De pronto una pegó un grito y dijo complacido. —Ya sé de dónde te conozco… eres un piloto de Fórmula Uno, te has coronado campeón en las últimas dos temporadas —dijo la chica ganándose una expresión de admiración de Stefano. —¡Vaya! Qué agradable sorpresa que sepas eso… normalmente a las mujeres n
La joven cambió de posición para que Stefano pudiera ver su cuerpo, las otras hicieron lo mismo, la mujer seguía moviéndose encima de él, ahora a un ritmo más acelerado. Stefano acarició sus senos y observó la escena, a las otras dos mujeres que lo miraban fijamente, con lujuria en sus ojos, mientr
Stefano lo miró molesto y fue al baño a orinar, cuando salió de él se encontró con un Johny sonriente. —¿Qué no te cansas de burlarte de mí? —le preguntó molesto. —¡No me burlo de ti! Es un hecho muy cómico… me causa demasiada risa, creo que no lo deberías volver a intentar porque esas mujeres p
—¡Viste a Frank! Parece la sombra de Santos… durante todos los entrenamientos no se le despega. ¡Es un imbécil! ¿Será homosexual? Conociéndolo no es de sorprender que le quiera tirar palo a todo montículo —dijo molesto y su amigo negó con la cabeza. —Dime Stefano ¿Eso en que te afecta eso? Claro,
Sandra no podía entender cómo Stefano había llegado a su habitación, antes de que él pudiera darse cuenta, ella miró por el rabillo del ojo hacia la cama, y vio todo lo que usaba para pasarse por Santos, y al verlo parado en la puerta de la habitación caminó hacia donde él estaba y lo empujó, para l
—¿Estás loco? —lo cuestionó, mientras él le tomaba el rostro y le besaba el cuello.—No, nunca he estado más cuerdo en mi vida, tengo la impresión de que morí y estoy en el cielo con la angelita más hermosa.—¿Cómo puedes ser tan cursi? ¿Con esas palabrerías es que te llevas a las mujeres a la cama?
Sandra estaba nerviosa, sintió que dejó de respirar hasta que lo vio levantarse y alejarse sin decir nada, tirando la puerta tras su salida. Ella Corrió hacia la entrada y pasó el pestillo para evitar que alguien volviera a entrar, se recostó y se pasó la mano por la cabeza, mientras sus piernas tem
—A veces ocurre así Sandra, pero eso es parte de nuestro crecimiento personal y profesional, las pérdidas también definen nuestra esencia. Las palabras de su abuelo le dieron el aliento que necesitaba, por eso recobró su ánimo inicial, sabía que ese solo era un pequeño obstáculo que debía superar.