir que me acobarda un poco, pe
CHRISNo soy capaz de dormir, ni siquiera de cerrar los ojos. Sophie fue a recostarse en la habitación principal hace más de dos horas. Cada quien fue al cuarto que le toca y aunque se supone que debo dormir, no tengo sueño.Doy vueltas en la cama una y otra vez, preguntándome qué estará haciendo, si estará cómoda e incluso si necesita algo por lo que las horas se me pasan pensando solo en la embarazada que descansa a solo metros de mi cuarto.Finalmente, horas más tarde, resignado a que nada va a lograr que sea capaz de consiliar el sueño, decido ponerme de pie. Sophie estuvo todo el dìa limpiando la casa y solo quiero terminar de lavar los trastes que quedaron para que al despertar no tenga que hacerlo.Con mi bata envuelta en mi cuerpo, salgo de mi habitación directo hacia la cocina, intentando no pensar en que está a solo metros de distancia porque eso es lo que me destruye, tenerla de nuevo tan cerca, pero ser incapaz de poder estar como antes.Mirando el reloj en la pared noto q
SOPHIEAbro los ojos abruptamente cuando siento el calor y el brillo de la luz quemar mis ojos al tiempo en que alguien comienza a aplaudir. Estoy confundida, adormilada, desnuda, y es lo último que mi madre esperaba que viera, pero lo hace ya que está en la puerta del dormitorio principal, observándome como si acabara de verme enterrar un cuerpo.—¡Mamá!—digo alarmada, cubriendo mi pecho con la sábana.Sé lo que pasó. No estaba ebria, ni siquiera estaba alucinando. Lo que pasó fue un momento de desliz, donde ambos estábamos felices y... trastabillé, sin embargo no creo que sea demasiado como para merecer la mirada de disgusto que tiene mi madre ahora al verme.—¿Qué estás haciendo aquí?—pregunto confundida, a lo que ella se ríe.—¿Qué más haría? ¡Pasé toda la mañana preocupada por ti!—¿Toda la mañana?—¡Son las tres de la tarde, Sophie! —reclama furiosa, logrando que el hombre a mi lado despierte igual de sorprendido que yo al ver a mi madre de pie, aniquilándonos con la mirada—. To
SOPHIETodo esto está mal. Desde el principio tuve que marcharme apenas mi madre me llamó porque de alguna forma, sabía que esa visita podría terminar mal, que es justo lo que pasó.Encerrada en el cuarto intento pensar en cómo podré llevar esta situación adelante porque a casa de mi madre no puedo regresar. Así me perdone, siento que soy una decepción al haber caído tan bajo como para acostarme con Chris la primera noche que pasamos juntos. ¿Qué demonios está mal conmigo como para hacer algo así? Él me destruyó, me abandonó, humilló y a la primera le entrego mi cuerpo faltando el respeto que tanto he intentado construir para mí misma.Mirándome al espejo decido que no voy a llorar. Tengo mucho en qué pensar como para llorar por algo tan insignificante como el haber arruinado mi vida una segunda vez por este hombre así que una vez que me calmo lo suficiente como para tomar una ducha, me encierro en el baño dispuesta a quitar de mi cuerpo el aroma que el padre de mi hijo dejó impregnad
CHRISNunca pensé que llegaría el momento en que Sophie me odiaría, pero creo que finalmente hemos llegado a eso. Sus palabras, duras e hirientes, todavía siguen clavadas en mí cuando la veo voltear y caminar hacia la salida.No tengo mucho qué decir, pero tampoco quiero darme por vencido con ella y por eso es que la sigo. Posiblemente acabe más herido y más arrepentido de lo que pasó, pero no puedo dejarla ir así de molesta.—Sophie...—No quiero hablar más contigo, Chris—menciona molesta.Casi corro para alcanzarla, tomando su mano y alejándole en cuanto ella se zafa con fuerzas. Se nota a leguas que está demasiado molesta como para lidiar conmigo por lo que mantengo mi distancia y se lo hago saber con las manos en alto.—¿Qué quieres?—Lo que pasó anoche... no fue un error—digo apresurado—. Yo te amo, tú me amas y lo que dije sobre darnos otra oportunidad iba completamente en serio.Ella rueda los ojos, apretando los dientes, algo que hace cuando se traga sus palabras.—¿De verdad
SOPHIELas manos me tiemblan cuando me detengo frente a la casa de mi madre. Por primera vez en años, siento temor de enfrentarme a la mujer que siempre fue un apoyo para mí y eso es porque sé que hoy realmente la he decepcionado.Por el coche estacionado en la entrada sé que está en casa, lo que aumenta aún más mis niveles de histeria. No se supone que tenga que renegar de esta forma, pero es imposible no hacerlo después de todo lo que pasó en tan poco tiempo.Apenas veinticuatro horas y la vida nueva que estaba comenzando, otra vez me regresó a la vida que estoy intentando dejar atrás. Fallando miserablemente.No puedo estar de pie todo el día parada afuera, esperando que las cosas se arreglen mágicamente sin hablar del tema por lo que al fin tomo el coraje de cruzar por la puerta. En mi mente estoy lista para enfrentarme a lo que sea. Incluso sus palabras hirientes y crueles porque la conozco.Mi madre enfadada es capaz de decir cosas que desgarran el alma como lo demostró hace poc
SOPHIELas palabras de mi madre resuenan en mi cabeza en todo momento. Me paso el resto del día acomodando mi ropa, la poca que tengo, en las maletas que me presta para poder mudarme de regreso a la casa en donde todavía no sé si quiero regresar. Lo que sí tengo claro es que la relación con mi madre mejorará si realmente dejo esta casa pues ya la he cargado demasiado con mis problemas.Es una mujer grande que debería de estar disfrutando del último tramo de su vida laboral antes de jubilarse, no el de tomar otro empleo para solventar los gastos que se vienen debido a mi embarazo.Esto es algo que me corresponde, también a Chris, por lo tanto, sé que la mejor decisión que pude tomar es esta.Al final del día, después de pasar unas horas con mi madre, regreso a casa en coche, pensando todo el camino con qué me voy a encontrar en cuanto llegue pues no tengo idea de qué habrá hecho Christopher en mi ausencia, más allá de llamar a mi casa incontables veces con la idea de que hablemos, aunq
CHRISMuchas veces soñé con tener a Sophie de regreso en esta casa. Soñé con tener el aroma a desayuno esparcido por cada ambiente, y el sonido de fondo que eso conlleva. Soñé con verla caminar por los pasillos de nuestro hogar, con su vientre abultado y sonriendo, y al fin lo he conseguido aunque en un ambiente completamente diferente al que hubiera soñado alguna vez.Aquí está. Y el aroma. Y el sonido de fondo. Pero ella ya no es la misma.Mis acciones cambiaron tanto su perspectiva sobre nuestro matrimonio que incluso estando en el mismo espacio es como si cada quien viviera una realidad diferente y no porque yo quisiera, sino porque ella así lo desea.Sophie pasa por mi lado sin hablarme. Podríamos cruzarnos en un pasillo estrecho o mirarnos de frente, pero incluso ahí no dice ni una sola palabra y eso cada día me está matando. Al punto en que decidí encerrarme en mi despacho después de un mes de convivir de esa forma tan desastrosa.No tengo idea de cómo va su embarazo, tampoco v