Estar recostada en una cama de piedra no es lo más cómodo del mundo, y eso que en mi manada dormía sobre un colchón que literalmente era tan viejo como mi propio padre, pero debo seguir las indicaciones de Ágata o el conjuro no podrá concretarse correctamente. La enorme piedra es un catalizador de poder, es ahí en donde se concentra la magia y para este tipo de transformaciones se requiere de mucho poder.

Es una suerte que las brujas sean tan precavidas como para instalar catalizadores en todo el mundo, no importa que sea el mundo humano, por más que sea ilegal relacionarnos con ellos digamos que las brujas no rompen por completo las leyes ya que ellas transportan estos objetos hacia lugares precisos.

No se comunican con los humanos por ende no hay castigo.

Odio beber esos brebajes extraños, siento que expongo a mi cuerpo a tanto peligro que mis instintos más salvajes se activan con el primer sorbo. Eso se debe a que las brujas y los lobos naturalmente desconfían el uno del otro.