Capítulo332
Cuando Ismael se fue, Natalia estaba tan asustada que llamó a Dalila. Llamó al menos diez veces y ninguna de ellas consiguió comunicarse con ella. No pudo evitar sentir que un escalofrío le recorría la espalda.

Hasta Ismael quería matarla. Estaba acabada, ¿quién más podía ayudarla? ¿Leandro? ¿Mamá?

Pero por culpa de las tendencias de ese día, la señora Jiménez acababa de ir a por ella, entonces tampoco contestaba al teléfono.

¿Podría buscar ayuda a Leandro? Sí. No le gustaba Julieta así que podría ayudarla. Pero…. Ella ni siquiera tenía la información de contacto de Leandro.

Natalia se secó el sudor frío de la frente mientras cojeaba hacia la mansión. Tal vez podría tener esperanzas de encontrar a su padre.

Se tiró al suelo nada más cruzar la puerta y se agarró el brazo dolorido mientras gritaba:

—Papá, sálvame.

Mario bajó las escaleras y, en cuanto la vio, su rostro se hundió de inmediato y agitó la mano.

—¡Arréstenla! Que se vaya.

¿Qué?

—Papá, ¿por qué me echas? Me han destrozado el
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