«Señor Gibson, es urgente que se presente en la clínica, su madre ha sufrido una recaída y me temo que esta sea la última».El corazón de Brooke se agitó mientras sentía que el piso se le abría bajo los pies. La opresión en su garganta le hizo imposible responder y respirar. ¿Por qué justo ahora que empezaba a tener felicidad? ¿Por qué la vida no le daba un poco de tregua y le permitía estar un poco más con su madre? Quizá estaba siendo egoísta, pues su madre sufría con cada recaída. No era fácil para ella vivir encerrada y estar constantemente bajo efectos de los medicamentos, pero para él era un consuelo saber que podía verla y escucharla.—Señor, ¿podría venir? Brooke asintió, como si la mujer al otro lado de la línea pudiera verlo. Al darse cuenta de que eso era imposible, habló:—Voy para allá.—No demore, señor… Esa urgencia solo agitó un poco más el corazón de Brooke, por lo que se vistió con prisa, ni siquiera terminó de secarse el cabello, eso no era importante. El muchacho
La peor de sus pesadillas estaba haciéndose realidad. Brooke sintió la garganta secarse cuando el hombre se acercó a él y le acarició el rostro. El deseo de vomitar fue demasiado para contenerse y vació el estómago a los pies de Paul.—¿Tanto miedo me tienes, Brooke? —la voz de Paul sonaba divertida. El maldito hombre estaba disfrutando la reacción del muchacho.Era eso lo que alimentaba la maldad de Paul, el miedo reflejado en los ojos de su víctima. Lo había disfrutado mucho la primera vez, cuando trató de alejarlo de Gary, pero ahora, en ese momento, el placer era triplicado para él.Descubrir que Richard era un maldito infiltrado le hizo urgir uno y mil planes para vengarse de él, pero jamás imaginó que su talón de Aquiles fuera el mismo chico que el de su sobrino. Brooke, el muchacho, era un imán para las desgracias. O tal vez, solo era un hombre con mala suerte.—¡No lo toques! —el gruñido que vino desde atrás, hizo que Brooke temblara. Se había olvidado de Nick.Paul se movió u
«Tenemos un problema, Nick atendió una llamada de Brooke, salió a recogerlo, pero el auto sufrió un accidente y no hay noticias de ellos, es como si la tierra se los hubiera tragado. ¡Han desaparecido!»«¡Han desaparecido!»—¡¿Qué has dicho?! ¡¿Cómo que han desaparecido?! —gritó, haciendo que Richard le prestara toda su atención, preguntándole con un gesto lo que sucedía.—Rastreamos el auto, fue abandonado muy cerca de la clínica donde Molly se encuentra, mandé a uno de nuestros choferes a preguntar por él, pero nadie sabe nada de ellos.—¡Maldición! —gruñó Benjamín, sintiendo que su cuerpo perdía fuerza. Con discreción se sostuvo al escritorio mientras trataba de recuperar su ritmo cardiaco. No podía dejarse llevar por el dolor, tenía que actuar rápido.—Gracias, Oliver. Me haré cargo ahora —dijo.—Cuando sepas algo, avísame. Sebastián y yo estamos a la orden para lo que necesites.—Te lo agradezco, Oliver, te estaré llamando —dijo con premura, cortando la llamada.—¿Qué fue lo que
Richard hizo acopio de toda su fuerza de voluntad para no correr hacia Brooke antes de dispararle a la rata de Paul. Moría por tocarlo y asegurarse de que no estuviera herido, pero no podía dejar que sus emociones lo dominaran. Era ahora el momento de mostrarse sereno y atrapar a Paul de una buena vez y terminar con todo esto para siempre.—Eso es todo, Richard —pronunció Benjamín, entrando y parándose junto a su compañero.—Voy a matarlo —gruñó él, sin apartar la mirada furiosa y fría del hombre.Las piernas de Paul sangraban por los dos tiros recibidos. El tipo se arrastró hasta llegar a la pared, apretando los dientes, resistiéndose a gritar, pese al dolor que sentía en ambas piernas.—No, la muerte es un regalo para este tipo y no pienso darle paz tan pronto —aseguró Benjamín, dándole un tiro más a la altura del hombro.—¡Richard! —gritó Brooke al verse ignorado, él entendía los motivos, pero Nick necesitaba ayuda—. ¡Nick está herido! —volvió a gritar.Fue Benjamín el primero en c
