Dos opciones

Eva miraba a Alana dormir pegada a su cuerpo, unas lágrimas corrieron por sus mejillas, Alana estaba sufriendo podía sentirlo, podía verlo pero le dolía el no poder hacer nada. No podía ir en contra de Silas ni de la manada porque ella también tenía ese mismo presentimiento hacia ese joven, su mirada transmitía maldad, su trato era frío hasta con Alana.

Eva sentía que Gastón no quería Alana y era casi imposible que una madre se equivocara en eso. Toda esa situación con Alana estaba comenzando a pasarle factura, no dormía, no podía. Había tantas incógnitas alrededor de la muerte de Rowena, por lo último que se habían enterado era una loba muy poderosa, eso era lo más extraño. Pero lo más seguro de ello es que alguien la hubiera asesinado, era una amenaza para los demás lobos el ser tan poderosa le daba el lugar más alto sobre todos los lobos.

Y eso era lo que más le preocupaba, porque temia que Alana terminara de la misma forma que Rowena.

Por eso había pensado tanto en si Alana
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