A Madeline se le formó un nudo en la garganta, mientras miraba fijamente la figura delgada y cansada frente a ella. "¿Jeremy?".

Madeline se quedó mirando con asombro las facciones de su rostro, y la sensación de pesadez en su pecho se disipó.

También había sorpresa en los ojos de Jeremy, cuando le devolvió la mirada.

"¡Estás realmente bien, Jeremy!". Antes de que se diera cuenta, Madeline se acercó rápidamente hacia él, sus manos se extendieron para sostener las suyas.

Al sentir el calor de sus manos, Madeline sintió que al fin podía relajarse.

En ese momento, Madeline supo que no habría nada más importante que el hecho de que Jeremy estuviera vivo y sano.

Jeremy miró fijamente a Madeline, que se aferraba a sus manos con emoción. Por muy bella que fuera su apariencia sonriente, la mujer tenía lágrimas en sus ojos que delataban su anterior pesar.

"Te pareces mucho a la persona que me gusta, señorita", dijo Jeremy, con el barítono de su voz tan magnético y seductor, como ell