Sonreí ante la increíble vista que ahora le permitiría disfrutar.

Ni siquiera la dejé bajar sobre mí hasta que mi boca besó su botón. Ella echó la cabeza hacia atrás de nuevo y rápidamente movió sus caderas hacia adelante haciendo el sonido más sensual de todos.

"No voy a ser indulgente contigo porque ese pequeño espectáculo que me montaste fue demasiado asombroso como para no devolverte el favor". Mi lengua lamió rápidamente sus pliegues extremadamente suaves y el sabor puro de ella era exquisito. Agarré su trasero de nuevo con mis dos grandes palmas, solo que esta vez yo estaba reclamando cada centímetro de ese coño perfectamente dulce como mío.

Lamí y chupé hasta que encontré exactamente qué sensaciones funcionaban para ella y comencé a ejecutarlas de manera excelente. Chupé y mordisqueé suavemente su botón, lo que la hizo saltar ligeramente.

"¡Pon tus manos en mi pelo!", dije mientras ella comenzaba a mover su trasero hacia adelante y hacia atrás al mismo ritmo que el equipo. E