Observándola como un campeón que mira al derrotado, el hombre rebosaba un aura espantosamente dominante. "No deberías hacerme perder el tiempo, a menos que desees una muerte muy dolorosa", advirtió con frialdad. Meredith tosió dos veces, por el gusto de hacerlo, y alzó la vista con dificultad. "Yo... sé que no debí mentirte, Jeremy. Pero... te juro que el amor que siento por ti es real. Te amo, Jeremy, de verdad...". "Déjate ya de tonterías", le interrumpió Jeremy, con frialdad. Meredith se desplomó boca abajo en el suelo y se mordió el labio. "Está bien, te contaré...".Con la cara gacha, los ojos de Meredith relucían con falsedad. 'Si no puedo conseguir a este hombre, Madeline, ¡entonces olvídate de conseguir una pizca de su amor!'.Apretó la mandíbula y maldijo, internamente, antes de abrir la boca para decir: "Hubo una optativa que tomé con Madeline, en mi primer año, y había una chica con el apodo de Linnie, en esa clase. Madeline y yo habíamos echado un vistazo accident
El hombre que tenía enfrente, emitía un aire de frialdad y evasión; sus rasgos esculpidos no delataban nada, al mirarla fijamente. El viento corría con intensidad en lo más profundo del cementerio, acariciando las mejillas de quienes lo visitaban. Madeline dirigió una leve sonrisa, al hombre que había aparecido frente a ella. "¿Por qué estás aquí, Jeremy?", preguntó, con un tono informal salpicado de asombro. A pesar de ello, no dejó ver el nerviosismo que sentía. Jeremy se acercó despacio, antes de girarse para mirar la lápida. "¿Por qué estás tú, aquí? ¿Y quién es éste? ¿Por qué le rindes tributo? Es tu primera vez en Glendale, ¿no? No sabía que tenías parientes descansando aquí". Madeline fingió estar sorprendida, mientras respondía: "¿No lo sabías, Jeremy? Madeline aún es, técnicamente, tu ex-mujer. ¿No recuerdas a su abuelo?". "¿El abuelo de mi ex-mujer?". Miró atontado el nombre grabado en la lápida; las palabras, ‘Abuelo de Madeline Crawford’, estaban efectivamente gra
Pero aquí estaban, con Jeremy atravesando felizmente las puertas de la Mansión Whitman. Quizás esto era lo que la gente decía, de que el futuro era impredecible. La Sra. Whitman, Karen Yaleman, inmediatamente se adelantó a preguntar, cuando se dio cuenta de que Jeremy había llegado. "¿Es cierto, Jeremy, lo que leí en Internet? ¿Meredith en realidad hizo todas esas cosas? ¿Está condenada a doce años de prisión? ¿Realmente también fingió ser la hija de los Montgomery?". Jeremy frunció el ceño, disgustado. "No deseo volver a escuchar su nombre". "Pero...". "Hoy he venido para que mi prometida conozca a mis padres. Te rogaría que no hablaras de cosas deprimentes", interrumpió Jeremy con frialdad, antes de bajar la mirada para ver a Madeline. "Mi madre ha preparado ella sola estos platos. Ojalá los encuentres de tu gusto". "¿Qué?". La mirada de Karen se ensombreció, al instante. "Me dijiste que teníamos un invitado importante, esta noche, Jeremy. ¡Incluso me dijiste que preparar
Madeline se quedó sorprendida durante un segundo, antes de soltar una sonrisa tranquila. "Creo que puede estar un poco confundido conmigo, abuelo Whitman. ¿Cómo podría ser yo Madeline Crawford?". La luz de los ojos del Viejo Maestro Whitman, se apagó ligeramente; pero su mirada era clara. "No te obligaré a admitirlo, si no quieres, Madeline". "En realidad no soy Madeline, abuelo", Madeline negó con una sonrisa. "¿Por qué me casaría con el hombre que me odiaba, si fuera Madeline? Habría aprendido, la última vez, que lanzarme a una llama sólo me quemaría". El Viejo Maestro Whitman se sorprendió, al escuchar la noticia. Sus blancas cejas se fruncieron con fuerza. "¿En serio te vas a casar con Jeremy?". Madeline asintió con decisión. "Por supuesto, y estoy embarazada también de Jeremy". En ese momento, la mirada del Viejo Maestro Whitman se posó en su vientre plano. Apretó los dientes, pero no hizo ningún otro comentario. "Abuelo. Vera". Jeremy se acercó. "¿Por qué están char
Madeline sonrió, mientras una mancha de picardía brotaba de sus ojos. Justo cuando Karen iba a sentarse, Madeline frunció el ceño y se puso una mano sobre el pecho; con un respiro seco. Todos voltearon a ver a Madeline, mientras Jeremy la abrazaba con preocupación. "¿Estás bien, Vera?". "Algo huele mal. Me dan nauseas", respondió Madeline en voz baja. "Podría ser por la sopa, Jeremy. Me siento mal. Creo que necesito vomitar".La mirada de Karen se ensombreció, de inmediato. Esta sopa era uno de sus platos más preciados. Era rica en antioxidantes y vitaminas. Era su sopa favorita. ¿Qué había dicho esta mujer? ¿El olor de la sopa era malo y le daba ganas de vomitar? "Llévate la sopa", exigió Jeremy. La criada se quedó asombrada, luego asintió y obedeció. "¡Espera!". Karen la detuvo. "¿Qué estás tratando de decir, Vera? No tienes que comer mi comida, si crees que es asquerosa. ¿Qué estás insinuando, al quejarte de que te dan ganas de vomitar? Lo haces a propósito, ¿no?".
