Madeline se levantó de la cama y se limpió. Cuando estaba a punto de buscar a Jeremy, escuchó ruidos en el balcón.

Ella miró y vio al hombre parado allí, solo. La espalda alta y esbelta de Jeremy, se veía delicada.

Había un cigarrillo entre sus largos dedos. La punta del cigarrillo estaba encendida y se atenuó, simultáneamente, luciendo desolada bajo el sol de la mañana.

Quizás él escuchó los pasos de Madeline, ya que se dio la vuelta y la vio caminando hacia él. Entrecerró los ojos en una sonrisa. "¿Por qué no duermes más?".

"Me despertaré, si duermo lo suficiente". Madeline sonrió. Cuando vio a Jeremy con la ropa de ayer, ella le preguntó: "¿No dormiste en toda la noche?".

Él curvó la comisura de sus labios. Sus ojos eran tan oscuros como la noche, fijados en el rostro rubio y dulce de Madeline.

"Ha sido difícil para mí conciliar el sueño, durante los últimos tres años".

Un destello cruzó por los ojos de Madeline cuando escuchó eso.

Jeremy apagó su cigarrillo y caminó frente