Capítulo485
En ese momento, ella era tan inocente como una hoja de papel en blanco. Incluso él le enseñó a besar. La primera vez que se besaron, ella era tan torpe como una estatua.

Él no podía imaginar que más tarde ella se convertiría poco a poco en una pequeña pegajosa mientras tomaba discretamente la iniciativa.

Pero tampoco sabía en qué momento habían vuelto a ser extraños. ¿Era debido a la identidad actual?

Miró a la mujer que tenía delante, enfadada por la vergüenza, y se sintió vagamente dolorido.

—Tengo hambre.

Tras escuchar sus palabras, Julieta le dirigió una mirada inexpresiva pero algo enfadada.

—Señor Cisneros, de repente pienso que no tiene vergüenza alguna.

—¿Por qué?

—No nos conocemos bien, y realmente me está pidiendo que haga… ¡ese tipo de cosas!

Leandro la miró fijamente sin hablar.

Julieta se sintió incómoda por su mirada y se tocó las mejillas. Estaba enfadada y avergonzada.

—Llama a tu ayudante. A partir de ahora no te atenderé.

Pensando que era así de linda, Leandro soltó u
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