Los días que siguieron al beso entre Sofía y Alessandro fueron una mezcla de emociones confusas para ambos. Aunque su vínculo se había profundizado de manera inesperada, ninguno de los dos había hablado abiertamente de lo sucedido. Sofía, inmersa en la preocupación por su hermana, no sabía cómo procesar lo que sentía por Alessandro. La conexión entre ellos la asustaba y la emocionaba al mismo tiempo, pero su vida estaba demasiado complicada para añadir más confusión a sus emociones.Alessandro, por otro lado, estaba igual de confundido. Sabía que lo que sentía por Sofía iba mucho más allá de su rol como médico, pero la intensidad de sus propios sentimientos lo sorprendía. Nunca había sido de los que actuaban por impulso emocional, pero cuando estaba cerca de Sofía, todo era diferente. Quería estar ahí para ella, protegerla, pero también sabía que el momento en que compartieron aquel beso había cambiado algo entre ellos.Pero lo que ninguno de los dos sabía era que alguien los había vi
Las semanas transcurrieron con un ritmo constante, y aunque la situación de la hermana de Sofía seguía siendo crítica, Alessandro permanecía a su lado en cada paso del camino. Desde el momento en que compartieron ese beso, había algo nuevo entre ellos, un entendimiento silencioso que iba más allá de las palabras. Aunque ninguno había mencionado directamente lo sucedido, el aire entre ellos era palpable, lleno de sentimientos que luchaban por salir a la superficie.Una tarde, después de una larga jornada en el hospital, Alessandro invitó a Sofía a caminar por los jardines que rodeaban el hospital. El aire fresco era un respiro de las tensiones que los rodeaban, y Sofía aceptó, agradecida por la oportunidad de desconectar un poco del estrés que la consumía.Mientras caminaban, ninguno de los dos habló al principio. El silencio que compartían no era incómodo, sino más bien una especie de refugio. Sofía sentía que podía ser ella misma en presencia de Alessandro, algo que no había experime
La relación entre Sofía y Alessandro había alcanzado un nuevo nivel. Desde el momento en que compartieron ese último beso, algo se había asentado entre ellos, una seguridad silenciosa que les permitía estar juntos sin la necesidad de palabras. Sin embargo, el peso de la situación de la hermana de Sofía seguía presente en el fondo de sus corazones, y aunque intentaban mantener la esperanza, ambos sabían que lo que enfrentaban no sería fácil.Las visitas al hospital continuaban siendo una constante en la vida de Sofía, pero ahora, con Alessandro a su lado, la carga parecía un poco más ligera. A menudo, se encontraban compartiendo largas horas en los pasillos del hospital, hablando de cosas triviales, a veces solo disfrutando de la compañía del otro. El hecho de que no tuvieran que fingir, que no hubiera pretensiones entre ellos, les permitía construir una base sólida sobre la que sus sentimientos seguían creciendo.Una tarde, mientras caminaban por los jardines del hospital, Alessandro
Clara había estado observando a Sofía y Alessandro durante semanas, su rabia creciendo cada vez que los veía juntos. La cercanía entre ellos era innegable, y aunque Alessandro no lo sabía, Clara había sido testigo del momento en que los dos se besaron. Aquella escena había encendido un fuego de envidia en su interior que no podía apagar. ¿Cómo era posible que alguien como Sofía, alguien que no tenía nada, pudiera ganarse el afecto del hombre que ella tanto deseaba?Cuando Clara se enteró, casi por accidente, del nuevo trabajo de Sofía en Santori & Bernardi Abogados, una sonrisa perversa se dibujó en su rostro. No podía haber imaginado una oportunidad mejor para destruir a Sofía. Sabía que tenía que actuar con cuidado, pero también sabía exactamente cómo hacerlo.Clara contactó a una vieja amiga suya, Valeria, una abogada de alto nivel que trabajaba en el mismo bufete donde Sofía acababa de empezar. Valeria y Clara compartían una amistad de larga data, y aunque no se veían con frecuenc
