“Nunca has castigado a un humano por el simple hecho de existir, mantienes a ambas especies más segregadas que cualquier otra manada. Ahora, seré la primera en admitir que no estás promoviendo exactamente una igualdad completa, pero estás expresando libertad…”. Sus cejas se alzaron en contemplación y una chispa impresionada apareció a través de sus orbes verdes. Él había mordido el anzuelo, prácticamente podía verlo colgando del anzuelo que mis palabras le habían arrojado. “Si Su Excelencia viera a esta manada exactamente como lo es, estarías en riesgo de todos modos, ya sea que cerremos la frontera o no. Puede que no estés planeando la próxima lucha contra la monarquía, pero ya te estás rebelando, de tu propia manera. Si realmente deseas ignorar las intenciones de la rebelión, entonces honestamente tu vida no cambiará mucho en absoluto”.

“Hmm, tienes un don con las palabras, puedo ver por qué la rebelión puso su confianza en ti, pero no puedes decirme que nuestras vidas no cambiarán