Olivia toma la mano de Paulina tras decirle que respire profundo y que tome el valor de recordar un poco. Paulina asiente y le responde todas las preguntas a la doctora. La doctora amablemente le sugiere que se levante para que se recueste en la camilla, ya que urge hacerle una ecografía.—Tú puedes nena, yo me quedaré aquí, no te preocupes.Paulina asiente, se levanta y hace lo que la doctora le pide. Al estar acostada sobre la camilla, la doctora le dice que se desabroche el pantalón y que se baje la cremallera. A pocos segundos Paulina ya tiene medio bajo su pantalón y la doctora le echa un gel en su vientre. Con un aparato comienza a extenderlo.—Estás embarazada —la doctora empieza a mover el aparato—. Aquí está el latido del bebé y por el tamaño diría que tiene un mes.Rápidamente, la mirada de Paulina y Olivia se clavan en la pantalla, y no faltó más que el reniego de Olivia, ya que dice que lo único que ve es “nada”, mientras que Paulina se suelta a llorar.La doctora vuelve a
***—Lo siento Noah, pero esto se debe acabar de una vez por todas —intento tener esta conversación—, entiende que las cosas van por otro rumbo, no quiero que nos confundamos más.Debo ser clara porque no soy de las personas que tienen y piensan en una relación. Soy una mujer sin corazón y con un pasado del que no se arrepiente de cada paso que ha dado.—Waooo… ¡Bravo! ¡Bravo! ¡Bravo! —nos sobresaltamos al escuchar una voz lejana y cada vez se hace más fuerte—. Sabías que estarías aquí, no fue tan difícil encontrarte—aplaude y yo empiezo a cubrirme mis partes.Mierda, ¿qué hace Oliver aquí?—¡Que haces puto de mierda! —Noah se altera y luego de ver que los ojos biónicos de Oliver escanciándome. Noah me arrulla en sus brazos.Ay, mierda, no puede ser, sabía que Oliver me encontraría, pero no pensé que tan pronto y menos que entraría de la nada.—Cálmate Noah —alzo la voz—, no quiero discusión y lo que hace unos minutos te dije es porque esto se terminó.—Quiero que todos salgan de aquí
(...)Las horas han pasado y todo para bien, gracias a Dios pude salir de aquella casa en compañía de Paulina, logrando que nadie nos siguiera, ya que en el lugar donde estoy nadie nos encontrara.Paulina se salió con la suya, trajo consigo una maleta llena de ropa, mientras que yo solo me encargué de traer un arma y dinero. La ropa es reemplazable, no es algo que me preocupa.Este cambio no es el que me esperaba, jamás desee enterarme de que la persona menos indicada sería el jefe de jefes. Lo he subestimado, ¿cómo podría olvidarme de lo que me hizo? ¡Se ha burlado de mí!Llevo un día en la casa nueva y no me acostumbro a nada lo que hay alrededor.No es que sea una mansión, me he encargado de buscar una pequeña casa en la que cabemos las dos. No será fácil, pero no difícil, ya que la visión que tengo en este momento es ayudarle a Paulina y vengarme de las personas que se han burlado de mí.Esta casa tiene dos habitaciones, una pequeña sala junto a la cocina y es de un solo piso, no
***¡Sorprendente! Ja, ja, ja… Me he quedado con la boca abierta al ver como pasa el tiempo y este par de mujeres aún siguen en la lucha del cambio de look.Carla está aplicando el tinte en mi cabello, y eso que he esperado media hora porque lo ha descolorado, mientras ella se encarga que mi cabello corto quede perfecto. Sí, corto, me lo ha dejado debajo de mis hombros. Su hermana se encarga que mis uñas queden como las de “Rosalía”.Eso me ha causado risa porque las chicas tienen una tremenda seguridad de lo que son capaz de hacer, aunque lo que no comprendo es porque su puesto de belleza no se llena como debería de ser.Me pica la lengua por preguntarle, pero sería demasiado entrometida y es mejor mantenerme en perfil bajo.