Ensenada, Baja California.
Se encontraban en la habitación que habían asignado para análisis Ciro, Rene, Óscar, David y Edmundo escuchando una y otra vez el último audio que la niña había grabado, ampliando los sonidos para poder tratar de encontrar algo que les diera una pista.
Entonces Edmundo lo encontró.
—Amplía en el segundo 10, otra vez —volvió a solicitar.
—Ahí está—. Sonrieron observándose unos a otros.
Momentos después Arnulfo, Valeria y Álvaro entraron.
— ¿Qué novedades encontraron? —cuestionó Valeria.
—Están en una playa.
—Hay que buscar propiedades a nombre del infeliz o de Amanda o de alguno de sus cómplices, un alias o un familiar, ¡a trabajar! —ordenó.
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Puebla, Puebla.
Azul y Daniel se encontraban e
Tenemos gran esperanza Pau, está localizada. Esperemos que todo salga bien. No se pierdan el siguiente capítulo.
Angelópolis, Puebla. 9:00 pm Alondra se encontraba en su habitación con una sensación de nostalgia que la invadía, sus ojos se comenzaban a tornarse cristalinos. Sacó de su closet el regalo que había preparado para Daniel, comenzó a escribir una nota. «Querido Daniel: Agradezco mucho tu ayuda, pero siento que ahora es tiempo de valerme por mí misma. En cuanto me sienta mejor, te haré saber en dónde me encuentro. Al» Pegó la nota sobre el gran regalo que le tenía y lo dejó en la sala, regresó para terminar de arreglar sus cosas. «Soledad by Gloria Trevi», comenzó a escucharse en su playlist, entonces sintió como un escalofrío, la recorrió deseando que cada palabra que escuchaba se ahogara en el espacio, el dolor y el vacío de no tenerlo la embriagaba con amargura. «Soledad, soledad, soledad, haz que él sienta
Álvaro se encontraba en la camioneta con Ciro cada minuto que transcurría para él era una eternidad. Sintió como un escalofrío lo iba recorriendo, limpiaba las gotas de sudor que escurrían por su frente, mientras escuchaban el estruendo de los proyectiles. —Mi hija debe estar muy asustada —el matiz de su voz se oyó, angustiado. —Lo lamento —Ciro refirió con tristeza. Entonces su móvil comenzó a vibrar respondió al instante. Álvaro: Te escucho. Edmundo: Se trata de la niña, está corriendo en dirección de la playa, piensa que allá lo podrá encontrar. Entonces Álvaro, recordó alguna vez que habló con ella diciéndole que para él su zona segura era la playa. — ¡Dios! Álvaro y Ciro se miraron angustiados. —Avisaré al teniente, pero nadie respondió. Sin
Ensenada, Baja California. Álvaro se encontraba en la habitación del hospital en donde estaba Paula María internada, con su brazo con una férula y después de una crisis nerviosa, los médicos decidieron que lo mejor era sedarla, para que descansara un poco. Doña Ofelia acompañaba a su nieto. —No puedo creer que Amanda haya expuesto de esta manera a mi bisnieta—volteó a verlo, indignada. —Ni yo —Álvaro respondió mirando preocupado a la pequeña—. Haré todo lo que esté en mis manos para sacarla adelante. —Oye mijo, ahora que ya está Pau contigo. También necesitas recuperar lo que esa zorra te quitó —expresó con resentimiento. —Creí que ella no era de tu agrado. —Álvaro sonrió al escucharla hablar. —Es de sabios cambiar de opinión, la última vez que estuve en tu casa, en compañía de… tu madre, lo q
Alondra llegó a la primera entrevista de trabajo, observó la belleza del edificio, entró con ánimo al lujoso hotel que tenía una vacante en el área de Recursos humanos, pero luego de sentirse incómoda ante la mirada que el gerente le dio. Decidió descartarla de su lista, sabía que con sus ahorros podría buscar con calma el lugar adecuado para emprender un nuevo comienzo. Recordó las insinuaciones del hombre y se sintió asqueada, ni siquiera se esperó a que terminara la entrevista cuando se puso de pie, se giró en su eje dejando al sujeto con la palabra en la boca. Pasados unos días al llegar el fin de semana, tomó una pequeña maleta y partió hacia Puerto Escondido, Oaxaca. Rentó una habitación en un bungalow rústico con vista al mar, antes del atardecer la joven caminó a la zona de la playa, deseaba tanto observar el hermoso espectáculo que daba. Tomó una toalla y se sentó, para ver el ocaso. La tranquilidad que le
Amanda caminaba por las calles de la ciudad de Ensenada, llevaba días vagando, desorientada. —Me quitaron a mi pequeña —repitió una y otra vez, sin decir nada más. Hasta que atravesó una calle sin poner atención siendo impactada por un auto, la mujer cayó al suelo sin poder evitarlo, entonces perdió el conocimiento. Cuando llegó al hospital la clasificaron como persona desconocida. Por lo que llamaron a las autoridades, para que averiguaran de quién se trataba. Por la forma en la que vestía deducían que era de alguien de una clase económica alta, sin embargo, el estado descuidado los hizo dudar. Al llegar el agente especial para tomar huellas y buscar en listas de personas desaparecidas, la encontró. —Esta mujer es una prófuga de la justicia—el agente indicó al director del nosocomio. Dirigió personal especializado para custodiarla, pensando que e
Toluca, Estado de México. La señora Mary ama de llaves de la casa de Álvaro preparaba la cena para la reunión que tendría en su casa el ingeniero. Cuarenta y cinco minutos después comenzaron a llegar. Álvaro a recibir a los primeros invitados, tratándose de una reunión especial los nervios hacían estragos de los que ya se encontraban en la residencia. Ernesto y Aline saludaron con efusividad a Álvaro quien los recibió con mucho cariño. —Bienvenidos. —Gracias, hacía tiempo no estábamos aquí—Ernesto miró el interior sintiendo una profunda nostalgia al sentir la ausencia de su hermana. Tomaban de un aperitivo, cuando la abuela bajó las escaleras de la mano de Paula María, quien se mantuvo aferrada de su bisabuela sintiendo un gran nerviosismo al escuchar voces extrañas. La pequeña externó una sonrisa a
Oaxaca, Oaxaca. Una semana después. Alondra terminaba de empacar algunos pastelillos que acaba de hornear para llevarlos a la oficina. Siendo viernes se iría a Puerto escondido a pasar el fin de semana, pero por alguna razón no deseaba hacerlo sola. Sacó su móvil, entonces encontró un mensaje de Azul, la joven detectó una profunda tristeza en el texto, sin pensarlo más la llamó. Después de escuchar la nostalgia de su amiga ante su soledad. No se pudo resistir a decir en donde se encontraba, además de invitarla a pasar unos días. Azul se decidió a viajar el fin de semana, reservó su vuelo a la ciudad de Oaxaca, para reunirse con Alondra. Una hora después llegó hasta la chocolatera, con una hermosa sonr
Ciudad de México. Farah se encontraba en su habitación, enviando un mail a Mark, su gran amigo y socio de Canadá. Justo cuando lo terminaba su móvil timbró un par de veces, al desbloquearlo observó que era una llamada de un número desconocido. Al responder, se paralizó al reconocer esa voz: «Mi querida Faran, no tienes una idea de lo mucho que me costó localizarte, pensaste que no me iba a enterar que ya no te encuentras en Canadá, deberías saber que para mí no hay imposibles, —Azahar —Farah pronunció ese nombre con la voz temblorosa. —Así es querida mía—el hombre sonrió al escuchar su voz llena de mie