”Eh, Dios, Cole. Tenemos que parar”. Levanto los ojos para mirar a Shayla y chupo su clítoris con fuerza. “¿Estás segura cariño?”. Ella jadea, sus piernas se estremecen cada vez que paso la lengua por su clítoris. Sus dedos se enroscan en mi pelo y mueve sus caderas contra mi boca. Me resisto a sonreír, puede que su boca diga que no, pero su cuerpo me lo pide. “Mierda”. Gime sin aliento, mordiéndose el labio mientras la llevo lentamente al orgasmo. “Cole, ay mierda, voy a…” Ella jadea, mordiéndose el labio con fuerza para no gritar mientras aprieta las sábanas con fuerza mientras llega al clímax. Gimo hambrientamente bebiendo cada gota ella mientras ella se estremece y pulsa contra mi lengua. “Oh, Dios mío…” Jadea sin aliento mientras le beso el estómago y le subo la camiseta hasta dejar al descubierto sus pechos naturales de copa C. “¿Shayla? ¿Estás despierta?” Ambos saltamos cuando oímos a Aimee decir su nombre. Los ojos de Shayla se abren de golpe, y parece que sus sentidos vu
Me paro frente a su edificio de apartamentos y lo miro fijamente. Estoy tan cansado de este vacío dentro de mí. No puedo soportar la idea de que Shayla ame a otra persona. Es egoísta, lo sé, pero quiero que me quiera a mí y sólo a mí. Mi corazón se aprieta cuando veo a Shayla salir a su balcón. Levanto la vista y la observo mientras cierra los ojos y se limpia la cara con los dedos. Está llorando de nuevo. Cuando baja la vista, me ve de pie junto a mi coche, mirándola. Saco mi teléfono y marco su número. Ella mira el teléfono y contesta. “Cole, ¿qué estás haciendo?”. “Vamos a algún sitio”. Suspiro. “¿Qué?”. “Desaparezcamos, vayamos a algún lugar lejos de aquí donde nadie pueda encontrarnos. Sólo tú y yo”. Le suplico, y ella cierra los ojos suspirando. “En un mundo ideal, me habría ido contigo a cualquier sitio, pero eso no es una opción para nosotros. No podemos hacerlo, Cole”. Me dice, con la voz temblorosa. “¿Por qué Shayla, por qué no podemos?”. “Porque yo tengo a mi f
Él suspira y se inclina hacia delante mirándome con seriedad. “Haz lo correcto y déjala ir porque eso es lo que realmente es el amor. Sacrificio. ¿Nunca has escuchado el refrán, deja ir lo que amas, y si vuelve, entonces siempre fue tuyo, y si no regresa entonces nunca lo fue?” Expresa, y yo suspiro. “Pero es más fácil decirlo que hacerlo, ¿no?”. “Hijo, hay dos tipos de amor, está el amor desinteresado y el egoísta. El amor no es sólo por los buenos momentos que compartes con alguien, sino más bien por las dificultades que compartes y por hacer lo mejor para la otra persona. Como tu chica, por ejemplo, que te ama tanto que se alejó y te dejó estar con quien creías que querías estar. Eso es amor desinteresado y lo tuyo es amor egoísta. Sólo piensas en lo que quieres, en tu dolor y no piensas en lo que ella necesita. Lo que tú estás sintiendo, ella lo está sintiendo diez veces más, pero está haciendo lo correcto y dejándote ser el hombre que necesitas ser para tu hijo sin resentimien
Yo suspiro, “Estoy bien, mamá, solo quería despejarme unos días”. Le aseguro, y ella respira aliviada. “¿Dónde estabas hijo? Tus teléfonos estuvieron apagados durante días y nadie sabía de ti. Pensamos que te había pasado algo terrible”. Dice, tirando de mí para abrazarme. “Cuando Josh me llamó pensamos…” Miro a Josh y veo que está al teléfono con alguien. “Estoy bien, siento haberlos preocupado. Debí haber dicho algo, pero es que necesitaba un tiempo a solas”, digo, y miro a Sophie, que sacude la cabeza con los ojos luminosos con lágrimas. “Lo siento mucho”. Me disculpo y ella se levanta y corre hacia mí, rodeando mi cuello con sus brazos. “Estaba tan preocupada, Tristán, por qué no me dijiste nada. Me desperté en mitad de la noche y no estabas”. Ella llora, y yo suspiro encogiéndome de hombros. “No tenía derecho a preocuparlos, pero es que he estado agobiado con todo y necesitaba escapar”, les digo y envuelvo a Sophie con mi brazo y le beso la frente. “Pero ya estoy bien, y s
