Beg se pasea por la habitación de Henry, cuidadosa y observándola a través de la oscuridad. La única luz que ingresa por la ventana es la de la luna, la cual está en lo alto y está lo suficientemente luminosa como para no tropezar con los muebles.A la joven le cuesta un poco acostumbrarse a la oscuridad, pero poco a poco logra visualizar lo que oculta la habitación de Henry.Traza una línea al caminar con uno de sus dedos en uno de los muebles que Henry posee; su escritorio.El chico la ve, embobado por sus pantalones cortos, lo largo de sus piernas y como aquel top se le ajusta bien al cuerpo, apretando sus pechos y realzando su escote.Mira las pecas de sus hombros. Como si cabello colorado está pegado contra su espalda.Se aclara la garganta tras darse cuenta que está mirando de más.—No creo que debas estar aquí, Beg—dice Henry, con la voz entrecortada.La joven se da la vuelta, para hacerle frente y le sonríe como si hubiese soltado un comentario que lo ameritara. Ambos se miran
HENRY LINK.Henry contempla a Be, la cual duerme desnuda en su cama. Tiene un brazo estirado y metido por debajo de la almohada mientras su cabeza también reposa en ella.El chico se ha encendido un cigarrillo. Tiene una de las ventanas abiertas y deja que el humo se escape por allí.Podría fumar tranquilamente con todo cerrado pero…le ha quedado aquella sensación de que sus padres pudieran regañarlo.Por supuesto que nunca supieron que fumaba…pero ahora eso lo hace dudar por lo observador que era su padre.Volvió los ojos hacia el cuerpo de Beg que se mezclaba con sus sabanas. Cubria lo justo y necesario, pero no dejaba de ser mucha piel para él.Henry había perdido la virginidad con la mejor amiga de su hermana y tenia ganas de abofetearse porque de todas las mujeres que había en el instituto, tuvo que ser con ella.Inhala el humo, sintiéndose horrible y decide vestirse para ir a buscar algo que beber en la cocina.Una vez puesto unos pantalones cortos y una sudadera, se marcha de
Travis lo único que hace es llegar a su habitación y encerrarse en ella, pero no sabia que alguien lo estaba siguiendo. Pocos minutos después de que cerró la puerta, alguien tocó.—Por favor, no quiero hablar con nadie—escruta, mirándose en el espejo de cuerpo entero que Ángel le obsequió.Sus ojos no sólo estaban inyectados de sangre por los puñetazos que le propinó su padre, sino, porque había estado llorando luego del inevitable regalo que le dio su progenitor.No se consideraba un mal chico, ni tampoco tuvo reacción de defenderse porque cuando se trataba de Hardi…simplemente su cuerpo se paralizaba.—Soy Denis. Abre—la chica gira el picaporte del otro lado y no puede abrir la puerta ya que él la ha trabado.—Denis, hoy no—resopla el chico.—Sabes que soy la única que deduce lo que ha ocurrido. Abre—exige con calma.Denis a veces suele ser una chica que no se da por vencida, y no entiende el NO.Travis se dirigió la puerta, la destrabó y ella ingreso con lentitud como si no supier
HENRY LINK.—¿Vas a evitarme? Porque recuerda que vivimos juntos.Henry está acomodando los libros de su padre en su biblioteca privada cuando Beg se asoma en el marco de la puerta.El joven le sonríe.Tiene un aspecto agotado pero aún así sigue limpiando las pertenencias de su difunto padre.Beg lo mira, embobada. Lleva el pelo corto, unos pantalones del mismo modo y un polo celeste de cuello. Le gusta como también le quedan las sandalias.Tiene un atuendo de verano que Beg a veces no entiende cómo es que no tiene frio.—No te estoy ignorando Beg, sólo me estoy ocupando de la casa—le responde.Beg da dos pasos hacia él y no se atreve a dar el tercero porque no sabe exactamente de qué humor está. Tiene una sonrisa que podría decirle que está de buen humor, pero no le cree del todo.Quizás lo hace por compromiso.—Vives ocupándote de la casa ¿cuándo será el día que te ocupes de ti mismo? —suelta la joven, en un tono coqueto.Henry pasa la franela seca sobre la portada de los libros de l