Brooke apartó de su mente todo miedo y todo lo feo que había vivido en las últimas horas. Se concentró totalmente en el beso de Richard, a quien pensó que no volvería a ver. Él no supo cómo terminaron en la habitación, si fue quien arrastró a Richard o fue él quien lo llevó hasta la cama.Nada de eso importaba más que la apremiante necesidad de fundirse con él y convertirse en un solo ser. Brooke se aferró a la boca de Richard con hambre y ferocidad.El calor de la pasión corrió como lava volcánica por sus venas y el placer que estalló en su cuerpo le hizo estremecer.Brooke dejó de pensar cuando la mano de Richard se coló entre sus cuerpos y le acarició el pene por encima del pantalón. La molesta tela se convirtió en un estorbo para su necesidad.—Te necesito dentro de mí, Richard —pidió Brooke con la voz cargada de excitación, haciendo que Richard experimentara un ramalazo de placer que viajó directamente a su polla. El duro falo se sacudió y apretó contra la pretina, pidiendo liber
Brooke se limpió el sudor de las manos. Estaba nervioso, pero no había querido esperar más tiempo para reunirse con sus hermanos y apenas Nick fue dado de alta, le pidió a Richard que lo acompañara a visitarlo a su casa.Él nunca había estado en casa de Benjamín y Nick, era muy lujosa y también muy cálida, se respiraba amor.—¿Estás seguro de que quieres hacerlo ahora? —preguntó Richard mientras esperaban sentados en la sala a que Benjamín volviera.—Sí, no hay motivos para continuar retrasando las cosas, aunque aún no puedo creer que tenga hermanos, me siento muy feliz —susurró empleando un tono muy bajo para que Nick no los escuchara.—Enrique viene para acá, dijo que no empezaras sin él —comentó Richard, tomando su mano y acariciándole el dorso.Brooke asintió, Enrique se había enterado antes de que eran hermanos, de hecho, ya se lo había mencionado y también le dijo lo feliz que sería si llegaban a confirmar su parentesco, por ese lado no tenía de qué preocuparse. El menor lo acep
Luego de hablar con el médico a cargo de la salud de su madre, Brooke se pasó las siguientes semanas con Molly, quien disfrutó de tener esos momentos especiales con su hijo. No preguntó los motivos, ella conocía mejor su cuerpo que nadie y sabía que el final estaba llegando. Cada día se sentía más cansada que le era imposible permanecer sentada en la cama. Aun así, no se quejó y disfrutó de aquellos momentos que sabían que eran los últimos.—Entonces, ¿Nick sigue molesto? —preguntó Molly esa mañana, se veía más cansada que de costumbre, pero hoy era un día especial. El más especial de todos.—No, ya no —respondió Brooke, arreglándole el turbante que le cubría la cabeza a Molly—. Hablé con él ayer y me prometió que hoy vendría a verte —agregó, tomando la paleta de sombras de un pequeño estuche.El día anterior, Brooke arrastró a Richard por el centro comercial, preguntando por maquillaje y aunque más de una persona lo miró raro, le importó poco. Hoy era el cumpleaños de su madre y quer
Con semblante serio, Brooke miró a Gary; no había sabido nada de él desde que lo dejó herido en su apartamento. Sabía que estuvo hospitalizado, pero fue algo que Richard le platicó y no indagó más sobre el tema. Sinceramente, él esperaba no volver a encontrarse con Gary, verlo solo le hacía pensar en todo lo que vivió en el pasado.El hombre se alzó como su principal verdugo, de una u otra manera fue el responsable de todas sus desgracias, aunque, no quitaba su culpa. Brooke era consciente de que su error había sido buscarlo, pero estaba desesperado, sin dinero, sin trabajo y con una cuota mensual sobre los hombros.Brooke respiró profundo y se obligó a tranquilizarse.—¿Qué haces aquí? —preguntó sin moverse de la puerta. Estaba solo en casa y dejarlo entrar era una locura que no pensaba cometer.—Necesitaba verte, Brooke.—Creo que hemos dejado las cosas muy claras desde hace mucho tiempo, Gary —espetó.—¿Puedo entrar?—No. Lo que tengas que decirme lo harás aquí o será mejor que te