AIlana corría por toda la calle para llegar a tiempo a la cafetería, a pesar de que los últimos dos días habian sido una verdadero infierno debía continuar.
Esa mañana se levantó con el deseo de seguir adelante , luchando, a pesar de lo doloroso que era entregar la casa donde vivió por muchos años con su padre.
Durante toda la noche anterior trataba de aceptar la idea de que podía dar el pago que había acordado el dueño con su padre, aunque este se hubiera negado, pero después de muchas lágrimas, desistió de la idea y muy a su pesar acepto la triste realidad.
Las personas que al igual que ella madrugaban para llegar a un empleo que probablemente era igual de desafortunado que el de ella, la miraban con curiosidad por la forma en la que corría.
Al estar frente a la cafetería se detuvo exhausta. Trataba de recuperar el aliento.
Al entrar al local saludo a algunos de sus compañeros, dejo sus cosas en un pequeño espacio, para comenzar su jornada de trabajo.
Graham vio dulcemente como Aileana dormía sobre su pupitre, se sentó justo a lado de ella admiradora , pero a la misma vez sintiéndose mal por verla tan exhausta, tan impotente de no poder hacer más por ella.Despues de algunos minutos tocó ligeramente el hombro de aquella pelirroja, haciendo que ella abriera esos ojos preciosos que el amaba mucho.—Aileana...El sobresalto de la chica soprendio a Graham.—¡Me quede dormida! ¡No puede ser! Llegare tarde al trabajoAileana sin soltar mas palabras , recogio su mochila poniendosela en el hombro y saliendo a toda prisa.Graham aun estaba sorprendido por la accion de Aileana, pero inmediatamente miró como ella regresaba ante el.—Casi lo olvido...Despues de comprobar que se encontraban solos en el aula, ella se acerco a él que aun permanecia sentado, para darle un tierno y delicado beso.—Te
Aileana se sentó en una banca, se encontraba frustrada, ya que apesar de haber buscado durante toda la mañana un nuevo empleo , no lograba conseguir nada . Ella suspiró, cerró sus ojos y dejó caer hacia atrás su cabeza. Sintió como alguien jugaba con su cabello , rápidamente abrió sus ojos viendo al que considera al amor de su vida. —¿Que haces aqui? ¿ No deberías estar en el trabajo? Ella sonrió. —¿ Cuál? ¿ El trabajo donde me despidieron, por unas estúpidas razones? —Aieleana, ¿ Te despidieron? ¿Cómo? ...Lo siento. —No te preocupes ya caerá algo, además no me pagaban tan bien ¿Dime que haces tu aqui? pensé que estarias en casa todo el dia cuidando a tus hermanos menores. —Tenía unos asuntos que hacer, pero ya termine ¿Quieres que vayamos a comer? —¡Claro! Ella se levantó de la banca con un semblante más animado para acercarse a Graham que permaneció en el mismo sitio... La obscuridad casi
" Frente a mi estaba la enorme reja que me separaba de aquella casa, de la cual huí una noche pensando que no regresaría, pero en ese momento en definitiva no tenía opción.Todos los caminos me llevaban a él, además estaba cansada de seguir buscando en lugares donde claramente nadie me aceptaría, donde esos rumores eran mi carga más pesada en aquellos días."—¿Cómo dijó que se llamaba?Preguntó el hombre e orme vestido de negro, que se encontraba detrás de aquella reja, miraba a Aileana con un poco de indiferencia.— Digale que soy la chica que nunca mira su camino.A Aileana le parecio algo curioso que el personal de vigilancia era muy diferente al que ella conoció, pero no le tomó mayor importancia sabiendo que Diago era hombre aparentemente con mucho dinero.Después de algunos minutos de espera
