No lo puedo creer, después de haber recibido ese mensaje con la foto de Ell entrando a ese hotel en brazos de Héctor, las cosas ya no volverán a ser iguales. Quisiera irme, quisiera desaparecer, aunque en el fondo quisiera creer, no puedo hacerlo, algo en mí me lo impide. Yo la vi, nadie me lo contó, la vi en la cama con Héctor... "Hermano, ¿dónde has estado?" -preguntó Marta. "¿Acaso te preocupas por mí, Marta?" -respondí sarcásticamente. Es obvio que nadie se preocupa por mí. La única persona en la que he confiado ha destruido por completo esa confianza. No podría decir lo mismo de mis padres, a los cuales sólo les interesa generar dinero y lo que yo pueda aportar a la compañía. Estoy harto de esto. Siento una gran herida en el corazón. Cuando creí que la luz por fin había llegado a mi vida, las tinieblas vuelven a aparecer. Es como si cayera en un pozo sin fondo. Cuando salí a estar en esas circunstancias, acudí al placer que me daban las mujeres. Me fallaba una tras otra sin imp
Alcé la vista a la entrada desde mi cama y lo vi, vi al chico de la escuela del cual yo me aferraba con fuerza. ¿Qué hace él aquí? Estaba muy confundida. -¿Qué haces aquí? -le pregunté mientras trataba de tallar mis ojos. Quizá, igual que todos, también ha venido a burlarse de mí. En mi casa, seguro Sara lo ha mandado. No tengo pruebas, pero tampoco dudas... -Ustedes dos se conocen? -nos interrogó el doctor, quien se me quedó viendo por unos segundos, después dirigió su vista al joven. -No -ambos negamos al mismo tiempo. -Solamente vine a entregarte tu mochila -dijo con una sonrisa ligera. -¿Mi mochila? -pregunté confundida. Ni siquiera me di cuenta de que la había olvidado en el instituto. -Sí, la olvidaste hoy en el instituto -dijo él como si supiera lo que pasaba por mi cabeza. "¿Será que no vino a burlarse de mí?", me cuestionaba a mí misma. -Qué amable eres, muchacho. Mi hija no se siente bien -dijo mi madre, y me sentí fatal al saber que ella no sabía para nada el motivo
"Hija, levántate o no llegarás a la escuela", me dice mi madre tiernamente. "Mamá, ¿y si no voy?" Me tapo por completo con mis cobijas. No quiero salir de aquí, no quiero que nadie me vea de nuevo, quiero arrojarme contra un tren en movimiento. "Mamá, si supieras todo lo que me está pasando", me arrojé a sus brazos. "¿Qué tiene mi niña? ¿Aún te sientes mal?" Ella me acariciaba la cabeza. Siento que me voy a derrumbar y me convertiré en un montón de pedazos, me siento desvanecer. "Mamá, vámonos de aquí, ¡cambiemos de ciudad!" Digo luchando para que mis lágrimas no se desborden como cascadas. "Hija, ya no más, creí que te gustaba este lugar", ella se separa un poco de mí para verme a los ojos. "Solía gustarme, pero ya me aburrí. Por favor, madre, llévame muy lejos de aquí, ya no quiero estar en este lugar". No le puedo decir, no puedo decirle que el idiota de Héctor abusó de mí, y que el reverendo cabeza hueca de William no es capaz de creer en mi palabra... Ya así solía decir que
Han pasado ya tres meses desde que Daniel y yo nos volvimos amigos. Él me ha protegido de Sara. Will salió de viaje hace un mes, volverá el lunes, por lo cual no lo he visto. Al parecer, está atendiendo los negocios de su familia. Todos hablan de lo increíble que le va a William sin mí a su lado, pero no importa, por mí se puede ir a la China. La amistad que inició entre Daniel y yo es cada vez más grande. Al principio, desconfiaba de él, pero ahora es la persona en la que más confío, sin temor a equivocarme. "Daniel, ¿qué harás mañana? Es fin de semana, deberíamos hacer algo", le dije. "El pobre ha estado muy estresado con sus entrenamientos". "Pensaba ir al cine con unos amigos, ¿quieres venir?", respondió él. Nunca he salido con sus amigos, solo con él. Creo que será buena idea salir con gente nueva. Me estoy abriendo a nuevas posibilidades. "No tengo nada que hacer", acepté ir al cine con él. "¿Daniel, tienes amigos? No lo puedo creer, creía que eras un espíritu solitario", di
