Parece que me he quedado dormido, porque cuando abro los ojos el sol brilla a través de la ventana y cuando giro la cabeza para mirar el reloj al otro lado de la habitación, se lee a las 10.17 de la mañana.Dios, tan jodidamente temprano.De repente, la puerta se abrió y una Karla brillante y sonriente entra en la habitación con una bandeja. —¡Buenos días, sol! Está en auge. Es una puta persona de la mañana y lo odio. Siempre está tan motivada y enérgica sin ninguna razón y eso me enfada.Me pongo una almohada por encima de la cabeza gimiendo en voz alta. Espero que entienda la pista y se enfade.Lamentablemente, no es muy ligera en la cabeza y me arranca la almohada de la cabeza y la tira al otro lado de la habitación. —Despierta a Lara o usaré el método del agua fría—. Amenaza, de repente pasando de feliz a grave.—Pruébalo, te reto. A ver qué coño pasa—, raspo. Suspira, pero por suerte sale de la habitación cerrando la puerta.Me vuelvo a dormir cuando después de unos cinco minutos
—¿Necesitas que te lleven? — Me detengo en seco y lo miro con una expresión conmocionada, estrechando los ojos.—¿Significa eso que Armando está de acuerdo en trabajar conmigo? — Pregunto en un tono de burla.Hace rodar los ojos, respondiendo en un tono molesto: —¿Necesitas que te lleven o no? ——Sí, lo que sea—. Empezamos a caminar de nuevo y tengo una pequeña sonrisa burlona en la cara. Quiero decir, Armando de Louis, me ruega que bendiga su presencia conduciendo con él. Me siento halagado.Podría o no exagerar un poco.A medida que nos Acercamos más a la sala principal, noto que todo el mundo gira en nuestra dirección, esperándonos, algunos con bates de béisbol y otros solo con el puño levantado en el aire.Suspiro en voz alta mientras saco mis dagas dando un pequeño giro con ella y le pregunto a la multitud con una sonrisa: —¿Entonces? ¿Quién consiguió las bolas para lanzar el primer puñetazo? —Ni un segundo después, el tipo que me manoseó viene corriendo y gritándome con el puño
ARMANDOLara aún no ha regresado y ha pasado casi una hora. Nadie ha pronunciado una palabra de espera de unos cuantos joder y fue tu culpa de sus dos amigos idiotas.Estoy sentado en la sala de estar, frente a mí, Ricardo, que está durmiendo allí. Cuando vinimos aquí atamos a Ferguson a una silla frente a mí.Anclo la cabeza hacia atrás en agotamiento y dejo salir un suspiro tranquilo.Estoy jodidamente cansado.Cierro los ojos y solo unos segundos después escucho un gemido delante de mí. No estaba de humor para torturar a alguien en este momento, así que me levanto y le doy un duro puñetazo en la cara, haciendo que se desmaye de nuevo.Débil.Me vuelvo a caer en el sofá cerrando los ojos de nuevo.Justo cuando estoy listo para saludar el sueño, escucho la puerta del apartamento abierta. Gimo y miro hacia arriba para ver a Lara entrando con una cara ligeramente roja, probablemente por el frío y su puta empapada en agua.Me había dado cuenta de que empezaba a llover, pero no sé dónde
LARA—Amor.Me llamó puto. —amor—. En ese momento podría estrangularlo, joder. Nadie lo echaría de menos esperar a su patético amiguito. Pero decidí no hacerlo y mantuve la calma. No quería empezar el día con un baño de sangre. Lo hizo de todos modos, pero lamentablemente no era la sangre de Armando.Estoy empacando mi mierda ahora mismo y algunas pobres criadas están tratando de limpiar la sala de estar. De Louis me dijo que se reuniría conmigo en el aeropuerto porque obviamente le quedan sus cosas en su apartamento. Karla, Enrique y Ricardo solo vendrán a Las Vegas mañana porque tienen que —limpiar— algunas cosas aquí en Asia. Y sí, volaremos en el mismo avión porque es más lógico, teniendo en cuenta que nos quedaremos en mi casa.Entro en la sala de estar con una pequeña maleta y una bolsa de lona y veo a las criadas todavía tratando de triturar la sangre de las paredes y la alfombra. Me muerdo el labio y pesqué unos 34.000 yenes (≈ 300 dólares estadounidenses) de mi bolso como di
