Sentía su cuerpo pesado, pero a la vez era movido como si fuese ligero. El calor que antes la atormentaba fue reemplazado lentamente por una sensación fría y agradable que el hizo soltar un gemido de satisfacción. Entonces se removió al momento incómoda, ¿a qué se debía todo aquello?-Tranquila, soy yo- esa voz cálida, ese olor familiar.Xana obligó a sus párpados a abrirse lentamente encontrando la habitación mucho más oscura que lo que recordaba cuando se quedó dormida.-¿Qué hora es? ¿Dónde… están mis cachorros? Tengo… sed.El alfa que la había sentado de lado sobre su regazo bufó levemente.-Una cosa tras otra, bebe primero agua, tu garganta se oye bastante inflamada- White le ofreció un vaso de agua que le ayudó a tomar al sentir las manos de ella inestables. Esperó que ella tomara hasta la mitad antes de devolver el vaso a su lugar- Los cachorros ya están dormidos en su cuarto, dentro de poco ya será medianoche. Estuviste durmiendo profundamente todo este tiempo. Ni siquiera sen
Xana miraba el rostro de su pareja durmiendo al lado de ella. Pues tenía razón los que le habían dado la sopa la noche anterior. Se sentía completamente nueva y llena de energía. Quizás un poco más de la que estaba acostumbrada y que le gustaría gastar.Llevaba rato despierta dando vueltas en la cama y al final terminó boca abajo, con el rostro sobre su mano y pasando un dedo sobre la mejilla del alfa.-Acaso este no pensará despertarse- murmuró alzando una ceja y después inclinó la cabeza dejando su dedo sobre los labios de White- ¿mis cachorros serán así de bonitos cuando sean grandes?Pudo hablar en voz baja, pero el lobo… que estaba despierto desde el primer movimiento de ella sonrió y abrió su boca mordiendo el dedo de ella. Abrió sus ojos mirando la expresión sorprendida de ella. Chupó el dedo de Xana antes de soltarlo.-Entonces si me encuentras lindo- dijo él acomodándose de lado para mirarla más de frente.-¿No estabas dormido?-¿Crees que puedo dormir si me estás tocando así
El gemido de ambos resonó en la habitación. La cadera y el interior de Xana ardieron y perdió la fuerza cayendo sobre el cuerpo de White temblando. Había… dolido. Ahora recordaba porqué White se tomaba el tiempo para prepararla, dilatarle y meterse con cuidado.-Eres malditamente grande- gruñó contra él con los ojos cerrados y llenándose de lágrimas- ¿por qué no te lo cortas un poco?-Porque entonces no podría llegar hasta donde te guste- dijo White a modo de broma para aligerar el ambiente de tensión entre ambos.Incluso a él le había dolido un poco de la forma en que ella se había dejado caer sobre miembro. Las paredes internas a pesar de estar húmedas estaban apretadas. Ellos no tenían aún tanto sexo para tenerla preparada para él todo el tiempo, y más que ella era humana.Movió sus manos sobre los muslos de ella masajeándolos, así como conteniendo todas sus ganas de moverse y aumentar el placer entre ambos, pero no quería que Xana tuviera dolor. Esperó a que ella misma fuera la qu
-AAAAAHHH- un grito desgarrador inundó toda la habitación.-Puja, tu puedes- una voz femenina dio aliento.-Duele- otra respondía en medio de jadeos y llanto para después gritar de nuevo.El vientre abultado se movía de un lado a otro de forma anormal casi como queriendo desgarrar la piel desde adentro. La mujer estaba empapada en sudor junto a su cabello dorado todo pegado a su frente, su piel erizada por completo, la sábana debajo de ella manchada de sangre, y aun así no había atisbo de esperanza que diera a luz. Y es que era natural… lo que llevaba adentro no era un bebé humano.Jadeó con fuerza con las lágrimas empañando su vista e intentó mover sus manos de forma forzosa, pero estas se encontraban amarradas tan reciamente que sus muñecas tenían un halo rojo y las sogas que la aguantaban tenían rastros de sangre.-Ahhhhhh- Xana gritó para después apretar sus labios, llorar y gritar no la sacaría de ese momento tan tortuoso. Se concentró y respiró profundo a pesar de las olas de do
