Él cierra los ojos y sacude la cabeza. “No, no lo seré. La voy a cagar como lo he hecho con todo lo demás. Tengo tanto miedo Shay”. Levanté la mano y le acaricié la quijada: “No tiene nada de malo tener miedo, pero tienes que saber que puedes hacerlo”. Le aseguré, mientras él presionaba sus labios contra mi frente. “¿Cómo es que todavía tienes tanta fe en mí después de todo lo que he hecho?” Me pregunta, apartándose y mirándome a los ojos con tanta devoción que me roba el aliento. “Porque te amo, chico tonto”, le susurré. Él sonríe un poco, pero sus ojos no lo acompañan. “Y yo te amo a ti, niña tonta”. Me susurra devuelta y se inclina para besarme suavemente en los labios. Suspiro cuando él se aleja y sus ojos buscan los míos por un momento. “Deberías irte”, le digo, y él niega con la cabeza. “No, no me iré. Me quedaré contigo”. Dice mientras retoma su asiento, y yo intento pararme dispuesta a discutir con él, pero olvido el corte en mi mano y grito cuando lo aprieto con fue
Me quejo cuando siento que algo me peina suavemente el pelo. “Levántate, bobo”. “No”, murmuro con la voz apagada mientras estoy acostado sobre mis brazos en el escritorio. “Cole, necesito el plano, pero tu gigantesca frente me tapa la parte que necesito ver”, se queja Shayla y me da un par de golpecitos en la cabeza con su lápiz. Sonrío, con mi cabeza todavía entre mis brazos y la miro, sin levantar del todo la cabeza. “Perdona, esta frente se ha expandido para retener el conocimiento y la sabiduría que mi cerebro ha acumulado a lo largo de los años”, le digo y Shayla estrecha los ojos hacia mí e inclina la cabeza hacia un lado mientras sus labios se curvan en una sonrisa. “Ajá, a mí me parece que te estás quedando calvo, pero lo que sea que te haga sentir mejor muchachote”. Dice, tirando del papel y mirándome juguetonamente cuando no me muevo. “Suéltalo”. Le sonrío y ella parpadea. “¿Muchachote?”. Las mejillas de Shayla se sonrojan y mira hacia otro lado mientras se humed
Estiré el brazo y puse música para ahogar el silencio en el coche. Le devuelvo la mirada a través del retrovisor cuando suena una canción que nos gusta, y ella me mira brevemente con los labios curvados en una sonrisa mientras canto la letra al ritmo de la música. Cuarenta minutos y muchas miradas discretas después, llegamos a nuestro destino. Caminamos entre la multitud de gente. Esta vez había más gente que la última vez que estuvimos aquí. Shayla caminaba a mi lado con Josh a su izquierda, y yo tenía a Sophie a mi derecha. Sophie entrelaza sus dedos con los míos y todo dentro de mí se retuerce, pero le permito que me tome de mi mano, al fin y al cabo está embarazada con mi hijo. No llevábamos ni cinco minutos antes de que Sophie se quejara. “Oh, por Dios. no pienso comer de esos asquerosos carros. Este lugar es completamente antihigiénico. No puedo comer nada de aquí. Me enfermaria. Dice con desagrado y Shayla y yo la fulminamos con la mirada. “Creo que descubrirás que estos c
“Aimee”, le respondo sosteniendo su mirada con firmeza hasta que aparta la vista. Asiento con la cabeza y le sonrío a Jo, que me saluda con la mano. Jo es encantadora; es mucho más relajada que Aimee. Aunque me alegro de que tenga amigas leales que la quieren y se preocupan por ella lo suficiente como para protegerla. Caminamos y probamos platos de diferentes carros. “Oh cariño mira, ¿puedes ganar uno de esos osos tan bonitos para mi?”, pregunta Sophie, rodeando mi brazo con su mano, aferrándose a mí. Resisto las ganas de virar los ojos y asiento con la cabeza, dejando que me arrastre hasta el puesto en el que había que derribar los objetivos para ganar el premio. “¿Qué tenemos aquí?”, dice Josh, cogiendo la pistola que está a mi lado. ¿Qué es lo que está haciendo este hombre? ¿En serio está coqueteando con Shayla delante de mí? Lucho contra la frustración y derribo los objetivos y Sophie grita de la emoción, y me rodea el cuello con los brazos y me besa. Me separo al instante y su
