Comencé a sentir un poco de incomodidad. Los hombres de Akira lo golpearon y abusaron de él entre todos ellos. Salí de la habitación intentando tomar un poco de aire fresco. Me estaba sintiendo un poco mareada. No contaba con que Akira me seguiría.
—¿Te mando a la casa? — me giré, y se me quedó viendo.—No, no quiero. No hasta que termine con él — se acercó, y retrocedí—. No te acerques más a mí — solté cortante.—Entonces ¿quieres que los detenga? —preguntó, como si viera a través de mí.Sentía asco, no es que me importe su sufrimiento, pues a él no le importó el mío, pero la idea de ver esa escena me fue muy asqueroso.—Detén esto— desvié la mirada.—¿Sientes remordimHa pasado aproximadamente seis largas semanas desde la muerte de Kanji. Aún tengo pesadillas con la muerte de él. Akira no ha regresado a la casa desde entonces. Me han dicho que ha estado atendiendo sus negocios. He seguido con el tratamiento, aunque no sé en realidad ya porqué lo continúo. Antes, cuando él no estaba en la casa me sentía aliviada, pero ahora las cosas han cambiado. La casa se siente sola, sus empleados casi no están. Esta vida es realmente aburrida. Quisiera salir, distraer mi mente, pero al él no estar, debo quedarme aquí. No debe ser un peligro salir, pues Kanji no será un problema.Caminé a la entrada de la casa cuando me encontré al chófer.—¿Será que puedo salir?—Sí, Srta. Lisa.—¿Y eso? Es muy inusual que respondas tan rápido.—Akira me dio
Akira me llevó a conocer a varios empleados.—Quiero presentarles a mi nueva asistente y mi prometida, la Srta. Lisa Xiao. Estará desempeñando ese puesto de hoy en adelante. Necesitaré que la ayuden a organizarse y le muestren los alrededores y todo lo que tenga que ver con la empresa. Deberá conocer a sus compañeros y, más aún, socializar con los vendedores y socios; ya que estará a cargo más adelante de ellos. Pueden irse presentando mientras le muestran el manejo de la empresa. Deberán tratarla bien, no quiero quejas. Tengo unos negocios que atender, se las encargo—diciendo esto salió de la oficina.—Mi nombre es Yuji, era la asistente del Sr. Akira, es un placer tenerte con nosotros. Él es Atsushi, encargado del departamento de ventas y, él es Arata, encargado del departamento de transporte de equipos.—Mi nombre es Lisa
He leído suficiente por hoy. No quiero quedarme tanto rato en la oficina. Akira salió y no ha regresado. Su agenda no dice que esté en ninguna reunión, lo más seguro ya está en la casa o divirtiéndose. Será mejor que me vaya de una vez. Al salir de la empresa, el chófer estaba esperándome; supuse que Akira le avisó.—¿Cómo le fue, Srta. Lisa? —preguntó abriendo la puerta del auto.—Muy bien, supongo.—¿Necesita ir a otro lugar antes de llegar a la casa?—No, no creo.—El Sr. Akira no podrá llegar esta noche a la casa.—No sabes lo feliz que eso me hace.—¿Quiere tomar un café, señorita?—Sí, lo necesito.Llegamos a la cafetería y estuvimos un tiempo en silencio.<
AkiraSufrí un atentado hace una hora y logré atrapar a uno de ellos.—Me encantaría poder hablar contigo un rato, pero estoy corto de tiempo. ¿Quién te envió? — me miró fijamente, y guardó silencio—. Al parecer le comieron la lengua los ratones. Tráeme una cuchilla para asegurarme.—Aquí tiene, señor— le arrebaté la cuchilla a mi empleado.—Sujétalo. Ahora di “Ah”— forcé su boca, y forcejeó.—¡Fue el Sr. Kaiza! — gritó —. Por favor, no me haga esto.—Es un dato muy interesante. Para que veas lo agradecido y generoso que me siento, haré que te maten sin dolor — lo solté—. Encárgate de él, Keita.—Sí, señor.Al terminar con el hom
Akira—No tienes que forzarte de esta manera. No te vez de ánimo para esto. ¿Qué es lo que te pasa? — preguntó Hanan.—Nada, solo necesitaré un trago y me recupero.—¿Son los negocios lo que te tiene de esta forma? Nos conocemos hace mucho y no eres así. Sabes que puedes hablar conmigo de lo que te pase.—No pasa nada, solo no traje preservativos— me serví un trago, y me lo tomé.—No es eso lo que te tiene así. Sabes que siempre tengo de eso. Es algo más tu problema, ¿Cierto?—¿Por qué insistes tanto en saber? Te voy a pagar por esto. No quiero que hables de nada más —tiré la copa a un lado, y me acerqué a Hanan.—No puedo hacer esto así y lo sabes.—Te pareces tanto a ella. Siempre neg&aacut
Desperté en los brazos de Akira. Toqué su frente para ver si aún estaba caliente, pero estaba mucho mejor. Hice fuerza para soltarme. No sé qué hora sea y necesito saber de Yuji.Al levantarme de la cama vi las medicinas que le mandé a buscar a la empleada, estaban encima de la mesa. Me avergoncé con la idea de que ella entró cuando estaba profundamente dormida con Akira. Verifiqué mi teléfono y tenía una llamada de Keita. Al poner el teléfono sobre la mesa, sentí una manos alrededor de mi cuerpo.—¿Te sientes mejor?Sentí un escalofrío por todo mi cuerpo, al sentir sus manos alrededor de mi. No quería mencionar nada de lo que sucedió, ni mucho menos la diferencia que tuvimos.—Me duele la cabeza.—En la mesa están las medicinas— intenté caminar a la mesa de
Al salir de la fiesta nos subimos al auto. Akira no estaba en la ruta para la casa. —¿A dónde me llevas, Akira? —A un lugar donde estemos solos y nadie nos interrumpa. —Lo siento. —¿Por qué? —Por haberte hecho salir de la fiesta de esta manera, se suponía que debías quedarte con ellos y te estoy dando problemas. —No tienes que disculparte por eso. Mi mujer es primero, además ya había terminado. —De igual manera no debí hacerlo. —En vez de pensar en eso, ¿por qué no vas pensando en qué te gustaría hacer ahora? — llevó su mano a mi muslo, y lo acarició. —Estás manejando, no hagas eso—podía sentir mi cuerpo temblando con tan solo sentir su caricia. —Mientras tengas esa expresión, no me pidas que me detenga— adentró su mano a mi entrepierna. Mi cuerpo se sentía más caliente de lo normal. Creo que es por el vino, no debí tomar demasiado. Con su mano subió pa
Al despertar me encontré en los brazos de Akira. Me quedé por un momento pensando en lo que sucedió anoche. No sé si fue por el alcohol que me sentía así. Al recordar esa palabra que me dijo, me ruboricé. Quería pensar que fue que lo imaginé. Sería lo más prudente en una situación como esta, creo. No sabría que responderle aún si fuera real. No he pensado en lo que puedo estar sintiendo por él. Cada vez que pienso en esa expresión tranquila y tierna que lo dijo, mi corazón comienza a latir muy rápido. De alguna manera quisiera volver a escucharla.Debe estar exhausto y por obvias razones. Levanté la sábana, así podía apreciar un poco su cuerpo desnudo. Su piel, sus hombros, sus buenos brazos, sus pectorales son casi perfectos. Miré un poco más abajo y me sorprendí. Aún dormido y él es