En ese momento, el hombre que los perseguía apareció ante ellos.

Al darse cuenta de eso, Madeline tomó la mano de Jeremy y se dio la vuelta, de nuevo. "Vámonos".

Jeremy la siguió, pero su altura y apariencia etérea hicieron que fuera fácil para él ser encontrado entre la multitud. El hombre los persiguió.

Sin dudarlo, Madeline subió a Jeremy a un autobús turístico que pasaba.

Para cuando el grupo se acercó, el autobús ya había comenzado a moverse.

Ellos estaban temporalmente a salvo.

Madeline dejó escapar un suspiro de alivio. El autobús dio un empujón y, con una mano sujetando el ramo, ella sintió que se caía antes de poder agarrarse a la barandilla.

Sin embargo, Jeremy logró agarrarla por la cintura.

Ella se encontraba sostenida en su amplio pecho, mientras sus largos brazos se posaban alrededor de su cintura. Todo se sintió tan natural.

En lo que respecta a los demás, los dos parecían el epítome de una pareja enfermizamente dulce.

"De los dos grupos que nos persiguieron, ¿