"Hija, levántate o no llegarás a la escuela", me dice mi madre tiernamente. "Mamá, ¿y si no voy?" Me tapo por completo con mis cobijas. No quiero salir de aquí, no quiero que nadie me vea de nuevo, quiero arrojarme contra un tren en movimiento. "Mamá, si supieras todo lo que me está pasando", me arrojé a sus brazos. "¿Qué tiene mi niña? ¿Aún te sientes mal?" Ella me acariciaba la cabeza. Siento que me voy a derrumbar y me convertiré en un montón de pedazos, me siento desvanecer. "Mamá, vámonos de aquí, ¡cambiemos de ciudad!" Digo luchando para que mis lágrimas no se desborden como cascadas. "Hija, ya no más, creí que te gustaba este lugar", ella se separa un poco de mí para verme a los ojos. "Solía gustarme, pero ya me aburrí. Por favor, madre, llévame muy lejos de aquí, ya no quiero estar en este lugar". No le puedo decir, no puedo decirle que el idiota de Héctor abusó de mí, y que el reverendo cabeza hueca de William no es capaz de creer en mi palabra... Ya así solía decir que
Han pasado ya tres meses desde que Daniel y yo nos volvimos amigos. Él me ha protegido de Sara. Will salió de viaje hace un mes, volverá el lunes, por lo cual no lo he visto. Al parecer, está atendiendo los negocios de su familia. Todos hablan de lo increíble que le va a William sin mí a su lado, pero no importa, por mí se puede ir a la China. La amistad que inició entre Daniel y yo es cada vez más grande. Al principio, desconfiaba de él, pero ahora es la persona en la que más confío, sin temor a equivocarme. "Daniel, ¿qué harás mañana? Es fin de semana, deberíamos hacer algo", le dije. "El pobre ha estado muy estresado con sus entrenamientos". "Pensaba ir al cine con unos amigos, ¿quieres venir?", respondió él. Nunca he salido con sus amigos, solo con él. Creo que será buena idea salir con gente nueva. Me estoy abriendo a nuevas posibilidades. "No tengo nada que hacer", acepté ir al cine con él. "¿Daniel, tienes amigos? No lo puedo creer, creía que eras un espíritu solitario", di
Terminamos de ver la película... ¿Y si vamos a la playa? - propuso uno de los amigos de Daniel. La idea suena muy bien. ¿Quieres ir, Ell? - Me pregunta Daniel, esperando pacientemente mi respuesta. "No lo sé, quisiera irme a mi casa.'' No entiendo nada, ¿cómo es que Daniel no me ha dicho nada sobre el beso? Si se supone que debería decir algo. No es que yo ande besando a todo el mundo, ni que él lo haga, pero de verdad quiero saber ¿por qué lo hizo él? ¿Por qué me besó? No me siento preparada para otra relación y no quiero lastimarlo. Yo aún amo a William y a Daniel solo lo veo como un amigo muy bueno, de hecho... Me dolió la cabeza de tanto pensar sobre esto. Ya no sé qué pensar ni qué decir si él me pregunta sobre si siento algo por él, cuando es obvio que no, ¿o si?. "Si está bien, vamos", le digo con una sonrisa. "Ok, Daniel, tu novia ha dicho que sí", gritó uno de los amigos de Daniel muy entusiasmado. "Ah no, ¿por qué dicen que somos novios? ¿Será que vieron cuando nos be
-Hola Daniel, gracias por venir por mí -dije con gran emoción. Me encanta que haya venido por mí, aunque estoy nerviosa aún por los besos que nos dimos en la playa. Aunque pasamos el fin de semana juntos, no nos volvimos a besar. Presiento que él me está dando mi espacio y dejando tiempo para que aclare mis sentimientos. Daniel es muy bueno y lo aprecio mucho. "Vamos, sube princesa", me dice con una ligera sonrisa mientras me abre la puerta de su auto. Le correspondí de la misma manera, con mi mejor sonrisa... ¿Qué pasará hoy en la escuela que nueva tortura ha planeado Sara para mí? No puedo evitar pensar en eso. "Oye, Ell, ¿sabes manejar?" Creo que le diré que no, aunque sí sé hacerlo. Me encanta cuando él maneja. "No, Daniel, nunca lo he intentado", le digo con mi cara de puchero, y él sonríe. Claramente sabe que le estoy mintiendo. "Saliendo de clases te enseñaré, ¿te parece?" Creo que es un pretexto para estar conmigo. "¿Tratas de distraerme, verdad?" le dije. La verdad es qu
"Tengo mucha hambre", pensé mientras escuchaba a mi estómago rugir como un dragón. No fui a almorzar por estar metida en el almacén. Si mis tripas se oyeren, se escucharían hasta la playa y aquí estoy sentada en medio del campo esperando a que Daniel termine con su entrenamiento... Por lo visto, es muy bueno en lo que hace. Le deseo lo mejor en su torneo. "Me esperas, iré a darme una ducha", me dijo él, y yo voltee a verlo. Estaba muy sudado a causa de estar corriendo y rebotando ese balón. "Daniel, qué sexy te ves lleno de sudor", dije con una sonrisa. Él sabe que estoy jugando, pero está sonrojado. "Jajaja, te pasas Ell. Ven acá, te daré un abrazo", él abrió sus brazos y se acercaba a mí muy despacio. Yo me puse en pie como cohete y salí corriendo. Él comenzó a corretearme. "Ni en tus sueños", le grité. Y continuamos jugando. Me pregunto ¿por qué tenemos tan buena relación? Siento que no somos ni amigos ni novios, pero el simple hecho de estar con él hace que mi día se ilumine..
