—No pasó nada, solo… fue muy extraño.
—¿Extraño? Claro que es extraño, ¡Mi esposa se encontró a solas, en un hotel con otro hombre!
—¡¿Por qué me estás gritando?! —exclamó perpleja de escucharlo, Sebastián se quedó mudo, y bajó la mirada, era cierto, estaba gritando, sentía ese descontrol, ¿Acaso Pablo Lanzi no había entendido que la dejara en paz? Sintió mucha rabia
—Lo siento, no sé qué me pasó.
—Sebastián, estoy diciéndote que alguien envío un mensaje desde mi móvil, digo que creo que Betty sigue siendo una espía de Hugh. No es para que actúes como un hombre celoso, yo solo te amo a ti.
Ella se acercó y acarició su rostro, Sebastián sintió la dulzura de su caricia, se sintió des
Sebastián estampó su firma en aquel testamento, todo lo dejó a nombre de Violeta, su esposa, pero esta vez, si algo le sucedía a su mujer, ni siquiera dejaría nada a nombre de Seraphyna, ni nadie, todo quedaría a nombre de una fundación para huérfanos.—¿Está seguro?Sebastián miró a Rezza con recelo—Muy seguro.—Pero, señor, aquí falta una cantidad de dinero muy importante de su fortuna, ¿Acaso hubo algún problema?—El dinero y los bienes que he puesto en el testamento es todo lo que tengo, hice un mal negocio, he perdido la cantidad faltante —afirmó, Rezza se puso muy serio, como si dudara, pero luego asintió—Voy a llevar el testamento ahora mismo a la notaría —aseveró—Hazlo, más tarde ven y muéstrame la firma del notario.R
Cuando Hugh llegó al apartamento de Richard, esté bajó de prisa, Hugh sintió que la mirada de Richard era severa, de la nada sacó su pistola, y Hugh tensó su gesto, aturdido, era como si Richard fuera a acabar con su vida, se sintió débil, tembloroso, y escuchó el sonido de un disparo, solo cerró los ojos, congelado como una estatua, pero cuando los abrió, se dio cuenta de que estaba a salvo, miró tras él y observó el cuerpo inerte de un hombre que él no conocía—¿Quién es? —exclamó Richard—No lo sé.—Debe ser un espía de tu padre, parece que tiene el presentimiento de que traes algo malo entre manos.Hugh asintió despacio, estaba tan impactado de que Sebastián recurriera a esos trucos como el mismo, que lo desconoció, las palabras de Sebastián volvieron a su
El teléfono de Violeta resonó, pero ella no lo escuchó, estaba en la habitación, Rori tomó el móvil y contestó —Hola. —¿Dónde está tu hermana? —¿Qué quieres Hugh? —exclamó con desprecio tan solo por escuchar su voz —Ahora no es tiempo de pelear, niño, sucedió algo terrible, una tragedia. —¿Qué pasó? —Sebastián… mi padre… ¡Está muerto! Rori sintió un miedo indescriptible —¡¿Qué dices?! ¡No es cierto! Es una de tus mentiras, de tus tretas, eso no puede ser —exclamó con estupor Seraphyna le miró confusa —¿Qué es lo que sucede? —cuando vio el semblante pálido de Rori, tomó el móvil y habló con Hugh —Hugh, ¿Qué pasa? —Seraphyna, hermanita, lo siento tanto, nuestro padre, ha muerto. —¡¿Qué dices?! ¡No! Eso no es cierto, solo mientes —ella colgó el teléfono, mientras temblaba, las lágrimas caían por sus ojos—. ¡Otra vez vivir está pesadilla! ¡Estoy tan harta! —gritó Violeta bajó la escalera y encontró a los chicos, Rori abrazaba a Seraphyna —¿Quieren decirme qué sucede? —Hugh
—¿Por eso lo mataste? ¿Todo por una asquerosa fortuna que nunca creaste? ¡Eres un monstruo, un psicópata, enfermo? Hugh levantó la mano y Rori se puso por delante —¡No la toques! —gritó Rezza salió como los cobardes, alejándose de ese caos, Hugh tomó a Rori, y Violeta intentó evitarlo, pero Hugh lo lanzó fuera de la habitación, luego también tomó a Seraphyna y la dejó afuera. Hugh cerró la puerta, quedándose solo con Violeta, ella retrocedió al sentir su presencia —Escúchame muy bien Violeta, de ahora en adelante, hará solo que yo te diga. —¡Nunca! No lo haré. Hugh la miró con rabia —Ahora Sebastián está muerto, nadie va a protegerte, estás sola, sin dinero, y embarazada, así que, si no quieres terminar en la calle, viviendo de caridad, me obedecerás —dijo con voz ronca—. Primero, quiero que abortes a esos asquerosos bebés, y luego, te casarás conmigo, serás mi mujer. —¡Cállate! Ni muerta sería tu mujer, jamás lastimaría a mis bebés, nunca te alcanzará la vida para tenerme, H
