… «Nunca te rindas, a veces la última llave, es la que abre la puerta»
Anónimo
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«La piel se le erizó, al ver sentado en la sala a Luis, a Hugo, sus hermanos en compañía de Juanjo bebiendo al parecer su tercer, seis de cervezas».
Pasó saliva rápido, sintió el palpitar acelerado de su corazón.
—Princesa por fin llegas. —Juanjo se puso de pie de inmediato y se acercó a ella&mdas
Alondra se acercó a la entrada, observó la mirada hostil de su madre.—Vaya hasta que por fin llegas, ¿traes dinero?, tengo hambre.—Si mamá, ¿cuánto necesitas?—Pues está adentro Luis quiere también para una botella así que sé generosa.—No traigo mucho, solo esto...— ¿Crees que con eso vamos a cenar? —doña Luisa, ‘su madre’, comenzó a gritonearle.—Es todo lo que tengo, lo siento.—Lo siento, lo siento, es tu única cantaleta. —Se acercó Luis reclamando.Entonces ella estalló:—Pues trabaja y paga ‘tú’, tus vicios —lo enfrento colérica.Luis no lo pensó ni
Las manos de Alondra se pusieron temblorosas y sus ojos cristalinos.Gra-gracias —tartamudeó. Se bajó rápido y caminó lo más aprisa posible, sin voltear atrás.Estaba entrando cuando Luis la sujetó por el brazo.— ¡Dame dinero!—Trabaja —Alondra lo dijo sin pensarlo.Entonces el hombre la empujó con fuerza provocando que se golpeara con uno de los pilares, el dorso. Él la miró llenó de rabia, alzó su mano para darle una bofetada.La joven por inercia se cubrió el rostro con ambos brazos.— ¡No te atrevas a tocarla!Alondra pasó saliva con dificultad, al escuchar el tono enfurecido del Ingeniero… Cerca, muy cerca de la casa. Ella volteó en dirección de é
«A menudo en los más oscuros cielos, es donde vemos las estrellas más brillantes»… Richard EvansA la mañana siguiente.—Toma asiento por favor.Alondra lo observ&oacut
Fueron los pasos más largos que había dado, para poder alcanzarlo. Ernesto cayó de inmediato al suelo inconsciente, cuando llegó hasta él, se tiró al piso, la sangre comenzó a mancharle las manos, lo tomó en sus brazos y lo encerró en ellos.—No, no esto no está pasando, esto no está pasando. Anda Ernesto abre los ojitos, vamos hermanito, no me dejes, no me dejes —suplicó, entonces se quitó su suéter y lo colocó sobre sus heridas.—Una ambulancia.Escuchó a Aline gritar, en ese momento ella se agachó, retiró las manos de Alondra para poder examinar el tipo de heridas y los signos vitales de Ernesto.—Presiona más—. Se dirigió a su cuñada. Alzó la mirada no veía a nadie, que los pudiera auxiliar. A continuaci&oacu
Alondra abrió los ojos y se dio cuenta que se encontraba sentada en el piso.— ¿Qué dices? —le preguntó Aline. — ¿Cómo que no seguirás sin él?—Era una pesadilla—Álvaro respondió. — ¿No es así? —volteó a verla.—Así es—expresó sonrojada.La joven se encontraba recargada en él, no recordó en qué momento lo había hecho, que se tomó tanta confianza con el ingeniero.—No sé qué sería de mi sin él —mencionó…—. Yo no quiero vivir sin verlo, él siempre me ha cuidado y yo a él—Alondra sollozó.Eso le enterneció de forma abismal a Álvaro… En ese momento ‘algo pas&oa
«Aunque incluso en lo más oscuro de la noche, la promesa de un amanecer, atrae»… Anónimo.El sonido de la alarma de su despertador, la hizo abrir los ojos de manera abrupta, se giró en torno a su móvil, para ver la hora que era, las 5:30 am, resaltaba en el reloj.Hacía tanto que no descansaba en la comodidad de una cama cómo en la que se encontraba. En realidad, no tenía ni un solo recuerdo de haber pernoctado so
Dos semanas después…Con la ayuda de Álvaro, Alondra logró que Ernesto entrará en los gastos de su seguro médico por lo que pagaría una cantidad mensual fija, estaba tranquila, en ese aspecto. Por otro lado, se encontraba buscando una habitación en renta para poderse mudar y no ocasionar más molestias. Entre el hospital, su trabajo y la escuela no le quedaba mucho tiempo.Álvaro trataba de apoyarla lo más que podía, cuidaba que se alimentara, que descansara, la ayudaba a estudiar, explicando las cosas que se le complicaban en la universidad.La joven se encontraba en la sala de espera, concentrada repasando cuando escuchó su nombre.—Alondra.Ella levantó la mirada al identificar esa voz.—Vaya hasta que se dignan en av
El amor verdadero, siempre vuelve, por muchas que sean las dificultades, el tiempo y la distancia, que nos separe, el amor si es verdadero, siempre estará ahí para ti.Parecía que las cosas iban mejor para Alondra, su familia no la había vuelto a molestar. Ernesto se encontraba delicado, pero estable. En el trabajo de su hermano, su directora de oficina, mostró gran preocupación e interés hacia él, por lo que ella sabía que conservaría su empleo.Acababa de mudarse a un pequeño, pero cómodo departamento, en donde podía vivir con tranquilidad, poco a poco lo iría amueblando a su gusto, este se encontraba cerca del apartamento de Aline, en la misma colonia ‘Condesa’.Día tras día se daba sus tiempos para visitar a Ernesto. Álvaro se habí