—Mariela, lo siento, pero he cambiado de opinión —bajo con dificultad mi mirada porque Carla está en una sola jalonando mi cabello—, es que las uñas de Rosalía no son cualquiera, no es por ofender, pero es que esa mujer tiene experiencia y práctica andar tremendo
***Cuatro horas después, esperando que Paulina apareciera, sin embargo, no lo hizo, así que le dije a las chicas que me tenía que ir, que le agradecía por lo linda que me han dejado y de lo amables que han sido conmigo. No voy a negar que mi nuevo color de cabello sin duda es lindo, “rojo vino”.Les pagué por su servicio y me fui como alma que me lleva el diablo, pero sin antes no decirles que me ha gustado y que volveré pronto.Camino hacia esa casa que he pagado por estar un buen tiempo, ya que Paulina prometió llegar al salón de belleza, pero la muy mala me dejó plantada. ¿Qué le ha pasado? ¿Será que se ha desmayado?—Buenas tardes, mi bella dama, es un gusto conocerla —me detengo en seco al sentir un arma detrás de mí—, no voy a negar que se ve tan linda con ese nuevo color de cabello.—¿Quieres uno?, puedo llevarte o hacerte uno mi amor —y el sarcasmo de la dama se hace presente.—No puedo, mi jefe me mataría porque ya vamos tarde a la reunión —susurra cerca de mi oído, mi cuerp
Lo siento Olivia, pero no pude decirte mi verdadera identidad. Sin embargo, tú no debiste irte, no así, me debiste dar una oportunidad para explicarte que todo lo que he hecho es para mantener la organización y que nadie tuviese las intenciones de destruirme.Mis estrategias son buenas, pero el maldito de Oliver traspasó todos los limites. No lo perdonaré por exponer mi verdadera identidad, eso no se hace y él mismo lo sabe. Ahora Olivia me odia, es capaz de matarme o de vender su vida para que la mía se destruya.Ella se ha llevado a Paulina, y lo que no sabe es que esa chica es familia, sí… Paulina sabe nuestros nombres y de todo en lo que nos dedicamos, lo que no comprendo del por qué se ha ido con ella, ¿por qué? Confiado me sentía unas horas atrás porque tenía el presentimiento de que Paulina me podría llamar para brindarme su ubicación.*Olivia*Toda desorientada abro mis ojos lentamente, ¡no sé donde me encuentro! Me siento sobre el suelo sucio adornado de tierra, la madera que
***—Respira doncella…Doy un fuerte respiro permitiendo que el oxígeno entre poco a poco a mis pulmones. Sin duda es horrible morir asfixiada y más aún en manos de unos malandros.—Necesito que aguantes un poco más —abren la cajuela y puedo ver que la chica está furiosa.Como puedo luchar sin tener armas con que defenderme, ¿cómo puedo hacer?Después de dos minutos la chica vuelve a cerrar la cajuela y nuevamente me quedo en plena oscuridad. Jadeo. Cierro mis ojos fuertemente y trato de controlar mi respiración para evitar tener un ataque de ansiedad, ¡no quiero morir! En el fondo de mi corazón me dice que hubiese hecho más que solo correr. ¡Tenía que salvar a todas esas mujeres! Puedo ser de lo peor, pero jamás capturar así a esas mujeres, no, mi estilo es diferente, ellas son las que me buscan y no las secuestro como estos cerdos.Abro mis ojos al sentir que el auto se ha detenido y lo más sorprendente es que no demoraron más de diez minutos cuando se detuvieron. ¿Qué pasaría? Será
+—No te puedes ir, no porque ahora estás en Nueva York, no me preguntes cómo, dado que ya lo sabes —dice tras ponerse cómodo y sentarse, quedando frente de mí—. Quiero que estés a mi lado, te puedo garantizar que hay más de uno como ese cerdo que se encuentra detrás de ti.Me siento en el dilema de no sé en quién confiar, sin embargo, el italiano me ha demostrado fidelidad. Ahora tengo que averiguar que es lo que quiero y que es lo que él quiere de mí.—Sabía que esto pasaría, pero jamás imaginé que las personas que me traicionarían eran los más cercanos, será que tengo un letrero en mi frente que dice, “patéame el culo” —bufo—, ¿crees que sea momento de desaparecer?—Es comprensible tu enojo, por eso te quiero pedir que te quedes a mi lado, que confíes en mí.—No sé, quería ir por ellos, aunque soy consciente de que no valen la pena —guardo silencio.Los dos se han burlado de mí, me han utilizado como se les da la regalada gana y la verdad que no es justo para mí y tampoco para nadi