Bárbara.
Lunes, 11, marzo, 2030.
Respiro profundo y vuelvo a mirar la foto que me mandó George de los análisis de Milán, sonrío emocionada por saber que el pequeño ser que crece en mi vientre es de Milán y siempre ha sido así, pero lo que no comprendía, era el por qué le dijeron que no podía tener hijos, algo no cuadraba.
Suspiro y me bajo del taxis al parecer a Milán se le olvidó recojerme en el aeropuerto, camino hacia la puerta y esta es abierta por los gemelos que me reciben emocionados por verme.
— ¿Su padre ya regresó? — niegan, miro la hora y me parece extraño, son las 9 de la noche y Milán no se encuentra en la mansión, suspiro y Florencia aparece.
— Señora, por fin llegó, le preparo algo y... — niego.
— No te preocupes, Flor, ya comí, puedes ir a descansar — asiente y se retira, los chicos me ayudan a subir la pequeña maleta a la habitación y se despiden.
M
Bárbara.10, Marzo, 2038.Pasaron 8 años, 8 años en el que tuve seguir adelante sola luego de firmar el divorcio con Milán, 8 años donde tuve que cuidar otro ser que crecía en mi interior cada vez y ahí pasaron 8 años más tarde para volver otra vez a España.— Mamá, ya hemos llegado — habla Cole mientras me mueve el hombro para despertarme, suspiro mirando la ventana del avión y viendo que ya aterrizamos.Bajamos del avión y caminamos por el túnel hasta llegar a la zona de equipamiento, miro a Cole, más alto que yo y su cabello de rizos en una cola.— ¿Dónde está Thomas? — pregunto por su gemelo, solo sonríe y se va a tomar su equipaje, niego y salimos del aeropuerto, una vez afuera noto como las chicas le toman
Bárbara.Bajo las escaleras mirando la hora del reloj que cargo, los chicos habían salido a conocer otro lugares mientras yo me dirigía a la empresa de Galileo a rechazar la propuesta de trabajo que los gemelos me hicieron creer que era de otra empresa, apenas abrir la puerta alguien con un abrigo grande color rosa chillón y un sombrero negro entra a la casa, miro a fuera y luego miro a la mujer que entró.— Sigo sin creer que la gente se ponga calceta con sandalias, ¿Que es esto? ¿2020? Ay no, que horror — su voz me sonó familiar y al voltear pude reconocer a Gloria quien mira a todo lados — Como sea, vine a ver a mi sobrina, aunque ya tengo sobrina pero son de parte de mi hermano Gabriel, yo quiero ver a la hija de Milán.La mira cerrando la puerta, suspiro.— ¿Dónde está? — se sienta en el sofá.— Ha salido con los chicos... ¿Cómo supiste...?— Soy la que pagó la beca
Bárbara.— Bárbara...— Milán... — verlo frente a mí de está misma manera, me hace recordar cuando el destino nos volvió a juntar, como si el karma quisiera que pague todo mal que alguna vez hice y no me dí cuenta.— Que casualidad encontrarte... De esta manera tan accidental, ¿No? — ríe y parpadeo.— Mamma, me rompí la cabeza... Otra vez — salgo de mi hipnosis y miro a Cole con la mano en la cabeza como aquel día, Thomas intenta que Deborah no vea a Milán o Milán la mire por alguna razón, siento que si la mira se dará más que cuenta.— Yo me tengo que ir, fue un gusto coincidir... De esta manera — río nerviosa y entro al carro sin importarme cómo quedó el parachoque.— Mi carro nuevo, mamá, mi primer carro y ya lo chocaste, este no es tu viejo Mercedes, no te pases, mamá — empieza a quejarse Thomas por el daño ocasionado.— Te importa una chatarra que tu propio her
