—Aún no he terminado de hablar contigo. — Yo creo que sí, no hay nada mas que hablar entre nosotros, respondió Mónica antes de seguir su camino. —Dije que te sientes. ¿Me harás repartirlo nuevamente? Mónica al notar la expresión helada que le dirigía Agustín no tuvo otra opción que darse la vuelta y regresar al mismo lugar que estaba ocupando en la mesa. — Bien, dime que sucede. En ese momento Agustín al tenerla nuevamente cerca sintió un disgusto en su corazón por las anteriores palabras de Mónica, pues era verdaderamente cierto que por tiempo a esta parte ya no tenían nada de que hablar o pedirse consejos tal vez sobre como llevaban sus empresas, ahora solo eran dos personas que vivían en una casa como dos desconocidos al darse cuenta de eso le molesto sobremanera, pero no podía hacer nada la respecto porque el sentimiento de hartazgo se había hecho presente y no disminuía en su interior y era mas evidente cada vez que veía a Mónica, aunque pensaba que todo se debía al comporta
— Cuando fue que cambiaste tanto…, esas palabras salidas de la propia Mónica sorprendieron a Agustín, a lo que Mónica solo no volvió a pronunciar nada más, pues, había puesto en palabras aquello que su mente había estado pensando muy seguido.— Adiós— Se despidió Mónica antes de entrar en más detalles. — Alto, no te vayas. Pidió Agustín con un tono de súplica.Ante esto, Mónica dio un par de pasos adelante antes de detenerse y escuchar esa voz calmada, pero suplicante, sabia que su actitud cambio luego de sus palabras por lo que no quería escuchar mas palabras que al final le hicieran mas daño por lo que quiso cortar la opción de aclarar la situación. — Estoy cansada, olvida lo que dije y no le prestes atención. Después de esas pocas palabras Mónica siguió su camino hacia la habitación desplomándose luego de cerrar la puerta detrás de ella, con lágrimas en los ojos mientras su corazón se apretaba como un pañuelo desgastado, era ella quien no quiso seguir con el tema es solo que quiz
—Jefa, lo entiendo, pero yo creo que aún no estoy lista… ha sido poco tiempo que estoy a su lado, pero he visto que de lo que realmente usted es capaz de hacer, no quiero hacer ver que soy inferior, pero soy consciente que mis capacidades aún no estoy a la altura de lo que usted espera de mí por eso espero que considere a alguien mas para el cargo. — Myriam, te subestimas es verdad que quizás no hagas lo que yo normalmente hago, pero tú tienes tu propio criterio y modo de hacer las cosas, motivo por el cual estás actualmente en el cargo solo no tengas miedo y enfrenta lo que debas enfrentar además que tendrás a tu lado a mí asiente que es Valery quien tiene excelentes capacidades y conoce de esta empresa y su funcionamiento, ella será de gran ayuda para ti por lo que no temas si, solo piénsalo si aun después persistes en que aún no estas del todo lista analizaré a alguien mas para que pueda llevar las riendas de la empresa. — Está bien, lo pensaré. Mónica continuo con los pendiente
— Te amo, Agustín. Dijo Mónica entre susurros Al oír aquello Agustín se separó del abrazo reconfortante, la observo para luego tomar su rostro entre sus manos dibujando sus labios con sus dedos para luego acercarse y tomar sus labios contra los suyos empezando una guerra sin cuartel, por lo apasionado y sedientos que se encontraban uno del otro. Cuando por fin se entrecortaba el aliento se separaron tomando aquello como su respuesta definitiva que ahora en mas todo marcharía como debía ser. Ambos se miraron en silencio tratando de encontrarse en la mirada del otro, y antes de desperdiciar aquella atmosfera se sumieron nuevamente en un cadente y apasionado beso, en ese instante no importo nada pronto Agustín invadió el aliento de Mónica separando raudamente los dientes marchando y empujando a la vez que succionaba y chupaba con fuerza la boca de su contendiente, dejándola empapada de sudor y con una evidente sonrojes por la rítmica y candente beso de la que fue presa. En ese instant
