Por otro lado, sin embargo, me daría la fuerza que necesitaba para enfrentar al rey. Para luchar con una fuerza que igualara a la de mis oponentes, entonces ¿acaso podría realmente ser tan egoísta con todos? ¿Estaba realmente cegada por mi propio interés personal como para rechazar un regalo tan grande, uno que no solo me beneficiaría a mí, sino a todos los demás que estuvieran dispuestos a luchar y arriesgar su propia vida?

Tampoco pude evitar pensar que necesitaba ver cuánto daño podía hacer como humano antes de siquiera considerar alterar mi vida por completo. Necesitaba poner la rueda en movimiento y comenzar a atacar al rey y sus ideales retrógrados y aislados. Yo simplemente no tenía idea de cómo hacerlo.

"¿Lewis?". Él me miraba, sus ojos eran suaves e invitantes, lo que siempre me hacía sentir que podía decirle, o preguntarle, cualquier cosa que quisiera sin la ansiedad de tal vez ser juzgada. "¿Qué harías si fuera una loba?". Creo que mi pregunta lo tomó por sorpresa porque m