Liana ClintonHabía aceptado darle una oportunidad a esto por petición de Liam. Y ni siquiera sabía en lo que estaba pensando.Pero algo en mí aceptaba de buena gana que esto sucediera. Era un disparate fingir que él no me afectaba de todas las formas posibles. Me gustaba, él era atractivo y conocerlo solo ayudaría a fijar las cosas.Y las palabras de Cristian llegaron a mi mente. O podía sacarle provecho a todo esto para cuando terminara o podía envolver a Liam alrededor de mi dedo de forma metafórica.Dios, mi mente estaba muy dispersa y aunque no quería admitirlo tenía miedo.Todo esto era una farsa, un contrato que debía cumplir, pero ¿y si podía sacar algo más que noches de soledad de esto?Me casaría en una semana con este hombre y tendría que dejar mi vida tal y como la conocía.Cuando se detuvo frente a mi puerta me quedé dentro del auto por largos segundos antes de girarme en su dirección y mirarlo directamente.—Gracias por la noche, Liam. Para ser un evento tan aburrido fue
Liana ClintonNo podía creer que fuera el gran día. El día en que me casaría con Liam Flesher.La opresión en mi pecho no disminuía con el pasar de las horas, solo aumentaba. Y más con la presencia de todas las mujeres a mi alrededor arreglándome y provocando que todo saliera lo mejor posible.Mi madre estaba conmigo, sentada en una bonita silla de ruedas luciendo impecable con su vestido, su maquillaje y su peinado, mi hermana estaba junto a ella con una sonrisa juguetona mientras robaba vino que ella no podía tomar.Pero no la culpaba. Estaba igual o más nerviosa que yo y el alcohol parecía haberla calmado un poco.El día de mi boda llegó más rápido de lo que esperé y si era sincera no me había conectado del todo con Liam estos últimos días. Habíamos estado pululando alrededor del otro con una energía crepitante creciendo a nuestro alrededor, pero nunca pasó más que de palabras nuestras interacciones.Ni siquiera me había atrevido a volver a besarlo y considerando que hoy sería nues
Liana Clinton Sabía que mis padres se habían casado en una boda sencilla en la que mi madre tuvo que caminar por el pasillo hacia mi padre con su propio padre del brazo.En esta ocasión, caminaba yo sola por el pasillo, con el estómago vacío vuelto un etcétera y con más de seiscientas personas con sus ojos puestos en mí esperando probablemente la divinidad de mi personas o una caída aparatosa.Mi mano temblaba sin control alguno mientras me acercaba a Liam vestido con un trae negro perfectamente hecho a su medida. Su cabello estaba peinado hacia atrás viéndose más intimidante de lo que alguna vez fue para mí y eso provocó un estremecimiento de mi parte.La gente en cada lado me observaba maravillada, emocionada por participar en lo que sería la boda del año, pero no había nada en mí que le importara en lo absoluto sus presencias. Cualquiera se regodearía al tener a un senador cinco filas atrás, pero todo lo que podía hacer era hacerme sentir más nerviosa y con más ganas de llorar.Al
Liam FlesherLa fiesta seguía en todo su apogeo cuando tomé a Liana de la mano y la saqué de aquel lugar.Le había prometido tres días en una isla desierta para nosotros dos y debíamos tomar un vuelo en esa dirección.Podríamos haber salido mas tarde, cuando las cosas se fueran calmando un poco, pero podía notar su incomodidad y la forma tan falsa en la que estaba sonriendo. Aunque si me lo preguntaban, ella estaba actuando maravillosamente bien fingiendo estar cómoda frente a estas personas.Pero ya era suficiente. Había prometido demasiadas cosas a lo largo de la semana y estaba dispuesto a cumplirlas cada una de ellas y claramente empezaría en el vuelo de tres horas al que estaríamos sometidos.Su mano se apretaba suavemente alrededor de la mía mientras subíamos a mi jet privado. Y cuando se sentó en uno de los sillones por primera vez sin nadie alrededor la vi suspirar profundamente relajándose poco a poco. Y eso me hizo sentir más tranquilo, no solo por haberla sacado más rápido