Las luces de un nuevo mañana iluminaron poco a poco la habitación filtrándose los primeros rayos del sol.— Mi bella durmiente, es hora de levantarse. Murmuro suavemente Agustin — No quiero—, dijo Mónica con un puchero en su rostro escondiéndose bajo las sabanas — es fin de semana quedemos un momento mas, se le oyó decir a Mónica lo que divirtió a Agustin—. —Tus órdenes serán cumplidas mi bella dama— ante estas palabras Mónica descubrió su rostro y se acurrucó en el fuerte y fornido pecho de Agustin.— ¿Te encuentras, bien? ¿No te sientes incómoda?, pregunto de repente Agustin. — Estoy bien, murmuro Mónica escondiendo su rostro sonrojado hasta las orejas. — ¿Segura? ¿No fui muy rudo?— …, ante lo que dijo Agustin, Mónica pronto proyecto en su mente todo lo acontecido el día anterior a lo que solo abrió de par en par sus ojos y se escondió nuevamente en el pecho de Agustín para evitar ser descubierta por los pensamientos impuros que regresaban a su mente. —Pfff, se rio nuevame
— ¿Cumpliste con lo que te encomendé?— Sí, Joven Agustin. Está hecho, la Señora no tendrá problemas de ahora en adelante. —Muy bien, gracias Jose. — Me alegro de que se hallan contentando con la señora, mencionó Jose. — , ¿no está del todo convencido no es así?— Jose, yo amo a mi esposa es solo que…—Se trata de la señorita Lybia ¿no es así?— Sí, no quiero aceptarlo, pero de algún modo se me viene su imagen a mi mente y eso me perturba, quizás la mejor opción era separarnos, pero ahora no puedo retractarme luego que le pedí que no se fuera de mi lado. Peor aún lo que me tiene en ascuas es que no he sabido de ella después de su última llamada de hace como una semana, no quiero sentirme así, pero dime que puedo hacer con estos sentimientos que me queman por dentro. — Señor eso…— ¡Es ella!, ya te puedes retirar Jose. En ese momento Jose, se sorprendió del cambio de actitud que tenía Agustin en ese momento, pues regularmente cuando hablaba con su espos
Mónica se hallaba inquieta por lo que había visto fugazmente, por lo que trato de terminar temprano con los temas pendientes.Llegó a casa, pensando que encontraría a Agustin, sin embargo, no llegó hasta casi la media noche. Al momento en que llegó, Mónica se encontraba subiendo las escaleras, dirigiéndose a descansar. Al oír el sonido de alguien ingresando volteo la mirada y verifico que en efecto se trataba de Agustin, en ese instante estaba un tanto dolida con miles de pensamientos en su cabeza por lo que regreso su mirada y continuo su camino a la habitación, estaba agotada y sin fuerzas, sin ganas de nada. Por su lado Agustin, se encontraba con unas copas de más cuando llegó, observo a su alrededor y se percató que Mónica lo había visto, sin embargo, no dijo nada y solo se volteó y siguió su camino en ese instante Agustin no menciono nada y la dejó irse. Estaba en un estado problemático y eso era evidente, la encrucijada no lo dejaba respirar lo peor es que era que al dar una
Agustin llevaba días en tranquilidad aparente mientras los días transcurrían y llegaba el momento de partir, las encrucijadas nuevamente hacían de lo suyo, pero ahora sabia que buscar un buen camino no era como lo esperaba. Estaba contra el tiempo y debía tomar una decisión rápida aunque le disgustaba había una única salida que hallo, no podía quedarse sin hacer nada al respecto y debía actuar o sería muy tarde, pues al final era su naturaleza egoísta de perder algo. — ¿Bueno?—Aquí August, Bisabuelo. —Oh, August ¿Dime en que puedo ayudarte? —August se negaba a decir sus siguientes palabras por lo que se quedó en silencio antes de hablar. — Bisabuelo, lo he reflexionado por mucho y deseo que detengas la anulación de mi compromiso. Haré lo que se debe hacer. El Bisabuelo Bertram aún no terminaba de procesar lo dicho por August, aunque en resumen en cierta manera no desechó su compromiso como no lo entendía del todo decidió preguntar directamen