Betty Ramos pensaba por largo tiempo, ¿Cómo había llegado hasta ahí? Ni en sus sueños más salvajes pudo imaginar como su destino daría tremendo vuelco. Dante se sentó a su lado —Debo volver a Florida, pero Vladimir está a cargo de todo, si cometes traición, él no dudará en matar a tu padre y a tu hermana, ¿Lo entiendes, ahora? —He dicho que no soy más una traidora, ¡Lo juro! ¿Acaso no he salvado ya sus vidas? —exclamó desesperada —Bien, más te vale, entiende que estar del lado correcto te salvará la vida, al lado de Hugh ahora estarías muerta. Ella bajó la mirada, sabía que tenía razón —¿Buscarás a Violeta? ¿Le contarás toda la verdad? —Sí, lo haré, iré por ella, la traeré aquí —sentenció Betty asintió despacio, no sabía si de verdad quería volver a ver a Rori, y soportar su odio. Betty entró a su casa, caminó hasta la habitación del fondo, escuchó los sonidos del monitor que sonaban estables, entró y vio a Tessa limpiando con toallas húmedas el rostro del hombre —Es un hombr
—Debemos irnos, Violeta, no seas terca, ¿Quién nos defenderá? ¿Acaso crees que Dante lo hará? Incluso si intenta defendernos, ambos sabemos cuál será su destino, Hugh lo matará sin dudarlo. Violeta tenía los ojos llenos de lágrimas, no podía pensar con claridad, solo sentía ese dolor que la enloquecía y la confundía cada vez más —¡Esto es una pesadilla! —exclamó en un sollozo —Es verdad, hermana, es una pesadilla, pero, debemos ser sinceros, somos solos dos pobres huérfanos, ahora Hugh se ha convertido en un Goliat, no podemos fingir que somos un David, es mejor irnos, tenemos lo más valioso; la vida. Violeta se recostó en la cama, estaba tan triste, que Rori tuvo temor de que enfermera —Prepararé todo, Violeta, mañana nos iremos a la casa de campo del señor Pablo Lanzi, debemos aceptar su ayuda, ahora es la única persona en el mundo que parece ser confiable. Violeta no dijo nada, se quedó viendo a la nada, con el rostro lleno de
Por la noche llegaron a Kentucky, la casa hermosa y amplia, apenas llegaron Violeta se recostó en la cama, no podía hablar, ni ver a nadie, apenas quiso comer—Tengo temor por Violeta, se puede enfermar —dijo Rori—Lo sé, veo su desánimo, es natural, Rori, perdió a su esposo, al hombre que ama, recuperarse no es fácil.—Lo sé. He eliminado nuestros números de móvil, temo que Hugh pueda valerse de cualquier cosa para rastrearnos, no hubiese querido, por Serpahyna, pero...—Yo estaré viajando de Kentucky a Florida seguido, la buscaré, si quieres puedes darme mensajes y yo sé los daré, siempre que ella pueda recibirme.—¡Muchas gracias, Pablo! —exclamó Rori—. Eres un gran hombre, de verdad, nos salvaste.Pablo solo sonrió un poco, se encargó de proveer todo a la casa y le dijo a Ro
Un año después—¡No sé la pudo tragar la tierra! Violeta debe estar por ahí, burlándose de mí, con esos hijos que parió, esperando darme una puñalada por la espalda, seguro asesorándose con un abogado, ¡Y esos inútiles no pueden hallarla! Es solo una maldita mujer tonta, no debe ser difícil hallarla —dijo Hugh con rabiaFrente a él estaba Edward Miller, su nuevo administrador—Tranquilo, Hugh, esto suele ocurrir, ya la encontrarán.—¡Quiero que la encuentren ya! La quiero ante mí, ella no me va a quitar toda mi fortuna. ¿Podré viajar o no?—Hablé con el abogado ayer, puedes viajar cuando quieras, la policía no tiene ninguna prueba en tu contra —dijo Edward—¿Quién pudo poner una denuncia de la desaparición de Milena