Carlotta dejó de escuchar sus palabras al ver la sangre en la bañera. —¿Qué diablo hiciste? ¡Estás loco! —ella iba a revisarlo y él la sostuvo de la mano. —Dejar de fingir que te preocupas por mí, no puedes preocuparte por alguien a quien no conoces… incluso ayer me dejaste todo el día solo, sin c
Terminó diciéndose con una risita, cuando descendía los últimos escalones, venía subiendo la señora Hamilton. —Carlotita, discúlpame por mi actitud de anoche, es que me sentí demasiado angustiada. Sandro es mi pequeño, sabes… yo tuve a Mike a los veinticinco años, después de haber tenido siete años
Regresó al comedor a esperar la bandeja, cuando su celular comenzó a repicar, no pensaba responderlo, mas cuando vio que se trataba de su padre lo atendió, sin esperar.—¡Papá! Esto es maravilloso! —exclamó feliz. —Mi pequeña, al fin me atiendes, sabes lo preocupado que estoy, te he llamado demasia
Sandro vio la fotografía caer y romperse contra el piso, mientras una exclamación mezcla de sorpresa y temor surgió de su boca, pues para él esa fotografía era su bien más preciado, prácticamente una reliquia, porque fue un recuerdo que le quedó de la primera vez que vio a su ídolo, cuando cargaba a
—¿Por qué tienes que ser tan quejón? ¿Te es imposible comerte la comida con tranquilidad? ¿No te enseñaron tus padres a que debes aprender a ser una persona agradecida con las cosas que la vida te ofrece? —a pesar de su expresión ser suave, lo estaba reprendiendo con firmeza ¿Sabes cuántas personas
Sandro estaba extasiado con esos labios, los succionaba y devoraba con una apremiante pasión, eran como el oasis en pleno desierto, como la estrella polar que usan los marineros para orientarse; no podía negarlo, estaba enloquecido por esa mujer, su delicioso sabor era más embriagante a cualquier vi
—Ellos no están prometidos, no veo una piedra en su mano… y ella no es cualquier mujer, es distinta —declaró arrugando el ceño. —¿Cómo vas a decir que es distinta, declarar tu amor y adoración por ella, si apenas tienes como un poco más de veinticuatro horas conociéndola? Ayer la odiabas y hoy vien
Carlotta se dió la vuelta, para regresar a la habitación de Sandro, pero la señora Shana se le adelantó y por el ascenso llegó antes, por lo cual la chica escuchó la conversación entre madre e hijo y aunque sabía que no estaba bien escuchar tras la puerta no pudo evitarlo.Por su parte,, cuando Sand