Al escuchar sus pasos Xana alzó la mirada en torno al alfa de la puerta. Se levantó y casi corrió hacia él siendo sostenida por él.-¿Y los cachorros?- preguntó preocupada.White sintió un ligero, muy ligero deje de celos dado que su mate pensaba primero en sus hijos antes que en él, aunque era un comportamiento normal en las hembras cuando sus hijos eran tan pequeños. A los machos solo les quedada ser considerados y tener paciencia. Ya habría tiempo para ser nuevamente su número uno.White la envolvió en sus brazos y la abrazó dejando un beso en su frente. El cuerpo fresco y húmedo de ella se sentía realmente bien.-Ellos ya están dormidos. Lo más seguro es que mañana te asustes con los ojos de Nill, no paraba de llorar- sonrió al recordar cómo se veía el pequeño de tierno- Sibyl habrá que ver cómo reacciona mañana, hoy simplemente se recostó contra mí pero no dijo nada. Es bastante impredecible.White cargó a Xana en sus brazos y caminó hacia la cama, sentándose y dejándola sobre su
Xana cerró los ojos y su espalda se torció. Junto a aquellas palabras que él le decía sentía que sus defensas estaban por el piso. Su cabeza era un caos total y sus sentimientos que decir. Acaso…-Ah- gimió abriendo sus ojos y mirando hacia abajo como el alfa dejaba un trillo de besos por su vientre plano, lamiendo por encima de su ombligo hasta llegar a donde más quería- Espera.-Es muy tarde para eso, amor- le dijo White agarrando los muslos de ella entre sus dedos y abriéndolos lo suficiente para dejar el sex de ella completamente a merced de él.Se relamió los labios ante lo húmedo, rojo e hinchado que estaba y eso que aún no le había dado la atención que debía. Se inclinó dejando ligeros besos en la parte interna de uno de sus muslos hasta que mordió la tierna piel, aunque el sonido que la escuchó hacer no fue de dolor, y no lo sería.Siguió el camino de besos hasta llegar a su coño completamente empapado y que seguramente su interior palpitaba por él.-Hermoso- gimió él antes de
-AAAAAHHH- un grito desgarrador inundó toda la habitación.-Puja, tu puedes- una voz femenina dio aliento.-Duele- otra respondía en medio de jadeos y llanto para después gritar de nuevo.El vientre abultado se movía de un lado a otro de forma anormal casi como queriendo desgarrar la piel desde adentro. La mujer estaba empapada en sudor junto a su cabello dorado todo pegado a su frente, su piel erizada por completo, la sábana debajo de ella manchada de sangre, y aun así no había atisbo de esperanza que diera a luz. Y es que era natural… lo que llevaba adentro no era un bebé humano.Jadeó con fuerza con las lágrimas empañando su vista e intentó mover sus manos de forma forzosa, pero estas se encontraban amarradas tan reciamente que sus muñecas tenían un halo rojo y las sogas que la aguantaban tenían rastros de sangre.-Ahhhhhh- Xana gritó para después apretar sus labios, llorar y gritar no la sacaría de ese momento tan tortuoso. Se concentró y respiró profundo a pesar de las olas de do
La prioridad eran sus cachorros, esos que gemían en la pequeña cesta en sus brazos envueltos en un paño para que no le diera el aire frío.Xana corría sin mirar atrás a pesar del dolor desgarrador de su interior. Después de haber dado a luz normalmente debería descansar, dormir, amamantar… bueno a sus hijos que en este caso no eran humanos sino dos pequeños cachorros de lobo, en cambio atravesaba el bosque huyendo de su pueblo que solo quería matar a sus hijos, hijos que habían sido concebidos debido a ellos mismos. Ahora querían limpiarse las manos.Ah, estaba tan agotada de todo, desde niña siempre había sido así, su destino siempre dependiendo de los demás, y solo cuando recibió un poco de afecto aún si era ilusorio en los brazos de aquel… lobo, estimulado por el celo había sentido que su vida podría terminar tranquila, pero no… ahora estaba allí corriendo con tal de salir de aquel lugar, poner a salvo a sus hijos y no ser atrapada.Xana no supo cuando tiempo corrió, pero tuvo que
