¿QUÉ TE PARECIÓ EL CAPÍTULO? REGÁLAME TUS COMENTARIOS, GRACIAS POR TU APOYO, AGREGA A BIBLIOTECA, REGÁLAME TU LIKE
Hugh se quejaba del dolor, estaba atado de pies y manos, sentado sobre una silla, sentía un miedo descomunal, miró de frente y pudo ver a Alfredo Lanzi frente a él —Entonces, ¿Te atreviste a amenazarme? ¿Querías chantajearme? —el hombre hizo un sonido raro con su boca—. Mira ahora como has terminado, querido Hugh, ¿Es que no sabes el tamaño de tus enemigos? Ahora estás a mi merced, ahora no eres un rival para mí, derribarte ha sido como quitarle un dulce a un niño, y será más fácil con tu padre, en comparación contigo, yo no fallaré —sentenció —¡Pagarás muy caro! —gritó Hugh—. Juro que te vas a arrepentir. —Tus amenazas no tienen fuerza, Hugh, estás perdido. Logan entró y sonrió al verlo, mientras aplaudía —Hola, Hugh. —Logan, bienvenido, ahora Logan trabaja conmigo, juntos somos un gran equipo, así que, quédate aquí, cuida a tu mejor amigo Hugh, y dale la bienvenida calurosa. Logan sonrió, mientras lo miraba con odio —¿A dónde vas, Alfredo? ¡Espera! ¡Negociemos, por favor! —¿
Sebastián miró a Seraphyna, ella dormía sobre a cama, el doctor recién se había marchado y logró calmar el frenesí de la joven. Él acarició su mejilla, le miró con amor y paciencia, no entendía en qué momento su pequeña hija sucumbió ante tal infierno, solo quería ayudarla y curarla, daría su vida porque así fuera, salió de ahí y fue a la habitación de los gemelos, admiró lo hermosos e inocentes que se veían ahí recostados en su cuna, eran como algo sublime, incapaz de ser dañados, sus caritas pequeñas, y sus gestos suaves y tiernos. Violeta se acercó a él —Cada día se parecen más a ti. Él sonrió —Mientes, tienen el cabello rojo de mi madre, pero son idénticos a ti en lo bello, tengo miedo —dijo de pronto y ella sintió una zozobra en su interior —¿De qué? —¿Y si soy yo el culpable de todo? ¿Qué hay de mí? ¿Si mis niños tienen el futuro de Seraphyna y Hugh? No sé si pueda resistirlo. Violeta acunó su rostro entre sus manos y siseó con suavidad —Escucha, los padres somos como un
Alfredo miraba a Hugh a los ojos con rabia, mientras este estaba además de herido, agotado y deshidratado—Todo es tu culpa, solo debías matar a Sebastián, y mira lo que hiciste, el tipo volvió de la muerte como un héroe, y no solo eso, se llevó a Valentina de las manos de mi hijo y robó a sus bebés.—¿Qué dices? —dijo Hugh sonriendo, aunque débil—Cállate, o te juro que te mataré de una buena vez.—De todos modos, tu hijo morirá, sin haber tenido ni una esposa, ni un hijo —dijo Hugh riendo, y Logan le dio un buen golpe por orden de Alfredo—¡Aún pareces con ánimo! Muy bien, Hugh, pero ahora yo estoy al mando, y te aseguro que esta vez, Sebastián no resucitará al tercer día, y tampoco podrá volver, Violeta deberá ser la esposa de mi hijo, si no quiere que sus bastardos mueran—¡Alfredo! —el hombre se paralizó y cuando miró atrás vio a su hijo, que con ojos severos le miraba con decepción, luego Pablo dio la vuelta y se fue de ahíAlfredo corrió tras él, mientras le dio una orden a Log
Alfredo cayó de rodillas, y sollozó sin poder detener a Pablo que tomó su auto y se fue de su lado, no podía creer que lo perdiera, no cuando solo luchó por su felicidad.Pablo manejó a toda prisa, debía irse, debía escapar, no conocía a ese hombre que alguna vez llamó padre, recordó que su máscara cayó, ¿Todo lo había hecho por él? Tal vez por amor se cometen las peores atrocidades o sacrificios, pero Pablo estuvo seguro de que él nunca le pidió hacer algo así.Sebastián y Violeta estaban felices, él no dejaba de mirarla—Deberíamos irnos, alejarnos un poco de todo esto, solo un tiempo —dijo SebastiánElla estuvo de acuerdo, y Vladimir llegó—Han llamado, era el abogado del señor Astrod, dice que dejó a su nombre una caja fuerte en el banco del Villar, que debes ir a abrirla ahora mismo.Sebastián estaba confuso, pero al fin de cuentas, decidió hacerlo.Cuando Pablo despertó en aquel hotel su mente era confusa, debía ir con Violeta, decirle todo, y denunciar a su padre, esa idea de p