ARMANDO—Lara, ¿has pensado bien esto? ¿Y si intenta algo? Podría lastimar a Sky—. Fernanda, la esposa de Alex, acusa.Después de entrar en el pasillo, Lara envió a la niña a su habitación y nos llevó a su oficina para hablar de la situación con ellos. Estamos sentados en unos sofás, Lara a mi lado y los otros dos frente a nosotros. Están hablando de mí como si no estuviera sentado aquí.Cuando Fernanda intenta continuar con sus ridículas fantasías, la golpeo y digo lo que pienso. —En primer lugar, nunca te haría daño a ti ni a ningún niño. Incluso si Lara es mi enemiga, no me atrevería a usar a su familia contra ella. Confía en mí. Podría hacerte daño. Pero no lo haré. Y, en segundo lugar, hicimos un trato. Y lo conservaré mientras no lo rompas o me molestes demasiado con tus estúpidas suposiciones—. Lo traigo directamente en un tono severo.—Realmente no hicimos un trato—. Lara murmura.—Cállate—. La chasqueo.—No hables así con mi hermana—.Dejé salir una risa sin humor.Lo ignoro
Muy temprano por la mañana me desperté, pero Marshall ya se había ido, solo había dejado una carta. No la quería tomar porque esa carta me sonaba a despedida o algo por el estilo. Me había acostumbrado a su trato y a su olor que no quería que jamás se pudiera ir de mi lado. Observé a través de la ventana si había alguien mas y solo estaba Ben y Charlie haciendo frente a cualquier que pudiera intentar hacerme daño. Me acerqué a la mesa pequeña redonda para tomar la carta; “Querida luna, te he escrito esto por si las cosas cambian su rumbo y nos tengamos que separar. Esta carta contiene algunas indicaciones que te van a servir al momento que suceda algo o bien te quieran hacer daño. He dejado a dos de los mejores hombre haciéndote compañía, de ellos no dudes al momento de confiar pues son leales, lo que si quiero que hagas es esq por nada del mundo dejes abierta las ventanas de la casa por las noches y tampoco tengas luces encendida. También quiero que te alimentes bien pues quiero
PIPER Dios, estoy completamente segura que acabo de ver algo y no estoy loca por lo cual entro en modo de alerta y empezó a cerrar todas las puertas y las ventanas, no me gusta nada de lo que está pasando y mucho menos cuando Marshall no está presente, me siento débil y que cualquier persona se puede aprovechar de mí. Sabía desde un principio que al venir acá traería muchas responsabilidades y una de las consecuencias era que estaba sola y desprotegida. Independientemente si estos dos chicos estaban haciendo guardia, no era garantía, no me garantizaba que alguien podía entrar acá y podía burlar esa seguridad. Pensándolo bien me hubiera quedado en la mansión, porque en realidad no, creo que soportar a Gabriela hubiese sido mucho peor, prefiero mil veces que por esa puerta atraviese cualquier cosa y no juntarme con Gabriela, sé que sonará egoísta de mi parte, pero es que esa mujer no me agrada en lo absoluto. Bajé las escaleras dirigiéndome a la planta baja en donde estaba Charlie
Esta vez si no estoy loca. Lo que acabo de ver es alguien o mejor dicho una bestia. Esos ojos rojos me dejaron estática y no sé si salir corriendo o simplemente asegurar la habitación. Como sea. Tendré que avisarle a los chicos. Bajo las escaleras apresuradamente. En cuánto llego a la planta baja soy tan torpe que me he golpeado con algunas cosas en la sala, pero finalmente llego a la puerta principal de la casa. No quiero abrir mucho porque no sé qué hay fuera, además el único propósito con el que bajé fue para adevertirle a estos idiotas qué hay alguien acechando en el bosque. —Charlie— le digo entre susurros con la puerta un poco abierta—acabo de ver a alguien que está afuera, por favor no bajen la guardia. —Señorita…— me ve de mala gana— ¿Cuántas veces le tengo que decir que acá no se presente de esa forma? Recuerde que el señor Marshall nos encargó esto y no le podemos fallar. —¡A la mierda con esas reglas!— gruyó porque ya no puedo más con las idioteces de ellos— te estoy di