CAPÍTULO TREINTA Y CINCO
Finalmente llego a casa, subo las escaleras, mi madre no está. Entro en mi habitación y poso la mochila sobre la cama, me tumbo boca arriba y comienzo a pensar.
Mis pensamientos ya no dan más de sí. Tengo mucho miedo. Intento regresar a la normalidad pero es algo imposible teniendo en cuenta todo que lo podría pasarme.
¿Cómo puedo regresar a la normalidad como si nada si estoy metida de lleno en una secta repleta de asesinos? ¿Cómo puedo borrar mi imagen de la mente de Jasper? ¿Qué hubiera pasado si no nos hubiéramos conocido nunca, si a él no se le hubiese metido en la cabeza seducirme, o si por el contrario, yo no me hubiera dejado seducir? Creo que he llegado al puto límite. He sido testigo, cómplice y responsable de asesinatos. No, no soy una asesina pero eso no lo es todo, toda la mochila que
CAPÍTULO TREINTA Y SEIS24 de Diciembre de 2018Nos quedamos profundamente dormidos tras agotar nuestra poca energía restante tratando de encontrar una solución, u estrategia para poder salir con vida de todo esto. Yo fui la primera en no poder combatir el cansancio y dejé caer poco a poco mi cabeza sobre uno de los libros de asesinos seriales, y sus métodos de ejecución que sostenía. Aunque no conseguí encontrar nada que nos pudiera ser útil, guardaba varios libros de ese estilo en mi habitación que había comprado en un mercado medieval que se celebró en las afueras de Brookville hace un par de años, pero ninguno nos sirvió. Elliott se propuso ayudarme a salir de esta, y se lo tomó muy en serio, el decidió darle provecho a sus conocimientos en la informática e
CAPÍTULO TREINTA Y SIETE Divisamos la cabaña al final de un largo camino rodeado de pinos. Hacía frío. La carretera estaba húmeda y repleta de hojas. Avanzábamos por la carretera, ahora sí, con algo de música puesta. Quisimos evadirnos por un rato. ¿Qué otra opción nos quedaba? Los tíos de Elliott estaban en la puerta, preparados para marcharse. Le entregaron las llaves a Elliott y le suplicaron que evitáramos causar algún destrozo. Asintió. Justin y Álex bajaron del coche, saludaron amablemente a los tíos de Elliott y fueron directos a abrir el maletero. “Nos arrepentiremos de esto” dijo el tío de Elliott al ver todas las botellas que traían y dirigió una mirada no muy amigable a su sobrino. Arrancaron el coche y se marcharon. Camino abajo, apareció el coche de Jack, que llegaba con un poco de retraso. Supongo que Tessa habrá estado aquí más veces y por eso había sabido guia
CAPÍTULO TREINTA Y OCHO — ¿A dónde se han ido? — Preguntó Elliott.— Han dicho que iban a buscar a un amigo. — Álex ya estaba bastante borracho. — Les he dicho que cuántos más mejor. ¡Síiii! — Reía solo. — Aunque no vendría mal que trajesen a alguna chica para Justin.— ¡Cállate, cabrón! — Golpeó el pecho de su amigo. — Que tú le gustes a Rhonda no está tan claro, a lo mejor te tienen que traer alguna a ti.— He hablado con ella todo lo que llevamos aquí. ¿Cuánto has hablado tú?— En cuanto vuelva a entrar por esa puerta, se te acabaron las oportunidades, hermano. — Se reía y se encogía de hombros.&
CAPÍTULO TREINTA Y NUEVE 25 de Diciembre de 2018Una bandada de pájaros camuflados en lo más alto de los pinos alza a volar a causa del disparo que proviene del camino que íbamos dejando atrás antes de detenernos. Sonó limpio, potente y claramente eficaz. El silencio cobró voz, sentí una fuerte agitación en mi corazón.Jasper y yo corrimos de nuevo al oscuro y tenso lugar donde se encontraban los demás.Sentía que aunque Jasper y yo teníamos motivaciones completamente diferentes sobre cómo iba a desarrollarse la noche, él iba a alargar mi vida todo lo que estuviese en su mano, sé que aún tenía esperanza de que yo fuese capaz de asesinar. Pero yo, quería luchar por conseguir una victoria, que sería salir con vida de allí, huir, y regresar a cas
CAPÍTULO CUARENTALlegamos al escenario del caos en silencio, Elliott y yo nos habíamos posicionado al frente para poder guiar a Michael hasta el destino.Nos quedamos paralizados, sin respiración, con el corazón hecho un puño. Sentí mis huesos agarrotarse tras observar esa desgarradora imagen situada frente a mis oscuros ojos. Rhonda estaba llorando tumbada frente a Jack. En la misma posición que hace poco tiempo atrás, el cuerpo de Tessa estaba empezando a enfriarse y sus párpados finalmente se habían cerrado.Michael se acercó lentamente y agarró a Rhonda hasta inmovilizarla, colocó sus manos en su espalda y desenganchó las esposas de su uniforme para ponérselas a ella.— Quedas detenida por el asesinato de Tessa Collins. Tienes derecho a permanecer en silencio. Cualquier cosa que diga
CAPÍTULO CUARENTA Y UNO{Jasper, no sé dónde estás. Tampoco quiero que vuelvas. Espero que no lo hagas. Rhonda y Jack han sido la única parte que ha salido perjudicada para vosotros de vuestro estúpido juego. Espero que eso te haga pensar. Siento pena por ti. No te mereces una vida repleta de sangre y de muertes. Mereces curarte de tu enfermedad, porque tú no tienes la culpa de lo que viviste de pequeño. Si quieres reencontrarte conmigo, iré a donde sea. Tan sólo una última vez…}Guardé mi móvil y regresé a mi casa.Mi teléfono sonó en mitad de la madrugada, sabía que no podía ser Elliott porque se había asegurado de que yo estaba de vuelta en
CAPÍTULO CUARENTA Y DOSSalí de casa y me guíe gracias a Internet, hasta el punto exacto donde iba a reunirme con Jasper. Era una noche fría, como de costumbre, la temperatura no era nada diferente a lo que estaba acostumbrada en una noche de invierno, pero algo sí se sentía diferente. Quizá era esa pequeña sensación de incertidumbre, de inseguridad, la que me hacía caminar como si nunca antes lo hubiera hecho. Mis pasos eran firmes y decididos, mi mente sabía que eso sólo era una falsa apariencia de seguridad, ya que mis pensamientos, se alejaban de una actitud confiada y segura.La carretera comenzó, una línea color blanco se volvió infinita a medida de que mis pasos avanzaban hasta el destino, el kilómetro seis.Llegué, y me detuve de espaldas al bosque, con una porción de carretera frente a
CAPÍTULO CUARENTA Y TRESAbrí los ojos. El reloj de la pared marcaba las tres de la tarde. Estaba tumbada, miré a mi derecha, un ventanal me permitía ver algo de claridad, cubierta por algunos árboles. Estaba en el hospital. Seguía aturdida. Me costaba recordar cómo había llegado ahí. Pensaba que había muerto. La televisión situada frente a mí, colgada en la pared, estaba encendida. Una fotografía de mi graduación de instituto estaba en ella.“Tenemos más novedades sobre el terrible suceso ocurrido ayer en la carretera de entrada a Brookville, kilómetro seis. La adolescente Paige Jackson estuvo a punto de morir apuñalada por Jonathan Barbrow, desaparecido por casi una década, quién parece ser que está al mando de un gran número de asesinatos que nunca habían sido resu