Si alguien me pidiera que describiera los peores momentos de mi vida, les hablaría del día en que perdí a mi padre. Fue un momento que no quería vivir nunca más. Eso es, por supuesto, hasta que el hombre del que estás enamorada te dice que no quiere vivir más en medio de la noche y sale corriendo en su coche deportivo. La manera en cómo me temblaban las manos y las piernas mientras lo veía salir a toda velocidad por la carretera. Lo llamo al teléfono para decirle que vuelva, pero no contesta. En lugar de eso, cierra mi llamada y apaga el teléfono. Caigo de rodillas, gritando en medio de mi sala, con la cabeza entre las manos. Aimee sale corriendo de su habitación al oírme y se arrodilla frente a mí, seguida por Jo. “¡Shayla! ¿Qué pasó?”. “¿Qué demonios está pasando?” le pregunta Jo a Aimee, que se encoge de hombros y sacude la cabeza mientras intenta calmarme. “Shay, shhh, shhh, ¿qué pasa, nena?”. “¡Cole va a hacer una estupidez!” Sollozo histéricamente en su pecho. “¿Qué?” pre
“Estará bien, por favor, cálmate”. Me asegura, y yo niego con la cabeza. “No puedo seguir sentada aquí, Josh. Quiero salir a buscarlo”. Resoplo, y Josh niega con la cabeza. “No ha salido del país, su jet, su yate, su helicóptero están todos aquí, así que es sólo cuestión de tiempo que alguien lo vea y lo reporte. ¿Hay algún lugar al que hayan ido juntos donde él pueda haber ido? He revisado el lugar junto al río. No estaba allí”. Sacudo la cabeza, incapaz de pensar en un lugar que hayamos compartido. “No, no lo creo”, confieso, cerrando los ojos. “Josh tengo mucho miedo”, susurro, y él asiente tomando mis manos entre las suyas apretándolas dándome su apoyo. “Volverá, ya lo verás”. Me asegura, y yo asiento con un mar de lágrimas bajando por mi cara. “Deberías descansar un poco, te ves exhausta”. Sacudo la cabeza, cerrando los ojos. “No puedo, no hasta que sepa que está bien”. Josh asiente, me da un beso en la frente y me abraza. Recuesto mi cabeza en su hombro y sollozo. Josh
“¡Mírala! Mira bien lo que Cole le está haciendo. Ya no queda nada de ella, déjala en paz. Está en estado crítico, ¿intentas llevarla al punto de la locura?” Aimee grita enfadada. “Espero por el bien de ambos que Cole esté bien, pero no permitiré que ustedes dos destruyan a mi amiga, ya ha pasado por suficiente, ¡ahora largo de aquí!” exclama Aimee mientras se pone a mi lado mientras yo me balanceo en el suelo con la cabeza entre los brazos sollozando. Sophie sale del apartamento, cerrando la puerta de golpe tras ella. “Shayla”. Aimee se arrodilla junto a mí, rodeándome con sus brazos y halándome hacia su pecho. “Shhh, está bien, se ha ido, se ha ido, cariño”. “Se fue y todo es culpa mía”. Me lamento y Aimee sacude la cabeza apretando más su agarre sobre mí. “No se fue, él volverá”. Me tranquiliza y me ayuda a ponerme en pie. “Vamos, la estúpida te arañó la mejilla al pegarte, estás sangrando, vamos a limpiarte”. Dejo que Aimee me ayude a ir al baño. Estaba totalmente derrotada. No
"¡SUFICIENTE!” Grito mirando a los dos, mi pecho sube y baja con cada respiración desesperada que tomo. Cole levanta su mirada hacia mí, y sus ojos se suavizan al instante cuando nuestras miradas se encuentran. Suelta las manos de la camisa de Josh y me mira. “Josh, déjanos”, le digo con la voz ronca. “Shayla…”, interviene él. Lo miro. “Por favor…” Asiente con la cabeza y se detiene al ver el moretón y el corte en mi mejilla izquierda. “Shayla, ¿qué te pasó en la cara?” Pregunta, estirando la mano para tocarme, pero alejo la cara. “Déjanos”, susurro suplicante, y él asiente y sale del apartamento, dejándonos a Cole y a mí solos. Me quedé mirándolo, con las lágrimas cayendo por mi cara, mientras él me miraba disculpándose. “Shayla, ¿qué te pasó en la cara?” Pregunta caminando hacia mí. Levanto la mano y le doy una fuerte bofetada en la cara. Él levanta sus ojos hacia los míos, una mirada de dolor destella en sus ojos mientras se llenan de lágrimas. “Eso es lo que me pasó en