Sebastian hizo un gesto triste y se acercó unos pasos a Hugh—En el fondo, me sentía tan solo que siempre quise ser padre, por eso, cuando te conocí a ti y a Seraphyna, fue fácil amarlos, lamento si me equivoque contigo, si te lastimé.Él miró sus ojos —Suena demasiado bondadoso, pero... en realidad siempre te odié, tú... me robaste a mi madre, Sebastián, cuando apareciste ella dejó de amarme, ella dejó a mi padre por ti, fuiste soñó un intruso y por eso te odio.Sebastián escuchaba su voz y dolía, cada palabra que el decía dolía más y más —Debes estar feliz... ahora por fin dejaré de ser... tu enemigo, ya podrás estar en paz, ganaste... te quedarás con Violeta y podrán ser felices después de todo.—Hijo...—Quiero verla, por favor...Sebastian titubeó pero salióVioleta lo vio perpleja —Él quiere verte —dijo con la mirada triste—.Está muriendo...Violeta sintió como un miedo en su interior y aceptó verlo, entró de prisa a aquella habitación de hospital, lo miró ahi sobre la cama, é
Violeta estaba en el pasillo, recordando todas las palabras de Hugh, taladrando en su mente, las lágrimas corrían por su rostro, necesitaba entrar, necesitaba hablar con él, decirle todo lo que estaba matándola por dentro, ¿Él mató a su padre? Ella estuvo segura de que sí, ¿Cómo sabia sobre el estacionamiento? Eso nunca se lo dijo a Hugh, no a él, solo a Sebastián, solo a él se lo contó«¡Hugh! Mataste a mi padre, voy a matarte» dijo sintiendo la ira carcomiendo su almaObservó a Sebastián salir de la habitación, mientras las enfermeras entraban con rapidez—¿Qué pasó? —dijo al ver su cara casi al borde del colapso—Mi hijo Hugh ha muerto…Ella negó con rabia, entró tan rápido a la habitación, observó que las enfermeras cubrían el cuerpo de Hugh por completo, pero ella comenzó a golpear su pecho con rabia—¡Maldito! Miserable, no puedes morir, ¡No puedes irte sin pagarlo todo! ¿Mataste a mi padre! No te irás, hasta que te mate con mis propias manos, ¡Desgraciado!Las enfermeras luchab
Alfredo corrió, pero no los alcanzó, estaba desesperado, la seguridad del hospital alertó a la policía —¿Por qué su hijo huiría? —exclamó el policía intrigado —Esa mujer tiene la culpa, creo que mi hijo ha comenzado a alucinar. —Imposible, ¿Acaso él se lo dijo? Pablo nunca ha tenido un problema mental en su historial clínico. —Pues se ha comportado errático desde hace días, agresivo, severo, y se fue de casa, además, como pudo verlo, su salud se deterioró, deben ayudarme a traer a mi hijo de vuelta él no puede estar lejos de mí, ¡Morirá sin mí! —exclamó con terror. La policía llegó y el hombre puso una denuncia, acusando a Verónica Ramos de secuestro. —¿A dónde vamos? —exclamó Verónica —No podemos ir ni a tu casa, ni a la mía, mi padre nos buscará en esos lugares, pero no tengo ningún otro lugar a donde huir. —Yo sí —aseveró ella virando el auto en una esquina—. Tengo un refugio para estos casos —afirmó convencida Él la miró incrédulo, pero tuvo que confiar, no le quedaba nad
Pablo abrió los ojos, sintió que un cuerpo tibio estaba cerca de él, pronto encontró a Verónica a su lado, fue una extraña sensación, muchas veces soñó con despertar al lado de una mujer, pero siempre Violeta venía a su mente, la realidad superaba por mucho a sus fantasías, observó el rostro de Verónica, dormida parecía una chica más joven, por supuesto que era hermosa, inteligente y dulce, pero, ella no era Violeta, nadie sería Violeta en el corazón de Pablo y él supo que incluso si lograba olvidar su amor, Violeta representaría en su vida algo que sería especial y anhelante. Verónica se despertó minutos después y sonrió al ver a Pablo.Se levantaron—Debo irme.—¿Irte? —exclamó ella sorprendida —He decidido que me iré del país, así estaré lejos de mi padre. Veronica se sintió impactada, pensar que no volvería a verlo le dolía—Pero, y tu tratamiento médico.—bueno. en otro país puedo hacerlo —dijo Pablo. Verónica asintió, ocultaba su decepción, dejar de verlo le dolía, porque alg