Las acciones de Jeremy fueron demasiado repentinas y Madeline no tuvo tiempo de reaccionar, pero ella comprendió rápidamente el razonamiento detrás de su movimiento.

Él quería que el hombre los confundiera con una pareja que estaba tan profundamente cautivada, el uno por el otro, que no podían evitar actuar según sus deseos.

El hombre era astuto, por lo que se acercó a ellos, de todos modos.

Madeline no tuvo más remedio que voltear la cara y estirar la mano para sostener los hombros de Jeremy mientras le devolvía el beso.

A pesar del frío día de diciembre, Madeline sintió que su cuerpo se calentaba y su corazón perdía el ritmo que antes estaba tranquilo.

Ella no estaba segura de si Jeremy lo estaba haciendo a propósito o para mantener su actuación, pero ella sintió que él profundizaba el beso y metía una mano en su chaqueta para sujetar su cintura...

Toc, toc, toc.

El hombre tocó la ventana.

Los besos de Jeremy se detuvieron.

“Esto es propiedad privada. Si van a tener intimida