" Trabajar con él, resultó ser más fácil de lo que creía, bueno en realidad él era un jefe demasiado exigente, apesar de que mi trabajo consistía en solo organizar algunos documentos, pero principalmente su agenda.Un mes había transcurrido , un mes de lo que en verdad agradecí la paz que me trajo, la estabilidad en la que me encontraba, después de varias semanas de desequilibrio era realmente agradable, sentía que mi vida iba tomando nuevamente sentido aunque debo admitir que aún no olvidaba el hecho de recuperar mi inocencia, pero sobre todo el de mi padre... Yo no olvidaba ese grandisimo detalle, ¿como olvidarlo ? si era de las cosas que más lastimaba mi corazón. Llegué a la conclusión que para limpiar el nombre de mi padre debía estar bien primero y eso era teniendo un poco de tranquilidad emocional para así poder pensar con más calma
El suave roce de la mano de Diago sobre su hombro hizo que su piel se erizada. Aileana disimuló, pero rápidamente un sentimiento de culpa se hizo presente en ellaFinalmente Diago terminó de retirar de su cuerpo el abrigo afelpado de color café oscuro que llevaba esa noche Aileana.—Gracias.—Es un placer.Aileana recorrió con sus ojos aquel salón que su característica especial era la elegancia de los candelabros y los ventanales.—Vámos.Diago ofreció su antebrazo a Aileana que solo sonrió aceptandolo." Ya había asistido a fiestas de personas con dinero, pero en especial esta era demasiado extravagante.Las mujeres lucían hermosas con todas aquellas joyas sobre ellas, quizás ese era el.motivo del costoso obsequio que él me había dado esa noche. Al día de hoy desconozco muchas de las cosas que hizo."
Aileana habia estado en la misma posición por casi 20 minutos observaba a las personas a su alrededor y no encontraba rastro de Diago. Pudo observar a las anteriores mujeres que conoció al llegar, murmurar mientras la miraban.Aileana con fastidio se levantó de la silla, estaba decidida en buscar el tocador más que nada para alejarse de los murmullos dirigidos hacia ella.Al salir de aquel salón que se encontraba en uno de los hoteles más lujosos de la ciudad, caminó admirando las pinturas antiguas que estaban sobre las paredes,—Señorita ¿puedo ayudarle?Uno de los meseros se dirigió a Aileana.—Busco el tocador.Él hombre se mostró un poco extrañado.–Dentro del salón hay un tocador.Ella comenzó a reír un poco incómoda, se acercó al hombre , él pudo notar las pecas que r
Diago salió del salón encontrándose con Aileana quien se acomodaba el abrigo, él sonrió al ver la cara de furia que mantenía Aileana.–¿No crees que eso fue descortés?Preguntó Diago mientras ayudaba a terminar de colocarse el abrigo a Aileana.—¿En serio preguntas eso?—Bueno generalmente no sé le grita a las personas y menos en un lugar publico, rodeado de personas digamos... Especiales.Aileana se retiró de Diago y lo vio fijamente a los ojos azules con más furia que segundos antes.–Si, fui mal educada, al final ellas tenían razón. No soy nadie, caresco de buenas costumbres, pero dime quien tiene menos educación ¿yo? o ¿Ellas? Que apesar de presumir su nombre y su basura de sociedad tratan de humillar a una persona que no les ha hecho nada ¿Dónde queda su buenas costumbr
" Finalmente llegó ese día. El día en donde la vida me mostró que no siempre las personas son lo que aparentan y que son capaces de hacer cosas tan despreciables y horribles solo por la egoísta razón de obtener lo que quieren.Sentirse ridícula era parte del paquete, siempre he pensado que todas las personas tenemos algo de egoístas, pero hay quienes sobrepasan este egoísmo."Aileana observaba aburrida las flores que un día antes Diago había mandado, mientras su cabeza estaba recargada sobre su mano con la otra tomó la tarjeta de las flores que estaba a la vista." Buen día, espero te gusten las flores... Necesito que para mañana me dejes dos horas libres después de mi regreso, ya que quiero descansar... es una orden."Aileana solo sonrió al pensar en lo extraño que era su jefe y la manera tan peculiar de ordenarle una tarea. Apesar