El cielo gris se veía tan desolado y brumoso sin el resplandor dorado del atardecer.

Madeline no pudo evitar recordar la escena en la que fue encarcelada injustamente. ¿Todavía le tocaba ver cómo el bien y el mal se distorsionaban así? Además, esto estaba sucediendo a su alrededor. Ava y Daniel eran sus buenos amigos, así que no tenía razón para ser solo una espectadora.

Madeline le contó a Jeremy al respecto al volver a casa. Jeremy frunció el ceño.

“Es realmente extraño. Obviamente, Naya fue quien lo hizo, pero la policía la dejó ir tan fácilmente”, dijo Jeremy con una sonrisa ligeramente sarcástica. “Realmente hay muchas zonas grises en este mundo”.

“Jeremy, ¿hablas de…?”.

“Linnie, no te preocupes. Como este incidente ha ocurrido delante de mis narices, no dejaré que entre en ninguna zona gris. No te preocupes, me encargaré de ello”.

Jeremy sujetó la mano de Madeline, y sus dulces ojos la miraron llenos de una adoración y cariño infinitos.

“Me angustia mucho verte, estos ú