“No, ella no está”.“Aimee, no me mientas. Solo quiero hablar con ella”, él dice suplicante, y siento que mi corazón se encoge.“¡Ella no está aquí!”, grita Aimee acaloradamente, y me la imagino mirándolo amenazadoramente.“Estás mintiendo, sus maletas están ahí. ¡¿Shayla?!”.“¡¿No has hecho suficiente?!”, grita Aimee enfadada. “¡Nunca, en todos mis años de amistad con esa mujer, la había visto tan destrozada!”.“Aimee, yo la amo”.“Entonces déjala ir, Cole. Si la amas de verdad, como dices, déjala ir, porque no eres bueno para ella. Ella está hecha un desastre, y ni siquiera sé dónde o cómo vamos a ayudarla a recoger los pedazos esta vez”.“Por favor, déjame verla, solo un segundo”, él suplica miserablemente, y yo suelto un quejido sin poder controlar el sollozo que se me escapa.“¿Oyes eso? Eso es lo que le está haciendo tu amor”. Hay un momento de silencio y el único sonido en el apartamento es mi llanto resonando en el baño. “Ella es la última persona en el mundo que se mer
“Genial”, digo, mirándolo. “Estaré en mi escritorio entonces”.“Está bien”, él responde, mirándome fijamente. Aparto mis ojos de los suyos antes de darme la vuelta y salir de su oficina. Las siguientes semanas, tuve que trabajar largos días y noches junto a Cole en este proyecto de hotel. Suspiro, dejo caer el bolígrafo con frustración y me froto las sienes con cansancio. Cole levanta los ojos de su diseño y me mira con el ceño un poco fruncido. “¿Qué pasa?”.“He intentado varias veces hacer bien esta parte, pero no funciona”, gruño, cerrando los ojos. Cole se levanta y rodea el escritorio para pararse detrás de mí.“Muéstrame”, dice, poniendo una mano sobre el escritorio e inclinándose sobre mí para poder ver mi diseño.“Aquí”. Señalo con mi bolígrafo la parte con la que estaba luchando. Los ojos de Cole se entrecierran mientras estudia mi diseño, se muerde el labio y su mano cubre la mía que sostenía el bolígrafo.“Si lo haces así…”, él habla en voz baja junto a mi oído mientras
Ha pasado más de una semana desde que Shayla y yo nos separamos de nuevo. Pensé que alejarme de ella antes era difícil, es aún más difícil ahora que me he dado cuenta de que estoy enamorado de ella. No puedo creer el desastre que he hecho con todo. La perdí. Cada noche me despierto con el sonido de sus angustiosos sollozos. Verla derramar una lágrima siempre fue duro para mí, pero escuchar tanta desesperación y sufrimiento en su llanto aún me atormenta. No sé en qué estaba pensando al ocultarle el compromiso. Si se lo hubiera dicho desde el principio, ahora estaría conmigo, pero me preocupaba su reacción y, en cambio, la sorprendió por completo y pensó que le estaba mintiendo, lo cual no era cierto. Dios, soy un desastre, nunca me había sentido tan mal en mi vida. Aunque me cueste admitirlo, Aimee tenía razón con lo que dijo. Después de escuchar los sollozos de Shayla y la mirada rota en sus ojos, cuando la vi ese día en su apartamento, me hice la promesa de dejarla en paz. ¿Qué derech
Exhalo y me froto la nuca, agitado. “No, no es solo eso, Sophie. Pensé que podríamos recuperar lo que una vez tuvimos, pero no podemos porque me di cuenta de que lo que quiero ha cambiado. He cambiado. Todas las fiestas en yates, y tú y todas tus falsas amigas de la alta sociedad fingiendo que se agradan, cuando en secreto están compitiendo entre ustedes. ¿Quién viste la mejor línea de ropa, quién se casará primero, quién tiene un anillo de compromiso más grande? Es una mierda superficial y materialista, y ya lo superé. Quiero poder llegar a casa después de un largo día y relajarme con mi novia, pero no puedo hacerlo contigo, porque siempre quieres hacer algo, siempre quieres estar en algún sitio. Es agotador. Todo tu estilo de vida me resulta agotador”, aclaro abiertamente. No estaba mintiendo. Sinceramente, estaba muy cansado de todo.Sophie me mira fijamente durante un largo momento. Ella asiente y se seca las lágrimas antes de sacar algo de su bolso, que estaba sobre la cama. “Iba