"¿Suegra?", Madeline se burló mientras le hablaba, con una mofa evidente en sus encantadores rasgos. "¿Cómo te atreves a llamarte suegra?". "..." Los ojos de Karen se abrieron, de par en par, sorprendida. Madeline tiró de su muñeca hacia atrás, mientras sus ojos soberbios recorrían con frialdad la expresión frustrada y enfurecida de Karen. La frialdad impregnó, de repente, el aire. "Tú eres la que tiene que cuidarse, a mi alrededor. No soy Madeline Crawford, y no vas a pasar por encima de mí. Ni me regañarás o golpearás a tu antojo". "Tú...". Karen furiosa, levantaba un brazo para darle una lección a Madeline. "¡Para!", dijo Jeremy en seco, congelando la mano de Karen a medio golpe. Madeline levantó su definida ceja y apartó sus rosados labios. "¿No ves lo mucho que Jeremy se preocupa por mí? No me ofendas, ¿entiendes?". Karen estaba hirviendo de furia, tanto que no pudo articular nada.había un poco de miedo en Madeline, mientras levantaba la vista y se dirigía hacia Jere
"Ava tuvo un accidente de coche. No es bonito. Quiere verle por última vez, antes de partir". Los pasos de Madeline se pararon, mientras su corazón empezaba a palpitar con fuerza. Respiró hondo y tuvo la intuición de que esto podía ser una prueba de Daniel y Ava. ‘¿Cómo iba a tener Ava un accidente de coche, de repente? De ninguna manera, ¡seguro que estaría a salvo!’, pensó Madeline, para sí misma, y miró a Daniel con disgusto. "No conozco a esta persona de la que hablas. Por favor, déjame sola". Se marchó, apresuradamente, pero la sangre de su corazón se agitó en su pecho. Daniel tenía una mirada apenada, al ver la figura de Madeline que se alejaba con decisión. "¿Es necesario que seas tan despiadada, Madeline? Ava era tu mejor amiga. ¿Acaso quieres que se vaya del mundo, sin un cierre en absoluto?". Madeline escuchó con claridad, pues no había llegado demasiado lejos, cuando él hablaba. Sin embargo, su corazón era inflexible. Aun así, Madeline se estremeció y sacó su
Madeline, al borde del llanto con los ojos bien abiertos, estaba segura de que esa voz no era una alucinación. Al levantar la cabeza, se quedó mirando la pequeña sonrisa de Ava, mientras ésta le sonreía con sus grandes ojos parpadeantes. Ava estaba viva. Madeline estaba en conflicto. Sus sentimientos se mezclaban con un poco de frustración, pero también con un gran alivio. Ava se levantó enérgicamente, al ver el deslumbramiento de Madeline. Arqueó una ceja con orgullo hacia Madeline. "¿Por fin admite que soy su buena amiga, Srta. Vera Quinn?". Madeline se quedó sin palabras. En medio del silencio, Madeline sintió que alguien se le acercaba por detrás. Enderezándose y girando la cabeza, vio a Daniel entrar en la habitación. Sus rasgos elegantes y equilibrados estaban teñidos de un sutil matiz de emoción, mientras sus ojos brillaban con lágrimas. Madeline se percató que era una prueba. A pesar de tener sus dudas, al final había decidido confiar en ellos. Porque ten