—Sírveme un trago y buscamos una solución a nuestro problema— me pidió.
—Entendido—me levanté de encima de él y fui a servirle el trago. Lo serví y se lo llevé. Akira se quitó la corbata—¿Estás entrando en calor ya?— le pregunté en un tono de burla. Caminé con la intención de sentarme en la otra silla, pero me aguantó la mano y me jaló hacía él.—No te he ordenado a sentarte— amarró la corbata alrededor de mis muñecas. ¿Así que esto planea? Se levantó de la silla e hizo que me inclinara sobre el escritorio, con mi cabeza encima del maletín con el dinero.—Ya que no vas a aceptar el dinero, supongo que debo tratar de convencerte de otra forma.—¿Y cómo sería eso?—¿Debe—No quiero irme, pero tengo que hacerlo. ¿Dónde está Kaori?—Está en la casa de Mr. Jefferson.—Ve con ella y luego las busco para irnos a la casa.—Akira, quiero ayudarte.—¿Qué estás diciendo?—Sé que esa chica que está ahí fuera la necesitas para algo y fui yo la culpable de dañar tus planes. Quiero ayudarte.—No voy a mezclarte otra vez en mis asuntos.—Tus asuntos, son mis asuntos. Dijiste que me permitirías estar a tu lado y quiero hacerlo. Permíteme serte útil y estar contigo en las buenas y malas, como prometimos.—Lisa, no quiero ponerte en peligro otra vez. ¿Cuándo lo entenderás?—Tu eres quien no entiende, Akira. Por siempre querer hacer las cosas por tu cuenta, es que te salen mal
—Si, Sr. Akihiro. No sé si recuerde, pero ella trabajó con nosotros anteriormente y le preguntaba si quería volver.—Bueno, si ella lo decide — Akira me miró fijamente. Algo me dice que si acepto se molestará, pero es un momento demasiado incomodo y más estando Amaya presenciando todo.—No sé, primo, dime tú— respondí despreocupada.—¿Primo? ¿El Sr. Akihiro es su primo?— preguntó Kazuo.—Si, ¿hay algún problema con eso?— Akira miró fijamente a Kazuo. Si las miradas mataran, creo que Kazuo ya no estaría respirando.—Lo siento, no sabía, Sr. Akihiro. De igual forma, espero consideres la posibilidad, Reiko. — me miró, y sonrió. Si sigue provocando a Akira se formará un problema serio aquí, aunque no puedo negar q
Llegamos a la casa de Mr. Jefferson, no contaba con que mi madre iba a estar ahí con Kaori.—¿Qué hace ella aquí?— preguntó Akira a Mr. Jefferson, antes de que yo hiciera la pregunta. Mi madre se quedó fria y soltó a Kaori. Cuando Kaori vió a Akira caminó hacia él y le abrazó la pierna.—Hola, princesa, ¿Cómo ha estado la niña más hermosa del mundo? ¿Cuidaste de mamá? — Akira se veía muy feliz al verla, y la sujetó en sus manos para sentarse en el sillón. Kaori le sujetó los cachetes y pegó la frente de ella a la de él. Estaba riéndose, hace tiempo no la veía así. Ha extrañado tanto a su papá, así como yo. Fue un momento muy emocionante al escuchar a Kaori decírle papá. Estaba aguantando las lágrimas de emoci&oacu
—¿Dije algo que no debía?— preguntó mi madre.—No mamá, no te preocupes. Lo importante es que todo está bien. Olvidemos todo y empecemos de nuevo, pero esta vez procura tratar bien a mi esposo, para que podamos estar bien todos.—¿Me perdonas, lisa?—Si, pero quiero que hables con Akira y también le pidas disculpa. No quiero que vuelvas hacer una tontería como esa y te pongas o nos pongas en riesgo, ¿Está bien?—Lo juro, no lo volveré hacer nunca más— me dio un abrazo y se pudo tranquilizar un poco.—Buscaré a Akira— sonreí y fui a buscarlo—. Mi madre quiere hablar contigo. ¿Será que puedes ir a hablar con ella?— sonreí, como si nada estuviera pasando.—Si, corderito, quédate con Kaori— me dio a Kaori en l
—¿Quieres empezar primero, cariño?— le pregunté.—Para eso tenemos que irnos de aquí— salimos de la habitación de Kaori y nos fuimos a nuestro cuarto.—¿Serás directo, querido?—¿Desde cuando hablas con tanta confianza con Kazuo?—Desde que empecé a trabajar en el Hotel.—Parecían grandes amigos.—Digamos que tenemos varias cosas en común.—¿Cómo qué?— se acercó.—Gustos.—¿Qué tipo de gustos?—Verás que el día que nos conocimos fue el día de la fiesta, y estaba desesperado buscando a la trepadora de su mujer, y yo buscando al perro pervertido de mi marido, que estaba en los brazos de otra. Desde ese momento nos acercamos más de
Pasaron varios días luego de mí regreso. Akira y yo hemos estado más cerca últimamente. La relación ha mejorado grandemente. Podemos tener una conversación sin salir discutiendo. Las cosas han cambiado para bien, algo que me agrada. He estado asistiendo al Hotel y buscando la forma de acercarme a su hermana. Por otro lado Akira se la pasa vigilándome de que no me acerque a Kazuo. Sus celos son enfermizos. Creo que hemos adelantado bastante con el tema de su hermana. Ella me habla con algo de confianza, al igual que su manager, parecemos grandes amigas en tan poco tiempo. Es algo incomodo porque en ocasiones no deja de hablar de Akira. Al parecer su relación con el ha ido fluyendo también. No puedo negar que me matan los celos la mayoría de las veces, escuchar que hablen de tu esposo en tu cara y no poder decir nada es algo frustrante. Quedamos en salir a cenar los cuatro esta noche. Hoy como de costumbre he estado
—Ya iba a irme — le dije, fingiendo estar tranquila.—¿Qué hacías aquí?— preguntó dudoso.—Solo estaba dando una vuelta por el Hotel a ver si veía a mi ex compañera antes de irme.—¿No era más fácil subir a buscarla a su piso?—No estaba allá— Akira me miró dudoso. Estoy segura que no creyó una sola palabra. No se me ocurrió nada más.—Esta noche iremos con mi hermana a cenar. Pasaré a buscarte a la casa. Ahora quiero que te vayas.—Como ordenes, primo— sonreí antes de irme. Akira se quedó por esa área. Supongo que está buscando si Kazuo está ahí. Engañarlo es lo más difícil que existe.Vine con el chófer para la casa, me quedé con Kaori y mi
—Estoy muy feliz por ellos. Es un poco difícil explicar esto, pero Akihiro es la única familia que me queda. Siempre hemos sido muy unidos y la noticia me impactó un poco al principio, pero no implica que no esté feliz por su relación. Akihiro y Amaya merecen ser felices los dos— actué lo más normal posible.—Lo siento, estoy igual de impactada que usted. Considero que es muy pronto para que tengan una relación.—Son adultos, no podemos interferir en su decisión. Solo esperemos que sean felices. Yo me iré para la casa, estoy un poco cansada.— Haré lo mismo. Gracias por habernos acompañado, señorita.—Espero podamos hacerlo más seguido — me despedí y tomé un taxi para la casa.Al llegar a la casa fui a mi cuarto a descargar la frustración que sentía. No