Entramos a la cafetería. Todos nos miraron, pero los ignoramos y tomamos una mesa para dos personas. - Oye, ¿no estás nervioso? Ya mero es tu partido de básquet - lo vi fijo y lo miré esperando una respuesta. - Sí, un poco. Van a venir cazatalentos, sabes, pero no sé. Ocuparé suerte para que me tomen en cuenta - él se ve desanimado y no me gusta verlo así, pero he mirado lo mucho que se ha esforzado por obtener un lugar para que los cazatalentos lo vean. Serán unos tontos si no lo ven. - Quizá yo pueda darte suerte - dije mientras bebía de mi lechita. - ¿Así? ¿Y cómo harías eso? - No sé por qué siento que su mirada es un poco traviesa, pero yo solo sonrío... - Yo... este iré a echarte porras - dije alzando mis manos en lo alto. Él sonríe, pero Héctor nos interrumpe... Empieza a hablar como si estuviera gritando y justo en ese momento va entrando Marta y Will... - Ell, olvidaste tus bragas en mi auto anoche. Ya sé que tu novio no te llena por completo, pero ¿quién soy yo para no
Daniel... No sé por qué me afectó tanto saber que Ell volvió a caer con Will, si es obvio que él sigue estando en su corazón. Quizá debería dejar de engañarme a mí mismo creyendo que algo puede pasar entre nosotros. Ella me gusta y mucho, pero es obvio que a ella yo no. "¿Amigo Dani, estás bien?" - Le tiré a la canasta sin atinar. Debería dejar de pensar tanto. "Sí, Hilda, estoy bien" - Dije aunque es más que obvio que no es el caso. No estoy bien ni un poco. "¿Por qué siento que no?" - Me dice ella. Sé que Hilda se preocupa demasiado por mí. Nos conocemos desde infantes y sin duda es mi mejor amiga. "Hilda, estoy enamorado de Ell" - Le dije. "Sí, era de esperarse. Llevas meses tratándola. ¿Ella es muy linda, no?" - "Sí, lo es. Es la mujer más hermosa de todas". "Sí, pero de su corazón no saldrá ese idiota que no hace más que hacerla sufrir" - Tiré la pelota a la canasta y esta vez sí le di. Sin duda debo estar molesto para poder encestar. "No puedo creer que DANIEL se esté rin
Han pasado tres días sin saber de Daniel. No ha venido a clases y no me contesta el teléfono. "Hola Ell", dice Hilda. "¿Qué quieres, Hilda?", respondo. "No me odies, Ell", dice Hilda. "¿Te dieron permiso tus amigos para hablarme?", preguntó. "Perdón, Daniel no ha venido", dice Hilda. "¿Sabes por qué?", pregunto. "Sí, lo suspendieron por la pelea que tuvo con Héctor la vez pasada", responde Hilda. "¿Eso afectará su beca?", pregunto. "¿Quieres verlo? Sé dónde está el consultorio de su tío", ofrece Hilda. "¿Me llevarías?", pregunto. "Sí, Daniel es mi amigo y lo he visto triste. Quizá verte lo aliviane un poco", responde Hilda. "¿Te parece si vamos después de clase?", preguntó. "Sí, claro. Gracias, Hilda", responde Ell. Entramos a la clase de literatura. "¿Por qué estás tan triste, Ell?", pregunta Will. "¡Qué te importa!", responde Ell. "Si tienes razón, ¿qué me importa?", responde Will. "Eres un idiota", dice Ell. "Chicos, les encargaré un proyecto en parejas. Después d