Aclaro mi garganta interrumpiendo su conversación. “¿Están listos para irse?” Pregunto a Shayla y a Josh, que se miran justo cuando Sophie vuelve cuando deja de llover. “En realidad, vamos a quedarnos un poco más. Todavía me muero por probar más comida y las chicas quieren ir a beber unas margaritas. Se han ofrecido amablemente a llevarme a casa así que mañana recogeré mi coche en tu casa”, me dice Josh, y yo asiento mirando a Shayla que me sostiene la mirada un momento. “Chicas, enseguida vuelvo. Sólo tengo que ir a darle algo a Rico”. Dice Shayla, y la miro mientras se aleja entre la multitud. “Debería ir a despedirme de Rico, Sophie, tú ve al coche. Estaré allí en un momento”. Le digo y le doy las llaves del coche. Sophie empieza a quejarse de nuevo y le pide a Josh que la acompañe al coche mientras yo sigo a Shayla. Veo que le entrega algo a Federico y éste le guiña un ojo. Ella le sonríe, le lanza un beso y, cuando se da la vuelta, choca conmigo. Jadea y me mira, con sus o
“¿Cómo es que se dice?” pregunta Josh, entrecerrando los ojos mientras se inclina hacia mí para poder oírme mejor por encima de la música alta. “Salud”, repito con una risita, y él asiente y levanta su copa de margarita. “¡SALUD!” Grita, y la gente de alrededor aplaude y lo repite levantando sus copas. “Oh, Dios mío. Este lugar es increíble. No recuerdo la última vez que me divertí tanto”. Josh se ríe, chocando su vaso con el mío. “Todo lo que necesitas para pasar un buen rato, es una buena compañía. Rodéate de gente que esté en la misma sintonía que tú y estarás bien”. Digo encogiéndome de hombros y observo cómo Jo y Aimee bailan con dos chicos que acaban de conocer. Josh se inclina hacia delante y se lame los labios. “Lo entiendo, sabes”. Le miro con una sonrisa y sacudo la cabeza confundida. “¿Entender qué?”. “Por qué a Cole le cuesta tanto dejarte ir”. Mantengo la sonrisa en mi rostro y bajo la mirada, no queriendo mostrarle lo dolida que estaba por Cole. “Todavía recue
Cole: ‘¿Llegaste bien a casa?’ Yo: 'Sí, Cole, soy una chica grande. Puedo cuidar de mí misma'. Cole: 'Sé que puedes, pero todavía me preocupa. ¿Qué estás haciendo?’ Yo: 'Viendo una película con las chicas y Josh'. Mientras espero su respuesta, mi teléfono empieza a sonar con su nombre en la pantalla. Me excuso y me dirijo a mi habitación para responder al teléfono. “¿Por qué me llamas a estas horas?” susurro mientras cierro la puerta de mi habitación. “¡¿Por qué Josh está en tu casa?!” Cole reclama y yo cierro los ojos suspirando. “Te dije que estamos viendo una película. De todas formas, ¿qué tiene que ver contigo?”. Pregunto acaloradamente tratando de bajar la voz, y puedo oír a Cole paseándose en su lado de la línea. “Dios, Shayla, ¿intentas volverme loco? ¿Estás haciendo esto a propósito para ponerme celoso y hacer que reaccione? Porque lo estás logrando”. Frunzo el ceño paseando por mi habitación. “De qué demonios estás hablando Cole. ¿Por qué iba a hacer a
“¿En dónde está?” Gruñe, mirando a su alrededor mientras entra por la puerta principal y yo me pongo delante de él, colocando mis manos en su pecho. Los ojos verdes y furiosos de Cole se encuentran con los míos y nos miramos fijamente. “Se ha ido, Cole”, le digo enfadada y lo empujo hacia atrás. “Tú también puedes irte”. Cole sacude la cabeza y vuelve a dar un paso hacia mí. Levanto el cuello para mirarlo mientras se eleva sobre mí. “¿Qué demonios estaba haciendo él aquí en primer lugar?” Me pregunta, entrecerrando los ojos. Me muerdo el labio inferior y lo miro a los ojos. “Estábamos teniendo sexo”, le susurro, y los ojos de Cole se oscurecen, su mandíbula se aprieta. “¿Quieres que te lo cuente todo?”, añado burlonamente, y él se muerde el labio inferior con fuerza mientras me mira con fiereza. “Más vale que estés bromeando, porque si te puso un maldito dedo encima lo mataré”. Gruñe, y yo le sonrío maliciosamente. “Tú no puedes decidir quién me toca”, le digo fríamente, y Co