El día transcurría lentamente en Santori & Bernardi Abogados, y Sofía intentaba concentrarse en sus tareas, aunque la presión que sentía cada día en la oficina parecía estar en su punto más alto. Valeria había encontrado nuevas maneras de hacerle la vida imposible, aumentando la carga de trabajo y lanzando comentarios despectivos cada vez que tenía la oportunidad. Pero lo que Sofía no sabía era que una tormenta mucho más grande estaba a punto de estallar.Sin previo aviso, las puertas de la oficina se abrieron de golpe, y Rosa Santori irrumpió en la sala. Su rostro estaba desfigurado por la ira, y sus ojos se fijaron inmediatamente en Sofía, quien estaba sentada en su escritorio.Antes de que Sofía pudiera procesar lo que estaba sucediendo, Rosa caminó directamente hacia ella y, sin decir una palabra, levantó la mano y la abofeteó con fuerza.—¡Tú, maldita! —gritó Rosa, con una voz quebrada por la furia—. ¿Cómo te atreves a destruir mi matrimonio?Sofía, atónita por el golpe y las pal
El eco de lo sucedido en la oficina entre Rosa Santori y Sofía aún resonaba en todo el bufete. La agresión pública de Rosa y la posterior intervención de Santori habían dejado a Valeria en una posición extremadamente vulnerable. Aunque Valeria era accionista del bufete, su posición era simplemente la de una más entre varios, sin el peso ni la autoridad de Matteo Santori o, mucho menos, de Alessandro Bernardi, el accionista mayoritario. Santori, furioso por la manipulación y los intentos de Valeria de destruir la reputación de Sofía, sabía que ya no podía permitir que ella continuara en la firma.El día siguiente fue decisivo. Santori convocó una reunión extraordinaria con la junta directiva del bufete para discutir el futuro de Valeria en la firma. La decisión de despedirla no fue difícil. A pesar de ser accionista, su comportamiento había sobrepasado todos los límites, no solo por intentar destruir la carrera de una colega, sino por el hecho de haber atacado indirectamente al Dr. Ale
Sofía había pasado los últimos días sumida en una mezcla de emociones. Tras recibir la oferta para ocupar el puesto de Valeria, su mente no había parado de darle vueltas a un solo hecho: Alessandro había intervenido en su vida profesional sin que ella lo supiera. A pesar de la gratitud que sentía por la oportunidad que se le presentaba, el hecho de que todo estuviera relacionado con una recomendación de él la dejaba inquieta. ¿Qué más habría hecho por ella sin que lo supiera?Santori, en una conversación reciente, le había explicado todo a Alessandro, disculpándose por no haber protegido a Sofía de las manipulaciones de Valeria y de las consecuencias que habían surgido de la situación. Alessandro, aunque sabía que sus intenciones habían sido buenas, también comprendía que tendría que enfrentar a Sofía y explicar lo que había hecho.Esa noche, después de un largo día en el bufete, Sofía decidió que era el momento de hablar. Fue a buscar a Alessandro al hospital, donde ambos solían coin
La oficina de Santori & Bernardi Abogados había cambiado radicalmente para Sofía en las últimas semanas. El ofrecimiento del puesto de Valeria, tras su despido, había sido un giro inesperado que le otorgó una responsabilidad mayor de la que jamás había imaginado al principio de su carrera. Aunque emocionada por la oportunidad, Sofía también sentía el peso de su nuevo rol sobre los hombros, consciente de que todo lo que había logrado hasta ese momento debía sostenerse por sus propios méritos.Los primeros días en su nueva posición estuvieron llenos de reuniones, decisiones estratégicas y un sinfín de papeles por firmar. Sofía se destacó de inmediato, sorprendiendo incluso a los miembros de la junta con su capacidad para adaptarse y liderar. Sin embargo, había una persona que seguía siendo su apoyo constante: Alessandro.Tras la conversación que tuvieron, donde las dudas y la tensión se disiparon, su relación había comenzado a florecer de una manera diferente. Ya no solo compartían conf