“Sophie está embarazada”.Miro a Cole perpleja, mientras mis dedos pierden el agarre que tenía sobre el vaso, que resbala y se estrella contra el suelo de baldosas. ¿Él acaba de decir que Sophie está embarazada? ¿Realmente lo he escuchado bien? Creo que ni siquiera parpadeaba mientras me quedaba sentada mirándolo como una idiota. Creo que estaba al borde de un ataque de nervios.“Oh. Vaya. Felicidades. Debería eh… recoger los vidrios…”, murmuro patéticamente mientras me arrodillo en el suelo intentando recoger los trozos de vidrio con mis dedos temblorosos.“Shayla, ¿qué estás haciendo?”, escucho a Cole decir mientras se acerca hacia mí apresuradamente, arrodillándose frente a mí mientras recojo los trozos de vidrio rotos.“Se me resbaló de la mano cuando... eh, Dios, lo siento mucho”, me disculpo.“Shayla, déjalo. Para, te vas a lastimar, déjalo”. Cole frunce el ceño y estira la mano para tocarme, pero me sobresalto y retira la mano. Todo mi cuerpo tiembla tanto que no puedo agar
Cole sacude la cabeza y me mira a los ojos; sus dedos pasan por mi cabello. “Por favor, no te vayas. Prefiero verte todos los días y que me duela. Prefiero amarte en silencio desde la distancia a que te vayas y no volver a verte, por favor, no lo hagas”, él suplica dolorosamente. “Sé que no tengo derecho a pedirte esto, si tienes que odiarme, ódiame, lo soportaré. Aceptaré que me odies todos los días antes de perderte por completo”.“Ojalá tuviera ganas de odiarte, Cole, eso habría hecho más tolerable este dolor constante en mi corazón, pero no creo que tenga fuerzas para ver cómo te casas y tienes un bebé con ella”, suspiro, encogiéndome de hombros. “Simplemente no puedo”.Cole aparta su mirada de la mía para ver mi mano sangrante y se lame los labios: “Lo entiendo”, susurra con tristeza y frunce el ceño cuando él desenvuelve el paño y ve que fluye más sangre de mi mano. “El sangrado no se detendrá. El corte es demasiado profundo. Te voy a llevar al hospital”, dice poniéndose de pie
Él cierra los ojos y sacude la cabeza. “No, no lo seré. La voy a cagar como lo he hecho con todo lo demás. Tengo tanto miedo Shay”. Levanté la mano y le acaricié la quijada: “No tiene nada de malo tener miedo, pero tienes que saber que puedes hacerlo”. Le aseguré, mientras él presionaba sus labios contra mi frente. “¿Cómo es que todavía tienes tanta fe en mí después de todo lo que he hecho?” Me pregunta, apartándose y mirándome a los ojos con tanta devoción que me roba el aliento. “Porque te amo, chico tonto”, le susurré. Él sonríe un poco, pero sus ojos no lo acompañan. “Y yo te amo a ti, niña tonta”. Me susurra devuelta y se inclina para besarme suavemente en los labios. Suspiro cuando él se aleja y sus ojos buscan los míos por un momento. “Deberías irte”, le digo, y él niega con la cabeza. “No, no me iré. Me quedaré contigo”. Dice mientras retoma su asiento, y yo intento pararme dispuesta a discutir con él, pero olvido el corte en mi mano y grito cuando lo aprieto con fue
Me quejo cuando siento que algo me peina suavemente el pelo. “Levántate, bobo”. “No”, murmuro con la voz apagada mientras estoy acostado sobre mis brazos en el escritorio. “Cole, necesito el plano, pero tu gigantesca frente me tapa la parte que necesito ver”, se queja Shayla y me da un par de golpecitos en la cabeza con su lápiz. Sonrío, con mi cabeza todavía entre mis brazos y la miro, sin levantar del todo la cabeza. “Perdona, esta frente se ha expandido para retener el conocimiento y la sabiduría que mi cerebro ha acumulado a lo largo de los años”, le digo y Shayla estrecha los ojos hacia mí e inclina la cabeza hacia un lado mientras sus labios se curvan en una sonrisa. “Ajá, a mí me parece que te estás quedando calvo, pero lo que sea que te haga sentir mejor muchachote”. Dice, tirando del papel y mirándome juguetonamente cuando no me muevo. “Suéltalo”. Le sonrío y ella parpadea. “¿Muchachote?”. Las mejillas de Shayla se sonrojan y mira hacia otro lado mientras se humed