Debía estar cerca. Era lo que se repetía Xana una y otra vez con cada paso que daba. Su cuerpo estaba llegando al límite y realmente deseaba descansar, pero eso era un lujo que no podía darse, sobre todo cuando sus cachorros dependían de ella. Al menos ya había dejado de sangrar, pero necesitaría una limpieza urgente en cuanto encontrara agua.Escuchaba un río cerca y eso le hizo palpitar su pecho. Sabía la geografía de la zona debido a sus aventuras cuando era joven y este era el límite entre el territorio humano y el de los lobos, una vez cruzara este estaría a salvo y más cerca del padre de sus hijos.Y necesitaba que fuera pronto. Sus pies se arrastraban por la tierra debido a la falta de comida y agua después de dos días y medio caminando y además alimentando a sus crías. Si a eso le sumaba que acababa de dar a luz y de la hemorragia que le siguió, solo su voluntad de madre la mantenía en pie.Avanzó con la esperanza de llegar al territorio lobuno. Desde tiempos que ella ni siqui
Los cachorros se removían incómodos en la cesta con sus patitas intentando buscar el calor de su madre. Había mucha humedad, frío y no podían sentirla cerca. Tenían hambre, ansiaban su cercanía, pero por más chirridos que hicieran no la encontraban, simplemente se rozaban entre ellos, pero no la piel de quien los había traído a la vida. La conexión entre la madre y sus cachorros era algo que no se podía comprender y estar lejos de ella solo los hacía sufrir.Chillaron y lloraron llamándola para que viniera por ellos. Aun así, no hubo rastro de su calor, hasta que sus lloriqueos fueron disminuyendo cuando una nariz grande y húmeda los rozó y los olió. Los cachorros dejaron de chillar y se giraron hacia este nuevo ser que olía muy bien y que les dio la tranquilidad que ellos querían. Al tener sus ojos sellados no podían ver quien era, pero sus olfatos no los engañaban.Se removieron y esta vez los chillidos fue de emoción. Sus patitas se removieron para tocar este hocico que los estaba
Muchos años antes. El viento soplaba frío y fuerte esa noche. Los terrenos estaban cubiertos por una gruesa capa de de niebla blanca que ocultaba cualquier rastro de vida en toda la extensión. La luz de la luna era lo único que iluminaba las profundidades del bosque. Los animales se encontraban en sus cuevas cubriéndose de la helada brisa nocturna. Un paisaje tan solitario que podría deprimir a cualquiera. El sonido de las patas peludas hundiéndose en la nieve era lo único que podía escucharse junto a algunos leves gruñidos. Los copos gruesos cubrían los dos cuerpos que se hacían paso después de un agotador día. Los músculos de ambos se notaban incluso por entre su pelaje y aunque intentaban avanzar apenas podían. Ser atrapados en medio de una tormenta de nieve después de un recorrido a todos los terrenos de la manada no era nada agradable. Aún faltaba camino para llegar a sus residencias, pero al parecer tendrían que buscar un lugar para refugiarse. Las plantas de sus patas estaban
Ambos lobos notaron que no era mentira por su olor y que ella debía haber estado allí bastante tiempo. Y al parecer tampoco les mostraba miedo.White escuchaba como ella tosía y se apretaba la capa alrededor de su cuerpo buscando más calor. Lo que era complicado ya que esta no era de una tela muy gruesa y se notaban los temblores de la pequeña. Algo dentro del alfa se removió y bajó la cabeza para acariciando la mejilla humana con su nariz. La piel se sintió realmente suave a pesar de lo fría que estaba.Fue entonces que se dio cuenta de lo que estaba haciendo y hasta él se asombró con su acción, pero, a su vez eso sacó una leve sonrisa por parte de la niña que con sus ojos llenos de lágrimas dejó se toser poco a poco tomando profundas bocanadas de aire.El alfa se separó queriendo que aquello no pareciera tan íntimo, aunque el toque de ella había erizado el vello de todo su cuerpo. Algo estaba ocurriendo y no era normal, esa humana despertaba algo en él que lo hacía reaccionar de una