Capítulo128
En la mesa, Diego miraba amorosamente a Laura mientras pelaba camarones para ella.

Laura, por su parte, disfrutaba felizmente de los camarones en su plato, encantada de no tener que pelarlos ella misma. Era realmente maravilloso.

Cuando terminaba los camarones en su plato, Diego le servía algunas verduras que sabía que a ella le gustaban.

Por un momento, Laura ni siquiera notaba a Manuel, quien estaba sentado frente a ella comiendo. Manuel miraba a Diego con amargura, preguntándose qué esperaba antes.

La relación entre estos dos era realmente buena. A pesar de sentirse amargado, Manuel intentaba comer su comida tranquilamente.

De repente, Laura se levantó y dijo:

—Diego, voy al baño. ¿Puedes cuidar a Manuel por mí?— Diego asintió con una sonrisa, —No te preocupes, déjamelo a mí.

Cuando Laura se fue, el ambiente en la mesa se volvió frío, con los dos hombres mirándose sin expresión.

—Entonces, señor Souza, ¿qué planea hacer con mi esposa?—preguntó Diego, aunque ya sospechaba la respues
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