Madeline no esperaba que el ladrón actuara de esa manera. El río era ancho, pero Madeline sabía que no debía pensárselo dos veces.

Al ver que su bolso flotaba por el río, saltó en él.

Los transeúntes que vieron aquella escena se asombraron y se reunieron alrededor del puente para observar.

"¿Esa mujer está loca?".

"¿Tiene que tomar medidas tan drásticas solo por un bolso?".

"¡Tal vez tenga mucho dinero en el bolso!".

Los transeúntes que no sabían la verdad hacían suposiciones, pero para Madeline, el bolso contenía un objeto mucho más importante que cualquier otra cosa. Era el salvavidas del hombre que más quería en su vida.

Después de saltar al río, Madeline nadó durante un rato antes de alcanzar su bolso.

Se ató el bolso a la espalda y mostró una sonrisa victoriosa.

Pronto, Madeline se recompuso para darse cuenta de que estaba en medio del río. Además, ¡ella no sabía nadar!

Fue como si acabara de darse cuenta.

Antes, su mentalidad estaba fijada en recuperar el bolso y ni si