Punto de Vista de Lewis

¡Mierda! Era el único pensamiento que me rondaba por la cabeza mientras me apresuraba a entrar en la ducha, sin querer que Dylan viera la furiosa erección que tenía cuando ella me acariciaba el pelo de esa manera. Lo último que quería hacer era asustarla y que pensara que eso era todo lo que quería de ella. Ella ya había tenido suficiente de eso, y yo estaba perfectamente feliz con la forma en que iban las cosas, así que excitarme con ella era solo una respuesta frustrante que mi cuerpo generaba ante su tacto. Sabía que actuar según esos impulsos estaba completamente fuera de cuestión.

Escuché atentamente cuando la puerta del dormitorio se abrió y se cerró silenciosamente mientras apretaba los puños y suspiraba. Dejaba su aroma, ahora desvanecido pero persistente, flotando en el baño. Ella se había ido.

Dejé que mi puño envolviera mi miembro endurecido y rápidamente comencé a aliviar la presión acumulada. Había estado tan cerca de abalanzarme sobre ella allí