Bárbara.El hombre y mi hijo me miran al mismo tiempo, mi hijo se acerca confundido mientras Thomas miraba a Cole adulto.No sabía a quien mirar, solo no podía dejar de ver al gemelo de Milán.Está vivo...Cole De Luca, hermano gemelo de Milán, el chico que todos creímos muerto, estaba frente a nosotros, nos miraba confundido.El castaño mira a la señorita y se disculpa para acercarse a mí.— No te conozco pero has dicho mi nombre, necesito ayuda — ríe nervioso y los gemelos junto a Deborah lo miran viéndole todo el parecido a su padre.— Claro...Lo miramos comer con cierta ganas, Deborah negaba comparándolo con Milán, yo solo necesitaba respuestas.— Se suponía que est
Milán.Cuando abrí mis ojos las cosas habían cambiado, ya no era un chico de 20 años, sino de 40.Me siendo en la cama y miro a Violeta dormir a mi lado, suspiro, no logro dormir a pesar de estar enamorado de ella...O quizás no lo estoy.Me levanto de la cama y salgo de la habitación, camino por el pasillo hasta llegar al final de este.Miro las dos puertas y uno cuantos recuerdos se cruzan por mi cabeza.— ¿Por qué siento que ya he encontrado aquí? — toco la puerta de mi derecha e intento abrirla pero al parecer tiene seguro, vuelvo a suspirar y entro a la otra habitación, un pequeño estudio.Cuando entre todo estaba diferente, como si ya hubiera estado ahí, como si ya hubiera seguido adelante después de las muertes de mis padres y de mi hermano.Hace 6 años tuve un accidente que me dejó en com
Milán.Suspiro viendo por donde se había ido la morena, George aparece y me mira, siento que me duele la cabeza y me hace sentar en la banca.— ¿Estas bien? Parece que no lo estas — me habla, suspiro y niego — Claro, como vas a estar bien si con solo mirarte estas pálido.Una enfermera pasa y le pide algo que no logro escuchar, se sienta a un lado.— ¿Te encontraste con alguien? — pregunta con cuidado.— Dime la verdad... — lo miro y me mira algo nervioso — ¿Conoces a Bárbara?Se queda callado, sin decir nada, ni moverse de su lugar, suspiro viendo a Miranda caminar y se detiene al vernos, la saludo y me voy sin respuestas como siempre.Me monto en la camioneta y suspiro, cuando estoy irme recibo una llamada de Álvaro.— ¿Dónde te has metido? — pregunta apenas respondo su llamada &md
Bárbara.Podía sentir su respiración en mi rostro, su olor a menta me lleva al pasado cuando podía estar entre sus brazos mientras me abrazaba haciéndome sentir suya y protegida.— ¿Entonces me responderás mis preguntas? — escucho su pregunta y salgo de mis recuerdos, me alejo del castaño y me siento en la silla.— Pregunta e Intentare responder lo que esté a mi alcance, señor De Luca — cruzo mis piernas y lo veo tragar saliva.— ¿Puede ser en otro sitio? — suspiro y me levanto.— Salgo a las 6... — digo y salgo de la sala encontrándome con Galileo que me mira y finge no haber escuchado nada hasta que se me acerca.— Sabes que estás dentro de este nuevo proyecto, así que no me falles y puede irte a la hora que quieras, solo recuerda estar al día — explica y se va
Bárbara.El castaño se sienta frente a mí esperando respuestas que ya sabía pero quería que se las confirmara de cierta manera.Miro la maldita hoja del divorcio y yo juraba que estaba divorciada, no podía creer que todavía estaba esposada a Milán.Lo miro y suspiro.— ¿Ahora no te quieres divorciar? — pregunto esperanzada y niega.— Si eres tú, no me importaría seguir casado, por algo me case contigo aunque ahora no lo recuerdo muy bien — se cruza de brazos haciendo que estés de vean más grandes.— Pero te has comprometido con Violeta y en cualquier momento van a dar el anuncio, ¿No?— Hablaré con ella, entenderá, de toda forma ya no siento cosas por ella desde que te vi — ruedo los ojos mirando a otro lado.— Entiendo...— Ahora que s&eacu