Capítulo88
La situación de Santiago aquí lo deja a merced de la suerte, después de todo, fue él quien cometió el error primero. Le guste o no, incluso si Dios bajara, no podría salvarlo. Dependerá de él mismo para inventar una mentira.

Ahora, volvamos nuestra atención a Diego y Laura.

Diego y Laura, acababan de terminar de ver una película y yacían satisfechos en el sofá.

—Es raro ver una película en casa, y se siente bastante bien— comentó Laura mientras se estiraba perezosamente.

Sonrió y se acercó a Diego.

—Ahora ya no estás enojado, ¿verdad?

Diego le echó un vistazo. Hubiera sido mejor si ella no lo mencionara. Una vez que lo hizo, se sintió un poco molesto de nuevo. Pero al ver lo sincera que era su querida esposa, decidió no preocuparse por eso.

Diego se levantó y levantó a Laura en brazos.

—Dije que no estoy enojado, y lo digo en serio. Pero ahora es hora de dormir, si no te duermes pronto, probablemente no podrás levantarte mañana.

Laura se sobresaltó por la acción de Diego y e
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