Liana ClintonLas manos de Liam me sostenían de la cintura con determinación mientras me giraba en su regazo lentamente. Su mirada se enfocó directamente en mis labios cuando los lamí con cuidado y aunque su miembro semi erecto estaba presionando contra mis nalgas, no me sentía tan nerviosa como en un principio.Había hablado de follarme lento, a mi ritmo. Y eso aumentó mi ritmo cardíaco en cuestión de segundos. Y tenía miedo de que si me acercaba lo suficiente él podría escuchar los desenfrenados latido de mi corazón.Mi mano se elevo hacia su rostro y él se inclinó hacia mi palma suspirando suavemente mientras una de sus manos continuaba masajeándome el cabello tras haber desecho el moño que me había mantenido con un poco de dolor de cabeza.—Estaremos tres días en una isla desierta solo para nosotros, Liana. Y soy un hombre con más paciencia de lo que crees, viviremos juntos, puedo esperar el tiempo que haga falta. Ambos estuvimos de acuerdo en empujar nuestros muros, pero eso no q
Liam FlesherLiana estaba tocando mis botones. Su cuerpo se removía sobre el mío algo ansioso por algo que sabía podía darle y me cuestioné si la empujaba hacia sus límites o le daba lo que realmente quería.Ella parecía decidida a moverse sobre mí para sacar un orgasmo de ello y no me quejaba en lo absoluto, pero no estaba seguro de poder controlar mis instintos dominantes si ella seguía por esa línea de acción.—Liana —rogué con un gemido bajo, pero no parecía escuchar.Sus labios estaban entreabiertos y se removía sin consideración sobre mí quebrando mi pobre al y espíritu sin que pudiera hacer nada al respecto.Esta mujer debería calmar sus instintos más básicos, pero, Jesucristo era un solo un simple mortal y tenía sobre mí a una mujer que parecía haber bajado del mismo olimpo solo para usarme y complacerme a la vez.Y decidiendo que no me importaba nada más que darle lo que quería, me aferré a su cintura y ala ayudé a moverse sobre mi tieso miembro para que buscara su propio pla
Liana ClintonCuando desperté algo se sentía extraño.Por lo general despertaba cuando el sol a penas estaba saliendo y la mayoría de las veces eso sucedía a causa de la alarma que siempre sonaba en mi habitación. Siempre estaba oscuro cuando despertaba, pero ahora había luz por todos lados dejándome saber que la hora de despertar se me había pasado y considerando que era lunes debía ir muy tarde al trabajo.Ese fue el primer susto que tuve en esa mañana.El segundo fue abrir mis ojos y no reconocer el lugar donde estaba. Ciertamente había menos luz de la que creía, pues el amanecer se levantaba frente a mí, brillando sobre increíbles agua que permanecían oscuras, pero que poco a poco estaban tomando la tonalidad de las luces anaranjadas que reflejaba el sol sobre ellas.Cuando descubrí que estaba frente al mar y en una habitación que no era mí recordé de inmediato que se suponía que estaba en mi luna de miel con Liam y aparentemente me había quedado dormida.Pero el siguiente susto f
Liana ClintonNi siquiera me di cuenta cuando me volví a quedar dormida, pero para cuando volví a abrir los ojos me encontré con el sol en un punto más alto, pero ya no podía verlo, pues estaba por encima de mí aparentemente dejándome saber que debían ser más de las diez de la mañana.Al darme la vuelta me encontré con la cama vacía y Liam desaparecido de la habitación.Estirándome me levanté de la cama y empujé lejos las sábanas para tocar con mis pies las baldosas frías que se veían muy lujosas ahora que tenía mas luz.Sin enfocarme demasiado en las cosas que me rodeaban me moví hacia el baño y me miré al espejo notando que mis ojos brillaban un poco aun cuando estaban algo pegados por el sueño.Inclinándome sobre el lavabo lavé mi rostro con jabón y luego de secarlo noté el cepillo de dientes sin destapar de color blanco. Lo saqué de su empaque notando mis bonitas uñas con manicura francesa cortesía de las chicas de ayer y negué con una sonrisa mientras comenzaba a lavarme los dien