Ella me sonríe y toma una prenda, luego camina al clóset.

—¿A dónde vas?

—A cambiarme.

—Cámbiate al frente de mi, ya te he visto desnuda.

—No es por eso, es por lo divertido, además si me cambio al frente de ti, solo querrás follarme.

—Mi amor, con ropa o no, siempre tengo ganas de follarte.

Kath no dice nada, pero yo me siento y espero a que salga de clóset. Unos minutos después ella sale y quedo encantado.

—¿Cómo me veo?

—Estas… hermosa —suelto, no tenías mas palabras de cómo explicarlo.

—Gracias. —Me sonríe—. ¿Quieres que probemos todos los atuendos? Es que no quiero llegar tarde a nuestra sorpresa.

Me lo pienso.

—No hay prisa, la sorpresa no se irá a ningún lado, así que tomate el tiempo necesario —le sonreí y ella lo hizo de vuelta.

—Está bien. —Toma todas las bolsas y se las lleva al clóset—. ¿A dónde vamos?

—Es una sorpresa.

—Aaron, solo quiero saber para usar la ropa adecuada.

—Iremos a un campo privado.

—¿Tuyo?

—De mis padres.

—Entonces siempre fuiste mimado