La prioridad eran sus cachorros, esos que gemían en la pequeña cesta en sus brazos envueltos en un paño para que no le diera el aire frío.Xana corría sin mirar atrás a pesar del dolor desgarrador de su interior. Después de haber dado a luz normalmente debería descansar, dormir, amamantar… bueno a sus hijos que en este caso no eran humanos sino dos pequeños cachorros de lobo, en cambio atravesaba el bosque huyendo de su pueblo que solo quería matar a sus hijos, hijos que habían sido concebidos debido a ellos mismos. Ahora querían limpiarse las manos.Ah, estaba tan agotada de todo, desde niña siempre había sido así, su destino siempre dependiendo de los demás, y solo cuando recibió un poco de afecto aún si era ilusorio en los brazos de aquel… lobo, estimulado por el celo había sentido que su vida podría terminar tranquila, pero no… ahora estaba allí corriendo con tal de salir de aquel lugar, poner a salvo a sus hijos y no ser atrapada.Xana no supo cuando tiempo corrió, pero tuvo que
Debía estar cerca. Era lo que se repetía Xana una y otra vez con cada paso que daba. Su cuerpo estaba llegando al límite y realmente deseaba descansar, pero eso era un lujo que no podía darse, sobre todo cuando sus cachorros dependían de ella. Al menos ya había dejado de sangrar, pero necesitaría una limpieza urgente en cuanto encontrara agua.Escuchaba un río cerca y eso le hizo palpitar su pecho. Sabía la geografía de la zona debido a sus aventuras cuando era joven y este era el límite entre el territorio humano y el de los lobos, una vez cruzara este estaría a salvo y más cerca del padre de sus hijos.Y necesitaba que fuera pronto. Sus pies se arrastraban por la tierra debido a la falta de comida y agua después de dos días y medio caminando y además alimentando a sus crías. Si a eso le sumaba que acababa de dar a luz y de la hemorragia que le siguió, solo su voluntad de madre la mantenía en pie.Avanzó con la esperanza de llegar al territorio lobuno. Desde tiempos que ella ni siqui
Los cachorros se removían incómodos en la cesta con sus patitas intentando buscar el calor de su madre. Había mucha humedad, frío y no podían sentirla cerca. Tenían hambre, ansiaban su cercanía, pero por más chirridos que hicieran no la encontraban, simplemente se rozaban entre ellos, pero no la piel de quien los había traído a la vida. La conexión entre la madre y sus cachorros era algo que no se podía comprender y estar lejos de ella solo los hacía sufrir.Chillaron y lloraron llamándola para que viniera por ellos. Aun así, no hubo rastro de su calor, hasta que sus lloriqueos fueron disminuyendo cuando una nariz grande y húmeda los rozó y los olió. Los cachorros dejaron de chillar y se giraron hacia este nuevo ser que olía muy bien y que les dio la tranquilidad que ellos querían. Al tener sus ojos sellados no podían ver quien era, pero sus olfatos no los engañaban.Se removieron y esta vez los chillidos fue de emoción. Sus patitas se removieron para tocar este hocico que los estaba
Muchos años antes. El viento soplaba frío y fuerte esa noche. Los terrenos estaban cubiertos por una gruesa capa de de niebla blanca que ocultaba cualquier rastro de vida en toda la extensión. La luz de la luna era lo único que iluminaba las profundidades del bosque. Los animales se encontraban en sus cuevas cubriéndose de la helada brisa nocturna. Un paisaje tan solitario que podría deprimir a cualquiera. El sonido de las patas peludas hundiéndose en la nieve era lo único que podía escucharse junto a algunos leves gruñidos. Los copos gruesos cubrían los dos cuerpos que se hacían paso después de un agotador día. Los músculos de ambos se notaban incluso por entre su pelaje y aunque intentaban avanzar apenas podían. Ser atrapados en medio de una tormenta de nieve después de un recorrido a todos los terrenos de la manada no era nada agradable. Aún faltaba camino para llegar a sus residencias, pero al parecer tendrían que buscar un lugar para refugiarse. Las plantas de sus patas estaban