Fue fácil ver cómo Denis se despegaba de Will tras escucharlo decir que Travis estaba con Ángel.La joven, tambaleando, fue directo a la puerta de salida de su habitación mientras que Will intentaba alcanzarla. Pero bajo los efectos de las drogas y el alcohol, los dos parecían dos títeres moviéndose de aquí para allá.Dos idiotas consumidos por lo que tomaron, increíble.El resto, los ignoró porque estaban en su mundo.Denis tomó la perilla de la puerta y salió al pasillo mientras se subía la tira del vestido que se había deslizado en su hombro.—¿A dónde se supone que vas? Ven aquí, Denis—Will logra gritar con los labios deslizados hacia un costado y con los ojos entrecerrados.Pero Denis no lo escucha, sigue caminando en dirección hacia la habitación de Ángel.—¡Denis! —grita Will, dejándose caer sobre una pared porque ya no puede más.La chica sigue caminando por el largo pasillo que parece estirarse a medida que corren los minutos.Logra llegar a la puerta de la chica que le alqui
ÁNGEL LINK.Están vivos y no puedo decir nada.Mi mente es una mezcla de sensaciones de horror y tristeza. Pero hay algo que se prendió. Esta vez la melancolía se siente distinta porque a travesar el duelo de ambos no me dejó la ilusión de que estuvieran vivos.Tuve que aceptar que ambos estaban muertos y seguí con mi vida por una cuestión de que lo necesitaba.Tuve que hacer focos para sacar adelante mis ganas de vivir y a mi hermano Henry.Ahora que estaba pensando en él, estaba enojada. Me había ocultado algo importante, había fingido que también estaba atravesando por un duelo.Y ahora, ambos sabíamos que no.—Un dólar por tus pensamientos—Travis sale al patio trasero de la casa y se sienta a mi lado en uno de los escalones que van directo al jardín—. Bueno, no esperaba verte fumar.Sonrío después de expulsar el humo por la nariz.Cigarrillo mentolado de Beg, mi viejo amigo. Cuando paso por un estado de estrés suelo fumar uno solo y olvidarme por un momento de todo y sigo con mi v
TERCERA PARTE.—No podemos hacerle eso. Van a quedar destrozados, Mark—la voz de Luz tiembla al igual que sus manos tras escuchar el plan de su marido.—No nos queda otra que irnos o ellos serán los que paguen, Luz—intenta que recapacite.Están en un café a las afueras de la ciudad. Ambos tuvieron que hacer un corto viaje de fin de semana debido a que Luz tenía una reunión con otros directores de hospitales a las afueras de la ciudad.Pero Mark aprovechó ese momento para alejarse de sus hijos y así llevar el plan de darse por muertos.—Sabias que tarde o temprano esto tendría que pasar—Mark intenta tomarle la mano por encima de la mesa a su esposa, pero ella se adelanta y la aparta antes de que lo haga.—No. Claro que no—Luz endereza la espalda, fría—. Tu pasado Mark, ese es el que nos persigue por años y ahora soy yo la que está escuchando que debemos separarnos de los niños.—No son niños, Luz. Son adolescentes muy capaces.—Nadie está preparado para oír que tus padres han muerto en
CAPÍTULO 73No siguieron estando juntos por amor, sino, por los niños.Estos crecieron felices y nunca notaron el silencioso divorcio de sus padres. Habían percibido que ambos no eran cariñosos el uno con el otro ni tampoco peleaban en frente de ellos, eso era algo habitual lamentablemente.Cuando los niños se iban a dormir, Mark dormía en una de las habitaciones, escabulléndose para que ninguno perciba la separación ni pregunte nada.Luz se volvió hielo, prometió no enamorarse nunca ni mucho menos perdonar a Mark, el cual le había sido infiel con su mejor amiga.Por supuesto que fue una pelea interna tener que convivir con tu ex, porque ni siquiera ella le dirigía la palabra.Luz se había apagado, simplemente sonreí cuando los niños le mostraban algún dibujo o si le hablaban. No quería hacer notar que su madre estaba destrozada por dentro viviendo un matrimonio infeliz.Una noche, los niños ya estaban durmiendo en sus respectivas habitaciones mientras ella estaba juntando los juguete