Punto de Vista de Carlos

¿Estaba mi hija, mi V feliz? Admitiría que no estaba muy contento de que ella fuera la pareja del Señor Oliver, o de que se emparejara con cualquier lobo, pero saber que ella era feliz me llenaba de esperanza de que tuviera una vida mejor que la mía, y eso era lo único que seguía rondando por mi mente mientras la luna llena se acercaba rápidamente.

Mis músculos me dolían con un dolor que nunca había experimentado, mis encías palpitaban, como si estuvieran listas para los dientes de licántropo que las atravesarían en cualquier momento, y mis emociones eran incluso más erráticas de controlar que antes. Sin embargo, lo que más me había sorprendido de los cambios en mi cuerpo era el simple hecho de que mi apetito había aumentado tan drásticamente que nada de lo que comía me satisfacía.

Lo único bueno de todo esto era que mi escaso plan de comidas había sido revocado y reemplazado por uno adecuado para un licántropo. Ahora me estaban dando más comida en una comid