Terminamos de ver la película... ¿Y si vamos a la playa? - propuso uno de los amigos de Daniel. La idea suena muy bien. ¿Quieres ir, Ell? - Me pregunta Daniel, esperando pacientemente mi respuesta. "No lo sé, quisiera irme a mi casa.'' No entiendo nada, ¿cómo es que Daniel no me ha dicho nada sobre el beso? Si se supone que debería decir algo. No es que yo ande besando a todo el mundo, ni que él lo haga, pero de verdad quiero saber ¿por qué lo hizo él? ¿Por qué me besó? No me siento preparada para otra relación y no quiero lastimarlo. Yo aún amo a William y a Daniel solo lo veo como un amigo muy bueno, de hecho... Me dolió la cabeza de tanto pensar sobre esto. Ya no sé qué pensar ni qué decir si él me pregunta sobre si siento algo por él, cuando es obvio que no, ¿o si?. "Si está bien, vamos", le digo con una sonrisa. "Ok, Daniel, tu novia ha dicho que sí", gritó uno de los amigos de Daniel muy entusiasmado. "Ah no, ¿por qué dicen que somos novios? ¿Será que vieron cuando nos be
-Hola Daniel, gracias por venir por mí -dije con gran emoción. Me encanta que haya venido por mí, aunque estoy nerviosa aún por los besos que nos dimos en la playa. Aunque pasamos el fin de semana juntos, no nos volvimos a besar. Presiento que él me está dando mi espacio y dejando tiempo para que aclare mis sentimientos. Daniel es muy bueno y lo aprecio mucho. "Vamos, sube princesa", me dice con una ligera sonrisa mientras me abre la puerta de su auto. Le correspondí de la misma manera, con mi mejor sonrisa... ¿Qué pasará hoy en la escuela que nueva tortura ha planeado Sara para mí? No puedo evitar pensar en eso. "Oye, Ell, ¿sabes manejar?" Creo que le diré que no, aunque sí sé hacerlo. Me encanta cuando él maneja. "No, Daniel, nunca lo he intentado", le digo con mi cara de puchero, y él sonríe. Claramente sabe que le estoy mintiendo. "Saliendo de clases te enseñaré, ¿te parece?" Creo que es un pretexto para estar conmigo. "¿Tratas de distraerme, verdad?" le dije. La verdad es qu
"Tengo mucha hambre", pensé mientras escuchaba a mi estómago rugir como un dragón. No fui a almorzar por estar metida en el almacén. Si mis tripas se oyeren, se escucharían hasta la playa y aquí estoy sentada en medio del campo esperando a que Daniel termine con su entrenamiento... Por lo visto, es muy bueno en lo que hace. Le deseo lo mejor en su torneo. "Me esperas, iré a darme una ducha", me dijo él, y yo voltee a verlo. Estaba muy sudado a causa de estar corriendo y rebotando ese balón. "Daniel, qué sexy te ves lleno de sudor", dije con una sonrisa. Él sabe que estoy jugando, pero está sonrojado. "Jajaja, te pasas Ell. Ven acá, te daré un abrazo", él abrió sus brazos y se acercaba a mí muy despacio. Yo me puse en pie como cohete y salí corriendo. Él comenzó a corretearme. "Ni en tus sueños", le grité. Y continuamos jugando. Me pregunto ¿por qué tenemos tan buena relación? Siento que no somos ni amigos ni novios, pero el simple hecho de estar con él hace que mi día se ilumine..
Entramos a la cafetería. Todos nos miraron, pero los ignoramos y tomamos una mesa para dos personas. - Oye, ¿no estás nervioso? Ya mero es tu partido de básquet - lo vi fijo y lo miré esperando una respuesta. - Sí, un poco. Van a venir cazatalentos, sabes, pero no sé. Ocuparé suerte para que me tomen en cuenta - él se ve desanimado y no me gusta verlo así, pero he mirado lo mucho que se ha esforzado por obtener un lugar para que los cazatalentos lo vean. Serán unos tontos si no lo ven. - Quizá yo pueda darte suerte - dije mientras bebía de mi lechita. - ¿Así? ¿Y cómo harías eso? - No sé por qué siento que su mirada es un poco traviesa, pero yo solo sonrío... - Yo... este iré a echarte porras - dije alzando mis manos en lo alto. Él sonríe, pero Héctor nos interrumpe... Empieza a hablar como si estuviera gritando y justo en ese momento va entrando Marta y Will... - Ell, olvidaste tus bragas en mi auto anoche. Ya sé que tu novio no te llena por completo, pero ¿quién soy yo para no