"¿Qué estás haciendo?", preguntó ella, moviendo su cuerpo para darse vuelta y mirarme en lugar de tener su espalda cicatrizada hacia mí. No vi nada más que horror en su rostro y suspiré por lo insegura que ella estaba al respecto. Ella no tenía idea de que realmente la amaba por quién era. Cicatrices y todo.

"Lo siento. Solo quiero que sepas que eres perfecta, independientemente de las cicatrices que puedas tener". Ella sacudió la cabeza y tragó saliva espesa todavía mirando el techo blanco sobre nosotros.

"Solo, por favor no las toques... son feas y...". La interrumpí de inmediato tocando su mejilla y girando su cabeza para que me mirara una vez más. Besé suavemente sus labios y fruncí el ceño con tristeza por su opinión. Sabía que ella pensaba que eran feas.

"Son increíbles". Realmente no me importaba que ella las tuviera, solo quería que viera que yo estaba locamente enamorado de cada parte de ella. "Te defendiste y nunca permitiste que tus puntos de vista cambiaran a pesar de lo